Cabecera La Mirada Fotográfica

Cabecera La Mirada Fotográfica

viernes, 31 de mayo de 2024

EL MUSEO NACIONAL DEL ROMANTICISMO PRESENTA ‘LAS HIJAS DE MINERVA’, DE LAURA SAN SEGUNDO Y ALEJANDRÍA CINQUE



El Museo Nacional del Romanticismo, una institución estatal bajo el Ministerio de Cultura, renueva su colaboración con PHotoESPAÑA mediante la exposición ‘Las Hijas de Minerva’, integrada en la Sección Oficial del festival. Este innovador proyecto fotográfico, concebido por Laura San Segundo y Alejandría Cinque, fusiona instalación y performance.

Este año, en celebración del centenario del museo, PHotoESPAÑA trasciende su tradicional espacio de exposiciones temporales, activo desde 2012, para integrarse por primera vez en las estancias de la planta noble del museo. Estas salas recrean una vivienda burguesa del Romanticismo, estableciendo un diálogo íntimo con la colección del siglo XIX y reinterpretando su significado en un contexto contemporáneo. La exposición se sitúa en la Sala del Encuentro (Sala XXV), al final del recorrido permanente, y estará disponible hasta el 29 de septiembre, con acceso incluido en la entrada al museo. Además, en junio, la entrada será gratuita en conmemoración del centenario de la institución.

Laura San Segundo y Alejandría Cinque se inspiran en la Sala de Billar, que antecede a la muestra, para explorar desde una perspectiva moderna la cuestión de género sugerida por este espacio. En el siglo XIX, los retratos femeninos que rodean la mesa de billar reflejaban la división de los espacios domésticos según los roles de género, con el billar como un ejemplo de espacio de sociabilidad masculina.

La exposición de San Segundo y Cinque desafía y dialoga con esta ideología decimonónica a través de fotografías que representan a varias mujeres jugando simbólicamente una partida de billar. El dinamismo del juego se traslada a las imágenes mediante el movimiento y los choques de los cuerpos, una idea que también se refleja en la museografía, con soportes de fotografías diseñados por Smart & Green, inspirados en los movimientos de las bolas de billar.

El título de la exposición se centra en la figura de Minerva, mencionada en ‘La peregrinación de Childe Harold’ (1812-1818), un poema narrativo del escritor romántico Lord Byron. Byron, en su obra, compara la "bizarría de Minerva" con la fuerza de la mujer española. Así, las ‘jugadoras’ en las fotografías llevan cascos, pecheras protectoras, trenzas (simbolizando las serpientes en las que Minerva transformó la cabellera de Medusa) y tacos de billar como picas. Esta referencia a Minerva, diosa de la guerra y la sabiduría, permite a los artistas simbolizar la partida de billar como un campo de batalla, representando la lucha por la emancipación de una feminidad del siglo XIX rígida y obsoleta. Además, se incluyen inspiraciones contemporáneas de luchadoras de videojuegos como Tekken y Street Fighter.

La colaboración con el coreógrafo Cristian González, quien dirigió los movimientos, aporta una dimensión dinámica al proyecto. Este enfoque se alinea con el lema ‘Perpetuum mobile’ del XXVII festival PHotoESPAÑA, dirigido por María Santoyo.

La fotografía ha tenido un papel crucial en la colección del Museo Nacional del Romanticismo, una institución dedicada a la época que vio nacer las primeras instantáneas. La exposición refuerza los lazos con el arte contemporáneo, continuando la línea de anteriores ediciones dedicadas a figuras como Bárbara Morgan, Germaine Krull y Alice Austen, que cuestionaban los roles de género de los siglos XIX y XX, épocas precursoras de nuestra sociedad actual.

Un programa de visitas comentadas, a cargo del equipo de Mediación Cultural del museo, acompañará la muestra, con fechas y horarios disponibles en la web. Además, a principios de septiembre, los artistas grabarán en el museo una ‘videoperformance’ con las protagonistas de las fotografías, concluyendo la exposición y explorando su faceta coreográfica.

‘Las Hijas de Minerva’ no solo celebra el centenario del Museo Nacional del Romanticismo, sino que también ofrece una reflexión contemporánea sobre los roles de género, en un diálogo entre el pasado y el presente a través del arte fotográfico.

