Cabecera La Mirada Fotográfica

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jueves, 3 de junio de 2021

EL PABELLÓN VILLANUEVA DEL REAL JARDÍN BOTÁNICO ACOGE DOS PROPUESTAS DE FUNDACIÓN ENAIRE EN PHOTOESPAÑA 2021

© C. Meléndez

Tras la inauguración oficial de la XIV edición de PHotoESPAÑA el Real Jardín Botánico presentó ayer las exposiciones Doom City. Del ser nómada al ser sin lugar, de Montserrat Soto y la muestra de los Premios de Fotografía Fundación ENAIRE 2021, ambas de la mano de la fundación.

© C. Meléndez

La Premio Nacional de Fotografía, Montserrat Soto ha construido en esta muestra un archivo personal entre 2004 y 2019, con seis etapas y que incluye fotografías, video, escultura o libros.
 
Así, Doom City ha supuesto la creación de un archivo personal en el que Montserrat Soto reflexiona sobre el nomadismo y sus consecuencias sobre el ser humano y el territorio
 
© Montserrat Soto

© Montserrat Soto

Durante este tiempo hemos experimentado grandes cambios en el mundo, y a través de este proyecto, Soto trata de buscar mediante la imagen captada, la singularidad de los movimientos de diferentes sociedades que intentan perpetuarse a través de la astucia, el ingenio, la tolerancia, la inclusión o el rechazo.
 
En ellos, la artista intenta comprender al ser humano a través de sus formas resolutivas tanto individuales como colectivas. Para ello ha recorrido escenarios reales que van desde Damasco a Nueva York, pasando por Namibia, Túnez, Cuba, Sao Paulo, Caracas, Jerusalén, Mauritania, París, Madrid o Barcelona, entre otros.

Fragmento de obra de Montserrat Soto

Fragmento de obra de Montserrat Soto

El proyecto se divide en un recorrido de seis etapas: Reserva tiempo Roto; Avenida de la legalidad de lo ilegal; Carretera al Imperio; Limbo Bulevar; Avenida de la ilegalidad de lo legal y Camino Infierno Ciego.

Debido a la gran extensión del proyecto, Montserrat Soto presentará en el espacio del Real Jardín Botánico un resumen de este trabajo al que ha dedicado los últimos quince años.
 
© Montserrat Soto



Premio de Fotografía Fundación ENAIRE

 
El Pabellón Villanueva acoge también la muestra con el Premio de Fotografía Fundación ENAIRE 2021

© C. Meléndez

La Fundación ENAIRE ha reconocido el trabajo de Eduardo Lampero, por su obra El ser y la nada (2018) con el primer premio. El jurado destacó: “la contundencia del paisaje metafísico presentado, que habla, al mismo tiempo, del lleno y del vacío. Una obra que actualiza el concepto artístico del land art, con una cuidada estética que trasciende lo documental”. El segundo premio ha sido para  Estela de Castro por Ares (2020) y el tercero para Marta Soul por Curiosity about the neighbours (2020).

© Eduardo Lampero

© Estela de Castro

© Marta Soul

Además de las tres obras finalistas, la exposición incluye ocho obras más escogidas por unanimidad por el jurado del premio, entre las que se incluye la Mención especial PHotoESPAÑA que corresponde a la obra Memorabilia (2019), de José Quintanilla. Junto con esta mención especial las obras seleccionadas han sido: S/T, serie Suiti (2019), de Magdalena Correa; Tottori, Japón (buscando a Shoji Ueda) (2018), de Antonio Pérez; Horizonte de sucesos (2015), de Víctor Zurbarán; La soledad de la portería (2011), de Guillem Vidal; S/T, serie Vacíos de agua (2015), de Sergio Pérez Acosta; Proyecto golosina (2020), de José Luis de la Parra e ITCH (2020), de Alberto David Fernández.

Premio joven 2021

A partir del 1 de julio Fundación ENAIRE contará con una sede permanente para la Colección ENAIRE de Arte Contemporáneo en las Naves de Gamazo, Santander. Un nuevo centro de arte que, tras una profunda rehabilitación, abre sus puertas para acercar el arte y la cultura del siglo XXI a todos los ciudadanos y que aspira a convertirse en un espacio de servicio público que contribuya al debate artístico y a la oferta cultural de Cantabria.



