Cabecera La Mirada Fotográfica

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sábado, 17 de febrero de 2018

LA SALA CANAL DE ISABEL II EXPONE LA MIRADA POÉTICA DE GABRIEL CUALLADO


Lo confieso. Soy absolutamente fan de la fotografía humanista, esa en la que el hombre constituye el centro de la imagen y se convierte en el punto de mira de la vida cotidiana; esa en la que todo gira alrededor del ser humano y el mundo que le rodea es solo una extensión de la mirada del autor.

La Fotografía Humanista tuvo sus mayores expresiones en Francia y Estados Unidos tras la segunda guerra mundial cuando era necesario empezar a mirar hacia delante, hacia el futuro, dejando tras de sí los horrores vividos. De ese modo podría decirse que la Fotografía Humanista es la rama poética del fotoperiodismo y se le conoce también como Realismo Poético. Se basa en la filosofía del cambio social y por tanto se la identifica también con la nomenclatura de Fotografía Social.

Es curioso destacar que a diferencia de otras corrientes, la Fotografía Humanista ha trascendido en el tiempo y en el espacio. En España se desarrolló a partir de los años cincuenta sobre todo en Barcelona, Almería y Madrid y algunos de los fotógrafos que  destacaron  fueron por ejemplo, Carlos Pérez Siquier, Catalá Roca y Gabriel Cualladó, entre otros.

 Autorretrato en Camiseta (1960) © Gabriel Cualladó
 Retrato de Gabriel con sombra (1957) © Gabriel Cualladó

José Luís el Fitu (1968) © Gabriel Cualladó

Pues bien, es a este último, a quién tras 15 años de su desaparición la Sala Canal de Isabel II, a través de la Comunidad de Madrid, dedica una exposición antológica en la que se quiere revisar la obra de Gabriel Cualladó y asomarse a lo que fue sin duda el trabajo de un autor claramente rupturista en la historia de la fotografía del siglo XX. Curiosamente, Cualladó no era periodista, su acercamiento a la fotografía llegó a través de su ambiente más cercano, de su familia, sus amigos, de los lugares frecuentados y las personas que encontraba en ellos.

La exposición, comisariada por Antonio Tabernero, confirma que la obra de Cualladó es una de la más singulares de la fotografía española, no solamente por su dimensión poética y por su extraordinaria libertad de expresión, sino también por la natural sencillez con la que abordó su personal interpretación del mundo que lo convierte en un autor casi inclasificable, con un trabajo distante del de sus contemporáneos.

 Bodega sobre piedra (1958) © Gabriel Cualladó
 Cervecería Alemana (1960) © Gabriel Cualladó

 Camarero en la boda de Penella (1966) ©Gabriel Cualladó


Dice Antonio Tabernero que: “Cualladó nos muestra que, al fotografiar, es conveniente dejarse ir para que surjan ciertas cosas del inconsciente, cosas que tú no sabías que podías expresar. Contemplando la obra de Cualladó, cada vez creo más en el instinto, y creo que los mejores artistas son los que mejor lo saben gestionar.”

Con un total de 140 imágenes divididas en pequeños espacios, la muestra nos ofrece las distintas etapas del trabajo del autor. Y aunque su época de mayor actividad fueron las décadas de los 50 a los 70,  su carrera continuó siendo fecunda hasta poco antes de su fallecimiento, como demuestra el proyecto fotográfico Puntos de vista para el Museo Nacional Thyssen – Bornemisza, que es el que abre la exposición. Poco a poco y según subimos iremos desgranando otras propuestas como, “La Caja de Zapatos”, haciendo referencia a los negativos que podrían contenerse en ella, que serían suficientes pero no demasiados, “Los momentos de Existencia”, “El Rastro”, o esa pequeña serie de polaroids con las que Cualladó investiga el color, toda su obra a excepción de estas fotografías es en blanco y negro. Las diez fotos reproducidas para la muestra son una pequeña selección de la amplia serie que  se mostraron por primera vez en la exposición “Va por ti”, dedicada a su gran amigo Paco Gómez.

 El Rastro 1980-1981 © Gabriel Cualladó
 El Rastro 1980-1981 © Gabriel Cualladó

 El Rastro 1980-1981 © Gabriel Cualladó


Gabriel Cualladó fue miembro de AFAL y cofundador del grupo La Palangana, antes de formar parte de la Escuela de Madrid. Fue premiado, entre otros reconocimientos, con el primero de los Premios Nacionales de Fotografía en 1994 y con la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1998. Su obra está presente en las colecciones y museos más relevantes del país, a pesar de ser uno de los grandes desconocidos de la fotografía para el gran público. Fue también un gran coleccionista de fotografía, de hecho se le considera el pionero del coleccionismo en España. Una gran parte de su colección fue donada al IVAM, y entre los artistas de esa colección se encontraban Henri Cartier-Bresson, Man Ray, Richard Avedon, Diane Arbus, W. Eugene Smith, August Sander, Paul Strand, Nadar, Henry Peach Robinson, Walker Evans, Ben Sam y Dorotea Lange. Contenía también una amplia panorámica de los fotógrafos españoles, especialmente significativa desde los años 50 a la actualidad, como es el caso de Agustí Centelles, Francesc Catalá Roca, Alfonso, Joan Fontcuberta, Cristina García Rodero, Javier Vallhonrat, Alberto Schommer, Chema Conesa y Ouka Lele.