© Laura San Segundo y Alejandría Cinque










miércoles, 29 de mayo de 2024

DAVID GOLDBLATT, SIN SEGUNDAS INTENCIONES

 


La obra de David Goldblatt (Randfontein, 1930-Johannesburgo, 2018), fotógrafo conocido por ser uno de los que mejor documento uno de los capítulos más vergonzosos de la historia de Sudáfrica: el régimen de segregación racial establecido en Sudáfrica y Namibia en 1948 y que más conocido como el apartheid estuvo vigente hasta 1992, llega ahora a Madrid dentro del Festival PHotoESPAÑA. 


La Fundación Mapfre será sede desde el 30 de mayo al 25 de agosto,  de la  Exposición coorganizada por The Art Institute of Chicago y la Yale University Art Gallery, New Haven, en colaboración con Fundación MAPFRE, Madrid. La gira de la exposición y la publicación que la acompaña han sido posibles gracias a la generosa ayuda de Jane P. Watkins.



Esta amplia retrospectiva que podrá verse por primera vez en España recorre las siete décadas de trabajo del artista y ofrece también una aproximación a las conexiones y diálogos de Goldblatt establecidos con otros fotógrafos sudafricanos que, como él, dieron testimonio de los cambios sociales y medioambientales del país.  



Goldblatt era fotoperiodista pero si bien la mayoría de sus colegas  y el periodismo de la época en general llenaban los tabloides de fotografías extremadamente violentas realizadas en las revueltas callejeras, las huelgas y las peleas, Goldblatt prefirió mirar otro tipo de violencia, esa disimulada en la cotidianidad de los habitantes de Sudáfrica. A lo largo de su trayectoria David Goldblatt deslizo su mirada por una violencia sutilmente agazapada, frente a la imperante espectacularización de la barbarie. Él no necesitaba centrarse en lo más escabroso porque creía que representar la vida cotidiana, «lo tranquilo y lo corriente donde no “pasaba” nada», daba lugar a que el espectador pudiese sacar sus propias conclusiones. En realidad bastaban los pies de foto para exponer las manifestaciones cotidianas del racismo y el expolio económico, social y político de la población negra bajo el dominio blanco.  De ese modo nos encontramos a lo largo de su trayectoria con imágenes como las de esas madres negras dejando atrás a sus hijos para cuidar de otros, los de los de los blancos. O esa otra madre que cuida de su hijo enfermo en una cama a la intemperie  después de que su casa haya sido destruida ¿No es esto tan dolorosos como las luchas callejeras?


Nieto de refugiados lituanos, David Goldblatt nació en Randfontein en 1930. Desde muy joven mostró interés por la fotografía y tomó sus primeras imágenes con tan solo 18 años, mientras estudiaba Comercio y trabajaba en la tienda de su padre. En 1963, tras fallecer su progenitor, decidió ganarse la vida como fotógrafo.  


En 1989, Goldblatt fundó el Market Photo Workshop en Johannesburgo, con la intención de ofrecer educación visual a los estudiantes más desfavorecidos durante el apartheid. Y en 1998 fue el primer sudafricano en exponer de forma individual en The Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York.


El legado fotográfico de David Goldblatt trasciende la mera documentación, sirve como un profundo catalizador para el pensamiento crítico y la introspección social. La condición de Goldblatt de hombre blanco le permitía una mayor libertad de movimientos, privilegio que aprovechó para documentar la vida en Sudáfrica de la forma más honesta y directa posible. De este modo fotografió con gran objetividad a disidentes, colonos y víctimas de aquel régimen, las ciudades donde vivían, sus edificios, el interior de sus hogares, sus trabajos y la forma en que se movían de un lado a otro. 


David Goldblatt: sin segundas intenciones reúne unas 150 obras de varias de sus series, organizadas en seis secciones temáticas  y una séptima que presenta maquetas de sus libros para mostrar la continuidad del trabajo del artista y también ofrece, por primera vez, un diálogo con la obra de otros fotógrafos sudafricanos entre una y tres generaciones posteriores al autor, como Lebohang Kganye, Ruth Seopedi Motau o Jo Ractliffe. Además, se presentan tres maquetas de libros del propio Goldblatt, una parte de su trabajo a la que dio gran importancia. El recorrido, de carácter temático más que cronológico, explora el acercamiento de Goldblatt al apartheid, con sus contradicciones y su complejo legado. 