EL MUSEO ICO ACOGE ‘EN ESPAÑA. FOTOGRAFÍA, ENCARGOS, TERRITORIOS, 1983-2009’, COMO CONTINUIDAD A LA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN INICIADA EN 2019 CON ‘PAISAJES ENMARCADOS

© Sergio Belinchón

Desde que en 2012 el Museo ICO se especializó en la difusión de la arquitectura como disciplina artística y cultural, se ha intentado que todas las exposiciones de fotografía, además de alternar su mirada entre el panorama nacional y el internacional, desarrollen líneas de investigación que tengan continuidad en el tiempo. Una de ellas comenzó en 2019 con ‘Paisajes enmarcados. Misiones fotográficas europeas, 1984-2019’, en la que, por primera vez en España, se mostraron ocho misiones fotográficas de larga duración llevadas a cabo en Europa entre 1984 y 2019.

© Vicente del Amo

Ahora con la exposición ‘En España. Fotografía, encargos, territorios, 1983-2009’ que podrá verse en el Museo ICO desde el 2 de junio hasta el 12 de septiembre se da continuidad a este proyecto. En la nueva muestra se exponen varios proyectos fotográficos sobre ciudades y territorios y sus procesos de transformación, con el 92 como momento central. Comisariada por Ramón Esparza, Jorge Ribalta y Cristina Zelich, forma parte de la programación del Festival PHotoESPAÑA 2021.

Esta exposición y el libro que la acompaña reflejan, por primera vez de forma conjunta, las principales experiencias que ha habido en España fruto del uso de la fotografía como instrumento de observación y representación de los territorios y sus cambios. 

© Humberto Rivas

© Paulo Nozolino

Organizada en torno a tres momentos (la década de 1980, las grandes transformaciones urbanas relacionadas con los eventos de 1992 y la primera década del siglo XXI), presenta el trabajo de casi setenta fotógrafos junto a las publicaciones editadas en relación con los once surveys seleccionados: Granollers: 8 punts de vista (1983), L’Albufera. Visió tangencial (1985), Vigovisións (1986-2000), Barcelona: una geografía virtual (1990), Sevilla x 15 (1991), Ría de Hierro (1993), Salamanca. Un proyecto fotográfico (2002), Revisitar Canarias (2003), Ocho visiones: Distrito C (2007), Imatges metropolitanes de la nova Barcelona (2008) y Destrucción y construcción del territorio. Memoria de lugares españoles (2008-2009).

© Pepe Morón 

© Carlos Canovas

En esta ocasión, como ocurría en ‘Paisajes enmarcados’, se trata de encargos, tanto públicos como privados, pero centrados en el registro del paisaje y el territorio de nuestro país. En algunos casos no se habían vuelto a mostrar al público desde su realización con lo que, de este modo, se está contribuyendo a la difusión de un rico patrimonio cuyo conocimiento no se corresponde en absoluto con su relevancia. 

© Paul Graham

El término anglosajón survey que los comisarios han escogido, no sin ciertas discrepancias internas, para referirse a los distintos proyectos que pueden verse en la exposición podemos describirlo dentro de la terminología fotográfica, como una remisión a las heroicas exploraciones fotográfico-geográficas  de los territorios del Oeste americano de las décadas de 1860 y 1870, extendido aquí a una selección de proyectos de encargo que se orientan a la representación territorial con connotaciones sociales,  principalmente de regiones o ciudades. Y es que en tanto que la fotografía permite objetivar, representar y comunicar la complejidad social, incluyendo desigualdades e injusticias, es a su vez un instrumento encaminado al cambio y la reforma. 

© Allan Sekula

© Augusto Alves da Silva

El catálogo que acompaña la exposición se organiza principalmente en dos partes: una primera donde se presentan una selección de once proyectos “que articulan un relato sintético e históricamente significativo sobre el objeto de estudio” y una segunda de carácter documental donde se ofrece una diversidad de materiales que amplían y completan el relato y permiten profundizar en el tema. 

Alberto Arnaud, Claude Bussac, Jorge Ribalta, Ramón Esparza, Cristina Zelich y Lucinio Muñoz © C. Meléndez





 

martes, 1 de junio de 2021

LA FUNDACIÓN MAPFRE EXPONE LA OBRA DEL POLIFACÉTICO FOTÓGRAFO BILL BRANDT

Bill Brandt 
Río Cuckmere, 1963

Nacido como Hermann Wilhelm Brandt en Hamburgo en 1904, en el seno de una rica familia de origen ruso cuya generación anterior procedía de Gran Bretaña, decidió, tras haber vivido en Viena y París, instalarse en Londres en 1934. En un entorno de creciente animadversión por lo alemán provocada por el ascenso del nazismo, trató de borrar todo rastro de sus orígenes, llegando a afirmar que era natural de la isla británica. Ese ocultamiento y la creación de una nueva personalidad envolvieron su vida de un aura de misterio y conflicto que se vieron reflejados directamente en su obra. Brandt siempre cultivo el misterio y la opacidad sobre su biografía, hasta el punto de mantener esa falsedad sobre su origen incluso en la década de 1970. Sus imágenes tratan de construir una visión del país que abraza como suyo, pero no del país real, sino de la idea del mismo que él se había forjado durante su infancia con lecturas y relatos de sus familiares. Brandt siempre cultivo el misterio y la opacidad sobre su biografía, hasta el punto de mantener esa falsedad sobre su origen incluso en la década de 1970.

