A principios del año 2000
Natan Dvir emprendió un viaje por el Sudeste Asiático. Entre los utensilios que
portaba en su mochila había una cámara réflex, la primera, que había comprado
para ir recogiendo impresiones de los lugares que pensaba recorrer. También
había un pequeño libro adquirido en Chiang Mai, del que adquirió sus primeras
nociones de fotografía. Siete meses después, al concluir el viaje, el peso de
la mochila se había visto incrementado con cincuenta rollos de película.
Dado que sus imágenes
parecían tener bastante aceptación, continuó fotografiando, aunque no fue hasta
el 2003 que accidentalmente consiguió su primer trabajo profesional como
asistente de Ziv Koren, uno de los fotoreporteros más importantes de Israel. Él
fue su mentor y su primer referente en el mundo de la fotografía. Después
llegaron otros en los que inspirarse y a quienes admirar, Jeff Wall, Donald
Webber, Elinor Carucci, Nadav Kander, Ilona Szwarc o Diana
Markosian.
Nacido en Israel, pero asentado
actualmente en Nueva York, Natan Dvir continúa viajando por distintos puntos
del globo, realizando reportajes que se centran principalmente en el aspecto
humano de la política, la cultura y la sociedad de los pueblos que visita.
Uno de sus primeros
trabajos, “Belief”, está influido por las fuertes creencias religiosas de las
distintas culturas que coexisten en su país de origen. Judios, cristianos y
musulmanes conviven junto a sus creencias y lugares sagrados por todo el
territorio de Israel. La historia de la región, junto a la volátil situación
política que asola el país, da lugar a una compleja e intensa realidad en la
que la gente se expresa de un modo público y enfático.
En el año 2005, Dvir pasó
algunos meses en Shirat Hayam, un asentamiento judío en Gaza, donde fue testigo
del poder que ejerce la fe en algunas personas. También fue testigo de la surrealista
locura que se vivió en los momentos de combate en lugares como el asentamiento
cisjordano de Amona; o del sentimiento de pertenencia a la comunidad en una
corte ultra-ortodoxa cercana a Tel Aviv; o del fervor del momento de la oración
del viernes en la mezquita de la mayor ciudad árabe de Israel.
En cada uno de estos
trabajos Natan Dvir no estaba interesado en documenta el detalle del evento en
sí que fotografiaba, sino en una idea mucho más universal, que es contemplar el
poder de la fe y el lugar que ocupa en el mundo del espectador. De tal modo que
la comprensión de las ideas de los otros ayuden a conducir a un mejor
entendimiento y relación para todas las partes involucradas.
En el otro extremo de los
trabajos de Dvir se encuentra “Coming Soon”, realizado en la ciudad de Nueva
York entre los años 2008 y 2012, una serie que nos habla de un mundo, el
nuestro, en el cual el paisaje urbano, con sus calles, sus fachadas y su
irregular arquitectura, aparecerían recubiertos de un velo uniforme de
publicidad, de marcas y de logos globalizadores, donde las personas estarían
reducidas a frágiles liliputienses, figurantes en un universo eternamente
iluminado.
Dvir eligió para este trabajo
enmarcar de forma frontal los anuncios y escenas callejeras, produciendo un
efecto pictórico de aplanamiento. La urbe cotidiana se transforma de este modo
en un escenario donde las lonas y las paredes sirven como telón de fondo, y
donde el mobiliario y los espectadores se convierten en actores, a pesar de sí
mismos.
En general toda la obra de
Natan Dvir posee una gran potencia visual y evoca una serie de yuxtaposiciones que
llevan al espectador a sumergirse en las escenas plasmadas por el autor que ha
dedicado su carrera, a través de la fotografía, como un medio de ver y entender
el mundo de una manera más clara.
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