Aunque todos hemos echado un vistazo a la Historia en algún momento de nuestra vida, bien de niños al estudiar, o bien de adultos por puro interés, lo cierto es que conocemos mejor lo ocurrido hace varios siglos que los hechos más recientes transcurridos en el último siglo. Sobre todo en lo referente a nuestra propio país.
El Museo ICO nos ofreció en el 2024 una interesantísima exposición sobre los pueblos de colonización en España en el siglo XX, comisariada por Ana Amado y Andrés Patiño, en la que se mostraba una parte de esa historia totalmente desconocida para las nuevas generaciones y casi olvidada por nuestros padres y abuelos y que sin embargo forma parte de nuestras raíces.
Este año vuelve a mostrarnos otra parte de nuestra historia con la exposición ‘Las Ferias del Campo’, un recorrido por apenas 25 años del pasado siglo, pero que tuvo un gran impacto no solo en la capital, sino también en el resto de España e incluso resultó una apertura hacia otros países. Y es que a pesar del subtítulo de la exposición: ‘Paisajes y arquitecturas modernas en la Casa de Campo’, esta muestra es mucho más que una exhibición de arquitectura, es un recordatorio de las políticas llevadas a cabo durante la dictadura, de las tradiciones y costumbres de las distintas regiones españolas, y de la necesidad de esparcimiento de las clases populares.
Comisariada por el arquitecto José de Coca Leicher la muestra nos ofrece una honda y rigurosa mirada sobre lo que fue el recinto ferial de la Casa de Campo, del que aún quedan algunos vestigios y en el que confluyeron arquitectura, arte, paisaje y modernidad entre los años 1950 y 1975.
Como una continuidad de las ferias de ganadería, la Feria del Campo se concibió como un lugar de reunión para agricultores, ganaderos y público en general. Era el lugar al que se acudía para conocer los avances tecnológicos en materia de todo aquello que pudiera mejorar el trabajo agrícola, para exhibir los mejores ejemplares de nuestra cabaña ganadera y también para que el público pudiera disfrutar de un tiempo festivo, regocijándose con danzas costumbristas y cocina regional de los distintos puntos de España.
Las Ferias del Campo parte de una investigación que documenta 115 pabellones proyectados a lo largo de varias décadas, 61 de los cuales aún se conservan en el recinto. El recinto, diseñado por Francisco de Asís Cabrero, se inauguró en 1950, para acoger la primera Feria Nacional del Campo. Su trazado original incluía arquitecturas de arcos y bóvedas de ladrillo, con una estética moderna y radicalmente distinta a los lenguajes de la arquitectura española del momento. Entre 1953 y 1975, el recinto se amplió para acoger nuevas ediciones de la Feria Internacional del Campo, organizadas por la Delegación Nacional de Sindicatos, en paralelo al fin de la autarquía. Sobre ese trazado paisajista se construyeron pabellones proyectados por jóvenes arquitectos, convirtiendo el espacio en un auténtico “laboratorio de arquitecturas”. Entre ellos se encontraban Miguel Fisac, Alejandro de la Sota, José Antonio Corrales o Ramón Vázquez Molezún.
La muestra también explora la colaboración entre arquitectos y artistas, responsables de las artes decorativas de los pabellones, otro de los grandes atractivos de las ferias. Entre ellos destacan los pintores Carlos Pascual de Lara, Antonio Rodríguez Valdivieso, Antonio Lago Rivera, Amadeo Gabino, Manuel Suárez-Pumariega Molezún o Jesús de la Sota.
La exposición reúne más de 300 piezas: fotografías, planos, maquetas, documentos inéditos y obras de arte y se podrá visitar hasta el 11 de enero de 2026. La muestra viene acompañada de una publicación, editada por la Fundación ICO en colaboración con Ediciones Asimétricas, que recoge las claves de la rigurosa investigación desarrollada en torno al recinto ferial de la Casa de Campo de Madrid.
Fotografías © Conchita Meléndez















No hay comentarios:
Publicar un comentario