Imágenes cedidas para prensa por Fundación Mapfre © The David Goldblatt Legacy Trust.










martes, 28 de mayo de 2024

LLEGA A MADRID, A LA SALA RECOLETOS DE LA FUNDACIÓN MAPFRE LA FOTOGRAFÍA DE CONSUELO KANAGA

 

Manos, 1930, Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Dentro del Festival PHotoESPAÑA 2024, la Fundación MAPFRE exhibirá en sus salas del Paseo de Recoletos dos exposiciones, una de las cuales, la de Consuelo Kanaga, ya pasó por el KBr Fundación MAPFRE Barcelona Photo Center hace unos meses, concretamente del 15 de febrero al 12 de mayo de 2024 y donde obtuvo un gran éxito de público y crítica. Ahora la exposición podrá visitarse en la capital desde el 30 de mayo al 25 de agosto. 

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Fundación MAPFRE renueva su compromiso con la difusión de la obra de mujeres fotógrafas a través de la exposición "Consuelo Kanaga: atrapar el espíritu". Esta muestra examina seis décadas del trabajo de una figura fundamental en la historia de la fotografía moderna, cuya obra, a pesar de haber alcanzado notoriedad en vida, sigue siendo sorprendentemente poco conocida. La exposición pretende contribuir decisivamente al reconocimiento que la obra de Kanaga merece indudablemente.

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum


Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Consuelo Kanaga (Astoria, Oregón, 1894 - Yorktown Heights, Nueva York, 1978) expresó apasionadamente su preocupación por la justicia social tanto en su vida como en su fotografía. Su interés principal radicaba en las personas y sus problemas, abordando temas como la marginación social, la pobreza, el acoso racial y la desigualdad, especialmente en relación con la población afroamericana de Estados Unidos. Estos temas fundamentales son los que la artista explora a través de su trabajo. Kanaga también defendió y experimentó con las posibilidades formales y poéticas de la fotografía como una forma artística.

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Kanaga fue una figura poco convencional. Empezó su carrera en el fotoperiodismo en la década de 1910 en Estados Unidos, Tras haberse decantado por el periodismo, influida quizá por sus padres, Kanaga comenzó a escribir en 1915 para el San Francisco Chronicle, donde, animada por su editor, aprendió a fotografiar para ilustrar sus propios artículos. En 1918 se incorporó a la plantilla, hasta que al año siguiente fue contratada por el Daily News, otro periódico de San Francisco.  

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Primero en San Francisco y luego en Nueva York, Kanaga comenzó a realizar retratos para obtener ingresos adicionales a su trabajo para los periódicos. Abrió su primer estudio dedicado al retrato a principios de la década de 1920 y durante el resto de su vida se mantendría económicamente a sí misma y a sus parejas fotografiando a clientes adinerados y a amigos del entorno de las vanguardias de San Francisco y Nueva York.

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Hay que señalar, además, que, mientras que gran parte de su trabajo como fotoperiodista se ha perdido, el retrato está bien representado entre sus negativos y las copias que se han conservado.

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum


Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Además del retrato, a lo largo de su carrera Kanaga practicó diversos géneros y estilos.  Se centró sobre todo en temas marginales del día a día y de la política, desde los trabajadores y los afroamericanos hasta objetos y edificios normalmente desatendidos por la representación fotográfica.  Ella se preocupó por temas como el movimiento «Nuevo Negro» y las representaciones de la negritud, y en este contexto, las fotografías de Kanaga pueden considerarse toda una declaración de intenciones. Manos (1930) es la primera imagen conservada de la artista que plasma sus ideas antirracistas.

