Cabecera La Mirada Fotográfica

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miércoles, 25 de mayo de 2022

LOS COLORES DE OUKA LELE SE DIFUMINAN


Serían sobre las diez y media de la noche cuando empezaron a entrarme WhatsApps a mogollón. Había dejado el móvil cargando en otra habitación y al principio no me molesté en ir a ver qué ocurría pero ante la insistencia del soniquete que no acababa de parar me levanté del sillón y fui a por él. Fue un shock encontrarme con la terrible noticia de la muerte de Bárbara, más conocida en el ambiente fotográfico y cultural como Ouka Lele. La muerte de cualquier persona siempre nos deja un regusto amargo, si además esa persona es joven y la conocemos el dolor es mucho mayor. 

Yo conocí a Bárbara Allende Gil de Biedma hace ya muchos años en una fiesta prenavideña en casa de una amiga común. Por aquel entonces ella ya era una artista de renombre pero a mí me pareció una persona sencilla, divertida, original y con una gran personalidad. Estuvimos charlando de todo un poco como suele ocurrir en este tipo de eventos y me contó que estaba preparando un nuevo proyecto, se trataba de un libro del cual traía una maqueta  elaborada de forma artesanal que me pareció sumamente interesante, aunque en este momento no recuerdo exactamente de cual de sus trabajos era, probablemente del El nombre de una estrella. 

No puedo decir que fuéramos amigas íntimas más bien si buscamos un símil sería algo así como fijas discontinuas, es decir que a lo largo de los años nuestros caminos se han ido encontrando en repetidas ocasiones, algunas veces como consecuencia de nuestros respectivos trabajos, he asistido a ruedas de prensa, presentaciones y homenajes en los que ella era la protagonista, pero sobre todo en ocasiones festivas rodeadas y arropadas por amigos comunes. Me caía bien, era de esas personas con las que es fácil congeniar, con las que te sientes a gusto, a las que se echa de menos. 

En cuanto a su trabajo poco hay que añadir que no se haya dicho ya, Bárbara entendió la fotografía como «poesía visual, una forma de hablar sin usar palabras», al menos así la describió ella y yo estoy totalmente de acuerdo. Para muchos fue una de los protagonistas principales de la Movida madrileña de principios de la década de 1980, pero en realidad fue mucho más, fue una artista multidisciplinar que supo imprimir a su obra carácter e identidad, algo de lo que no muchos artistas pueden presumir. 

He buscado en mi archivo una imagen que ilustrara este artículo y finalmente he optado por utilizar un retrato informal, en la que posa acompañada de un amigo en una de las fiestas que compartimos otrora. Así es como yo la recuerdo y como quiero recordarla, con una sonrisa y no detrás de un micrófono. 

Como he leído en un comentario de Facebook, Bárbara se ha ido y la echaremos de menos pero Ouka Lele permanecerá para siempre. 

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