 Guardia Urbano (1957) © Gabriel Cualladó
 Les Halles (1965) © Gabriel Cualladó
 Mujer en la Estación de Atocha (1957) © Gabriel Cualladó

 París (1962) © Gabriel Cualladó

 Puntos de Vista Museo Thyssen Bornemisza (1993) © Gabriel Cualladó

 Xabier Miserachs, Boda de Ramón Masats (1959) © Gabriel Cualladó
  Puntos de Vista Museo Thyssen Bornemisza (1993) © Gabriel Cualladó

miércoles, 7 de febrero de 2018

AGUA, DE ISABEL MUÑOZ


El próximo día 15 de Febrero la Galería Blanca   Berlín  presentará    el nuevo   proyecto   de  Isabel   Muñoz  en  primicia  nacional   e internacional.

Las  imágenes    que  forman   parte   de   la exposici6n    "Agua"  han  sido  obtenidas    por Isabel   Muñoz  en  2016  y 2017  bajo  las  aguas   mediterráneas y en    distintos   mares del  Japón.   En sus   propias   palabras    "lnicié  este   proyecto   atraída   por  la belleza   de los entornos   marinos   y como  Ilamada  de  atención ante   los peligros  que  amenazan su  supervivencia.      EI mar  nos  10  da  todo  sin  pedirnos   nada   a  cambio.   Damos   por sentado   que  su  riqueza   es  inagotable,   que  puede   con  nuestros   descuidos,    nuestra falta  de  previsión,   nuestros    excesos.    Pero   las  cosas    no  son   asé.  ¿Qué  vamos   a dejar   a  nuestros    hijos y nietos   si  no  somos   capaces    de  cuidar   de  sus  tesoros,    si seguimos   echando    al  mar  plásticos   que  son  trampas    mortales   para   las  especies que lo   habitan,  si   continuamos   vertiendo residuos   que    pondrán     fin   a    la biodiversidad   marina?".



Todas   las  obras   expuestas     en  "Agua"  son   platinotipias.    Aunque   son   difíciles  de crear    y  su   coste    es   alto,   las   impresiones     en   platino   constituyen     una   de   las expresiones     más  ilustres  del arte  fotográfico.   Su  belleza  y permanencia    hacen   que la platinotipia   sea  una  pequeña   joya  para   los amantes    de  la fotografía   y, como  no, para   coleccionistas      e   inversores.     Estas    copias    se   caracterizan     por   su   amplia rendición  de  tonos,  que  parte  del  negro  cálido y se  expande    en  una  amplia gama de   matices    grises,    con   una   re producción    de   luces   especialmente      sutil.   Isabel Muñoz  está   considerada     como   una  de  las  grandes    expertas    internacionales     de  la platinotipia.  Tras  más  de  una  década  de  investigación,   ha  logrado  incluir el color  en este  proceso,   lo que  constituye   un punto  de  inflexión en  la historia  de  la fotografía.
 



Durante   más  de  cuarenta   años , Isabel  Muñoz  ha  recorrido  el mundo  con  su  cámara retratando    los sentimientos  del ser  humano   en  su  estado   más  puro,  en  su  intimidad más  recóndita.   Desde   la dignidad   de  las  tribus  primitivas  hasta   el desconsuelo  de las  cárceles ; desde   la sensualidad     de  la danza   hasta   la denuncia    de  la opresión; desde   el éxtasis  que  supera   el dolor  lacerante    hasta   el dolor  que  ya  no  podrá  ser superado.     La   autora    catalana     ha   fotografiado     casi    todos    los   sentimientos      y emociones          que  alberga   la especie   humana,   incluso  aquellos   de  nuestros   ancestros, los primates,   cuyos  gestos  forman  parte  de  nuestros   genes   desde   hace  millones  de años.

En  2016  fue  reconocida    con  el Premio   Nacional   de  Fotografía,    habiendo   obtenido anteriormente    premios   tan  prestigiosos    como  el World Press   Photo   1999 y 2004,  el Bartolomé   Ross,   el Unicef  España,    la Medalla  de  oro  al mérito  de  las  Bellas  Artes en  2009,  el Premio  de  la Comunidad   de  Madrid,  etc.  Sus  imágenes forman  parte  de las más  importantes colecciones    públicas   y privadas   de todo el mundo.