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Fue además una de las pocas mujeres que mantuvo una relación estrecha con los círculos de vanguardia estadounidenses, tanto en San Francisco, con el Grupo f.64, como en Nueva York, con la Photo League. La carrera de Kanaga está especialmente entrelazada con un sólido y amplio círculo de mujeres fotógrafas con quienes tuvo una especial relación durante su extensa carrera profesional. Fue un gran apoyo y una confidente para Imogen Cunningham, Louise Dahl-Wolfe, Dorothea Lange, Alma Lavenson, Tina Modotti y Eiko Yamazawa, entre muchas otras, a quienes proporcionó consejo, compañía y conexiones en el mundo del arte. En este contexto, su amistad y apoyo profesional abrieron el camino a relevantes fotógrafas. Sin embargo, las desigualdades de género y las convenciones sociales limitaron su capacidad para dedicarse plenamente a la labor artística, lo que explica en parte por qué su obra no es más conocida en la actualidad.

Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

La exposición, organizada a partir de la colección del Brooklyn Museum, que ha cuidado del archivo de la artista, presenta cerca de 180 fotografías y diverso material documental de archivo. Al recorrer y contextualizar el trabajo de Consuelo Kanaga, la muestra también resalta el papel de la fotografía en la representación del mundo afroamericano.

Wharton Esherick, 1940, Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

La exposición ha sido organizada por el Brooklyn Museum de Nueva York, en colaboración con Fundación MAPFRE y el San Francisco Museum of Modern Art, y ha sido comisariada por Drew Sawyer. Esta colaboración internacional subraya la relevancia de Kanaga en el panorama artístico y su influencia en la fotografía moderna.

She is a Tree of Life, 1950, Consuelo Kanaga © Brooklyn Museum

Con "Consuelo Kanaga: atrapar el espíritu", Fundación MAPFRE no solo celebra la vida y obra de una fotógrafa excepcional, sino que también reafirma su compromiso con la visibilidad y el reconocimiento de mujeres artistas cuyas contribuciones han sido injustamente subestimadas.







lunes, 27 de mayo de 2024

UNA INCIERTA LUZ, LA FOTOGRAFÍA INTIMISTA DE GONZALO DE JUANES SE DEJA VER EN LA SALA CANAL DE ISABEL II

 

Descenso del Sella. Ribadesella, agosto, 1965 (©) Gonzalo-Juanes

La Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid presenta "Una incierta luz", una exposición dedicada a la obra del fotógrafo gijonés Gonzalo Juanes, cuya aportación pionera en el uso del color en la fotografía documental ha permanecido en gran parte oculta y sólo recientemente ha sido reconocida. Bajo la certera mirada de  Chema Conesa, que ha intervenido como comisario de la muestra,  e incluida en la Sección Oficial de PHotoESPAÑA 2024, esta exposición abrirá al público del 28 de mayo al 21 de julio de 2024.

Calle Serrano. Madrid, noviembre, 1965 (©) Gonzalo Juanes

Gonzalo Juanes (Gijón, 1923-2014) utilizó la fotografía como una vía de expresión personal, sin someterse a compromisos más allá de la fidelidad a sí mismo. Su profesión como perito industrial en una multinacional le permitió desarrollar una lúcida obra fotográfica sin ataduras, manteniéndola en gran parte fuera del ojo público debido a su humildad y exigente autocrítica. Participó en el grupo AFAL (Asociación Fotográfica Almeriense) como amigo, colaborador y teórico, contribuyendo a la renovación del lenguaje de la fotografía documental en España durante el siglo pasado.

Descenso del Sella. Ribadesella, agosto, 1965 (©) Gonzalo Juanes

Defensor de la fotografía como una actividad intelectual, Juanes sostuvo la importancia de la mirada subjetiva del autor sobre la mera reproducción óptica de la realidad. Estableció fuertes relaciones con otros fotógrafos como Oriol Maspons, Gabriel Cualladó y Carlos Pérez Siquier, así como con su cercano amigo Joaquín Rubio Camín. También destacó como escritor, crítico y analista de obras de otros grandes fotógrafos de la época, desde Cartier-Bresson hasta William Klein.

Descenso del Sella. Ribadesella, agosto, 1965 (©) Gonzalo Juanes

En palabras de Chema Conesa, “como amante de todas las disciplinas artísticas clásicas y modernas, Juanes nunca sobrevaloró la fotografía, ni se consideró artista, sólo un feliz practicante de un lenguaje expresivo en tono menor”. Su obra sólo fue reconocida tardíamente, con una exposición en su Gijón natal a los 80 años.