Bill Brandt
La Muerte y el industrial, Barcelona, 1932

Aquejado de tuberculosis cuando era joven, parece que fue en los sanatorios suizos de Agra y Davos, a los que su familia le envió para recuperarse, donde comenzaron su interés por la fotografía y muchos de sus descubrimientos literarios: Fiódor Dostoievski, Gustave Flaubert, Franz Kafka, Guy de Maupassant, Ernest Hemingway y Charles Dickens. Tras pasar unos años en Suiza, se trasladó a Viena para ser tratado por el doctor Wilhelm Sketel, quien consideraba que la enfermedad podía ser tratada mediante el psicoanálisis, partiendo de la base de que la tuberculosis no era sino el síntoma de un mal, más profundo, en la mente del paciente. Todos estos aspectos han imbuido su obra y su vida de un aire postromántico. Sus fotografías parecen encontrarse siempre en el límite, pues causan atracción y rechazo a la vez. 

Bill Brandt 
Tarde en Kew Gardens, 1932

La decisión de Brandt de dedicarse a la fotografía podría deberse a algo casual, pero parece que influyeron también las recomendaciones de la pedagoga y filántropa Eugenie Schwarzwald, quien le puso en contacto con los círculos artísticos. Tras recibir los elogios de Ezra Pound  por un retrato suyo, decidió irse a París, verdadero centro por aquel entonces de la fotografía europea. Así pues en 1930 Brandt se trasladó a París junto con su primera pareja, Eva Boros, para entrar como asistente en el estudio de Man Ray. Sin llegar a participar de forma activa en ninguno de los grupos de las vanguardias históricas, el artista se impregnó de las ideas que bullían en un París en el que abundaban los artistas jóvenes, muchos de ellos inmigrantes, buscando hacerse un hueco en el mundo profesional. Sus imágenes de esa primera época tienen un aire de catálogo de «temas» del psicoanálisis, clara muestra de la influencia que sobre él ejercía el surrealismo. 

Bill Brandt 
Vitrina de sombrerería en Bond Street, 1934

Casi todas sus imágenes, tanto las de carácter más social de antes de la guerra como las de su posterior etapa más «artística», mantienen una fuerte carga poética y ese halo de extrañeza y de misterio tan característico en el que, al igual que en su vida, se mezclan siempre realidad y ficción.  

La muestra que la Fundación Mapfre nos ofrece es una retrospectiva que reúne 186 fotografías positivadas por el propio Bill Brandt, que a lo largo de casi cinco décadas abordó los principales géneros de la disciplina fotográfica: reportaje social, retrato, desnudo y paisaje, tal como señala su biógrafo Paul Delany en Bill Brandt. A Life (2004).  

Bill Brandt 
Joven del East End bailando «The Lambeth Walk», marzo de 1939

El recorrido, dividido en seis secciones, trata de mostrar cómo todos estos aspectos –en los que la identidad y el concepto de «lo siniestro» se convierten en protagonistas– confluyen en la obra de este ecléctico artista que fue considerado, ante todo, un flâneur. Un «paseante» en términos similares a los que lo fue su admirado Eugène Atget, a quien siempre consideró uno de sus maestros. Ciento ochenta y seis fotografías que se complementan con escritos, algunas de sus cámaras de fotos y distinta documentación, entre la que destaca una entrevista que ofreció al final de su vida al canal de televisión británico BBC en 1983, así como publicaciones ilustradas de la época. Todo ello gracias a la cortesía del Bill Brandt Archive de Londres y de la Edwynn Houk Gallery de Nueva York.

