Cabecera La Mirada Fotográfica

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miércoles, 8 de febrero de 2023

EL REAL JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID ACOGE LAS EXPOSICIONES ARQUITECTURAS PARA SOBREVIVIR DE ÁNGEL MARCOS Y DESVANECIDOS II DE FELIPE LAVIN

 


El Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico acoge a partir del 3 de febrero y hasta el próximo 26 de marzo dos nuevas exposiciones. En el ala norte se ubica la muestra Arquitecturas para sobrevivir, de Ángel Marcos, en colaboración con Fundación Rac y Colección Yera. En el ala sur se encuentra la muestra Desvanecidos II, de Felipe Lavin, en colaboración con la Galería Ponce + Robles.

La exposición del fotógrafo vallisoletano Ángel Marcos, Arquitecturas para sobrevivir, muestra una profunda sensibilidad por las temáticas sociales, económicas e históricas. El poder, la vulnerabilidad, la exclusión o la emigración son algunos de los conceptos presentes en su obra, que también influyen en las vidas del medio rural y urbano.  



En sus fotografías Ángel Marcos, que trabaja la imagen desde un campo expandido,  elimina todo ornamento para aludir a la memoria, siendo el paisaje el contenedor de una fuerte carga simbólica. Busca trascender la mera observación, rechazando un carácter documental reducido únicamente a una cuestión estética. Sus proyectos tienen que ver con las emociones. Buscan y encuentran en lo banal la complejidad. 




A través de su cámara Ángel Marcos despersonaliza los lugares, despatriando a sus habitantes que se encuentran ahora en un vacío geográfico, como un punto en el espacio. El antropólogo Marc Augé creó el concepto de “no lugar” para referirse a aquellos lugares de tránsito, como autopistas, aeropuertos o descampados. Estos lugares serían el opuesto a aquellos en los que nos relacionamos con otros. Sin embargo, Marcos encuentra en ellos puntos de encuentro, demostrando que muchos espacios vitales donde se dan las relaciones humanas confluyen en sus obras. De este modo ha construido el conjunto de esta exposición no como arquitecturas para vivir, sino como arquitecturas para sobrevivir, en la que es importante el uso de materiales reciclados señalando así la importancia del deterioro del planeta a la vez que pone de relieve las costumbres de algunos de los habitantes de los asentamientos, quienes recurren a decorar los muros de sus casas con símbolos y  dibujos. 




Por su parte, la exposición Desvanecidos II, del artista chileno Felipe Lavin, nos muestra el reflejo de una sociedad deshumanizada donde el individuo pierde cada día más su identidad y su vida se ve absorbida por la hiperconectividad que trae consigo la globalización y los avances tecnológicos. 



El ritmo de vida del sujeto hipermoderno nos hace cuestionar su singularidad humana donde se tensiona su condición existencial entre ser un individuo y parte de una masa al mismo tiempo. Su identidad difusa y casi inexistente deambula por los nolugares, espacios colectivos y de tránsito como metros, aeropuertos, autopistas, pero paradójicamente de una manera tan solitaria que pareciera ser su condena. Subjetividades cromáticas se ven esfumadas en líneas rectas que trascienden su tránsito cotidiano, reproduciendo una cultura que se ha hecho presente en todas las grandes urbes del mundo.



Estos individuos representados por el autor, condenados a cargar con los problemas mundanos, terminan por olvidar sus propias preocupaciones y las relaciones con su círculo más cercano, haciendo desaparecer así su propia identidad. Conceptos como la despersonalización, la soledad o el individualismo se ven exagerados en una serie que tiene como protagonista al sujeto hipermoderno.



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