El cantante Mickey. Calle Serrano. Madrid, 1965 (©) Gonzalo Juanes

La Exposición "Una Incierta Luz"

"Una incierta luz" ofrece un recorrido atemporal por la vida del fotógrafo asturiano. Según Chema Conesa, Juanes “nunca vivió de la fotografía, pero la habitó como su auténtico credo, llevando su Leica siempre colgada y aprovechando cualquier situación para capturar imágenes que respondieran a sus inquietudes”.

El muelle. Gijón, octubre, 1965 (©) Gonzalo Juanes

Planta Baja: Los Primeros Trabajos

Estructurada en cuatro plantas en la planta baja, la exposición abarca sus primeros trabajos y su trayectoria vital, presentada a través de un vídeo protagonizado por su hijo, que desgrana la desconocida trayectoria de su padre. Aquí se conecta con los postulados de la nueva fotografía documental, sencilla y directa, alejada de las imposiciones esteticistas de la época. La exposición también rinde homenaje al Kodachrome, material fotográfico en color del que Juanes fue precursor en utilizar en España.

Gijón, agosto, 1966 (©) Gonzalo Juanes

Romería. Castiello de Bernueces. Gijón, julio, 1966 (©) Gonzalo-Juanes

Primera Planta: El Color en su Fotografía

En la primera planta comienzan sus trabajos en color, decisión que el fotógrafo toma a pesar de creer que a sus compañeros de AFAL no les interesa este medio dado que consideran que el blanco y negro es más adecuado para para testimoniar la desnuda realidad de la época. . También se acogen aquí las imágenes de la calle Serrano en Madrid, tomadas en 1965, que retratan a la juventud acomodada de la época, un tema inusual en la fotografía documental de entonces.

Gijón, marzo, 1967 (©) Gonzalo Juanes

Segunda Planta: Subjetividad y Complejidad de la Vida

La segunda planta refleja la obsesión de Juanes por la subjetividad en la imagen documental, anticipando la autoría definitiva en la nueva fotografía documental. Salvo la excepción que supone el retratar la fiesta del descenso del río Sella, imágenes que se encuentran aquí expuestas, Juanes ha decidido no contar historias sino contar la complejidad de la vida a través de series atemporales en las que dibuja el mundo infantil y escenas tradicionales a través de una evanescente luz que resalta la indecisión de los instantes, la fragilidad del tiempo, la incertidumbre del retrato.

Romería, agosto, 1967- ©) Gonzalo Juanes

Tercera Planta: Testimonio de su Tiempo

La tercera y última planta alberga dos de las series más conocidas de Juanes, reflejando su creencia en el fotógrafo como testigo de su tiempo. Fotografía su ciudad, Gijón, mostrando la devastación causada por la crisis industrial, y aborda la desesperanza y el fin de todas las cosas en la serie "Punto final", donde expone su fragilidad en un inevitable pulso con la vida.



viernes, 17 de mayo de 2024

EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES NOS DEVUELVE LAS IMÁGNES MAS EMBLEMÁTICAS DE CRISTINA GARCÍA RODERO

 

En las eras. Escober,1988 ©Cristina García Rodero

Somos muchos los devotos de Cristina García Rodero que no habíamos conseguido hacernos con un ejemplar del que fue su primer libro y tal vez el más carismático, “España Oculta”. Llevábamos años suplicándole que se reeditara pues el mercado de segunda mano era escaso y prácticamente inaccesible por los precios desorbitados que los pocos ejemplares cuyos propietarios de tal joya estaban dispuestos a desprenderse llegaban a alcanzar. Al fin ha llegado ese momento y Ediciones Elviria ha sacado al mercado una edición totalmente revisada por la propia Cristina, que además incluye algunas imágenes nuevas con respecto al anterior. La edición es francamente buena y además viene acompañada de una magnífica exposición en el Círculo de Bellas Artes. Ya sé que lo normal suele ser lo contrario, pero es que el libro no es en sí un catálogo de la exposición. Es mucho más que eso, tanto por el mayor contenido de imágenes como por los textos que las acompañan firmados por Julio Caro Baroja,  Publio López Mondéjar y  Christian Caujolle.

La tarde. Campillo de Arenas,1978 ©Cristina García Rodero

Ahora, en 2024, cinco décadas después de la beca que le concedió la Fundación Juan March y que en palabras de Cristina “le cambió la vida”, varias instituciones celebran su trabajo organizando la exposición Cristina García Rodero. España Oculta, que viajará durante dos años a distintas sedes (tras su paso por el Círculo de Bellas Artes, se podrá ver en el Centro Cultural de La Malagueta de la Diputación de Málaga, El Museo de Arte Abstracto de Cuenca y el Museu Fundación Juan March de Palma) mostrando una serie de 152 imágenes y un video. 



La exposición se inauguró ayer miércoles 16 de mayo en la Sala Picasso del Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde podrá visitarse hasta el próximo 18 de agosto. La serie recoge la serie completa de 152 fotografías que conforman el volumen España Oculta (1989), uno de los libros más importantes de la historia de la fotografía española. El viernes 17 se proyectará además en el Cine Estudio del Círculo el documental Cristina García Rodero. La mirada Oculta, estrenado en 2023 y dirigido por Carlota Nelson. Así que quien no lo haya visto aún tiene una oportunidad única para hacerlo. 


Cristina García Rodero comenzó en el mundo de la fotografía muy joven, poco más de 20 años, y cuando unos amigos le propusieron solicitar una beca a La Fundación Juan March, no podía imaginar que se la concederían y que ese sería el principio del resto de su vida. En la memoria de su solicitud escribió: “Me propongo realizar un trabajo antológico de las costumbres de España, tanto en su abertura al progreso, como en su ocultamiento y tradición. Para ello utilizaré el medio más actual y representativo de mi época: la expresión fotográfica.”  El premio alcanzó para comprar su primera cámara, una Asahi Pentax de 35 mm y un coche que la permitía desplazarse por los pueblos  para registrar en imágenes la memoria de sus fiestas, ritos, ceremonias y tradiciones de España. Conseguir que todo aquello no se perdiera en el olvido y que llegara a conocerse fue entonces el objetivo de Cristina y lo sigue siendo ahora 50 años después, aunque su horizonte se haya ampliado y abarque ya no solamente España y Portugal, que fue su siguiente parada, sino también lugares tan remotos como La India, Etiopía o buena parte de Latinoamérica. 



Cristina que acumula honores, Premio Nacional de Fotografía en 1996, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en 2005, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 2014, entre otros, fue la primera española en entrar en la Agencia Magnum, pero tiene algo para mí mucho más importante y es que sin apenas darse cuenta ha creado escuela. Hablaba al principio de este texto de los devotos de Cristina y es que son una legión aquellos que sienten verdadera adoración por su trabajo y unos pocos han seguido su estela por esos caminos  y pueblos que forman la España, ya no tan oculta, que aún conserva sus tradiciones, sus romerías, sus botargas, sus diablos, sus vírgenes, sus danzantes y su fuego, ese fuego purificador que algunos se atreven a desafiar saltándole o pisando sus brasas. Y en medio de todo ello está siempre esta mujer menuda en complexión pero grande de corazón y con una fuerza y un empeño que desafía a los elementos en invierno y en verano, porque las fiestas no paran y las hay a lo largo de todo el año, sino es en un lugar es en otro. Y junto a ella un puñado de fotógrafos que conocieron su trabajo hace ya veinte o más años y que han seguido sus pasos realizando trabajos fantásticos, aunque cada vez cueste más pues si bien las condiciones técnicas son mejores, la masificación lo convierte casi en una batalla en algunas ocasiones. 

Cristina García Rodero © C.Meléndez

En cualquier caso, nosotros tenemos la suerte de poder disfrutar del resultado de tanto esfuerzo, al menos durante unos días, en una exposición magnífica, comisariada por la propia Cristina,  con unas fotos reveladas en el laboratorio de otro gran fotógrafo, Castro Prieto, que ha realizado un trabajo minucioso y cuyos conocimientos, al igual que los de Cristina, se deja ver en cada una de las exquisitas copias. Y por supuesto siempre podemos volver a verlas en esa nueva edición de España Oculta editada por Elviria y que a partir de ahora tendrá un lugar de honor en nuestras bibliotecas. 


Fotos de Sala: C. Meléndez