Bill Brandt
Sirvienta y sirvienta segunda preparadas para servir la cena, 1936

En febrero de 1936, dos años después de su llegada a Londres, Bill Brandt publicó su primer libro, The English at Home. Las escenas reproducidas en el volumen, a pesar de parecer espontáneas y naturales, habían sido previamente preparadas. Para este primer libro, Brandt utiliza un formato alargado, propio del formato álbum, y adopta una de las fórmulas de diseño más utilizadas por las publicaciones gráficas centroeuropeas: la unión de contrarios en pos del contraste significativo entre cada par de fotografías. Brandt busca la contraposición entre dos clases sociales enfrentadas en página par e impar, desarrollando dos discursos narrativos en paralelo, pero sin mezclarlos. Así, en el apartado que se ha denominado “Arriba y Abajo”, encontramos escenas de familias de clase alta paseando o cenando, y poco después las mismas actividades, pero desarrolladas por familias de mineros y de clase social inferior.  

Bill Brandt
Estación de metro de Elephant and Castle, 1940

Bill Brandt
La catedral de San Pablo bajo la luz de la luna, 1942

 Dos años después de la aparición de The English at Home, Brandt publicó A Night in London, una especie de réplica a la obra de uno de sus fotógrafos más admirados, Brassaï, cuyo libro Paris de Nuit se había puesto a la venta seis años antes en Francia. Es la aportación de Brandt al género fotográfico y cinematográfico que algunos historiadores han denominado la «sinfonía de las grandes ciudades».  

En 1943 Brandt empieza a trabajar para Lilliput y  Harper’s Bazaar en su edición americana. En esta fecha aborda el género del retrato profesionalmente. La primera referencia de Brandt a sus propios retratos, de los que se conservan más de cuatrocientos, apareció en Lilliput en 1948. Parafraseando a Breton, Bill Brandt señalaba: «Un retrato no debe ser solo una imagen sino un oráculo que uno interroga, y la meta del fotógrafo debe ser encontrar una semejanza profunda física y moralmente, que sugiera algo del futuro del sujeto. El fotógrafo tiene que esperar hasta que en la expresión del retratado  ocurra algo intermedio entre el sueño y la acción».  Sin embargo conseguir esto no siempre le resultaba sencillo. En el video que acompaña la exposición Bill Brandt nos habla de las dificultades que tuvo para conseguir un buen retrato de algunos de los artistas  a los que tuvo que fotografiar. 
Bill Brandt 
Desnudo, Baie de Anges, Francia, 1959

Bill Brandt 
Desnudo, Londres, 1952

Brandt no comenzó a trabajar en el género del desnudo hasta la década de 1940 y  durante mucho tiempo mantuvo estas obras como algo privado. La fotografía documental se había convertido, para él, en una moda que todo el mundo practicaba; y la vieja Gran Bretaña, con su marcada división de clases sociales, era algo del pasado. Cabe recordar que el desnudo es uno de los temas clásicos de la pintura y, como tal, marca la evolución de Brandt desde el documentalismo hasta la consideración social de «artista». En esta evolución, se sirvió de una vieja cámara de placas con un objetivo que producía una sensación de gran espacialidad y profundidad con el fin de transformar el espacio cotidiano de una habitación en un entorno onírico.

En la década de 1950 visitó las playas del Canal de la Mancha para hacer una serie de retratos del pintor Georges Braque. La visión de esas playas pedregosas le hizo cambiar de dirección y comenzar a fotografiar piedras y partes del cuerpo femenino como si de esas mismas piedras se tratase. Unió carne y roca, calor y frío, dureza y morbidez en un mismo discurso formal.


Bill Brandt 
Francis Bacon en Primrose Hill, Londres, 1963

Tras profundizar en el retrato –que nunca dejó de practicar–, Bill Brandt introdujo el paisaje en su repertorio. Completaba así la temática clásica de lo que convencionalmente se considera los géneros artísticos tradicionales. En ellos buscó introducir una atmósfera – término que para Brandt parece contener toda una serie de referencias estéticas que remiten tanto a la tradición pictórica como literaria– que interpelase al espectador y le suscitara una respuesta emocional ante lo contemplado. En este sentido, daría la sensación de que el artista no quiere simplemente representar un lugar sino captar su espíritu en una sola imagen. Tal es el caso de Halifax; «Hail Hell & Halifax» (1937) o de Río Cuckmere (1963). Cuando en estos paisajes comienzan a aparecer arquitecturas de piedra, como tumbas y cruceros, Brandt cree haber conseguido su objetivo: captar la atmósfera.

Bill Brandt
Buscadores de carbón en East Durham, 1937

Bill Brandt 
Halifax; «Hail Hell y Halifax», 1937

Bill Brandt 
Top Withens, West Riding, Yorkshire, 1945 

El catálogo que acompaña a la exposición incluye reproducciones de la totalidad de las obras expuestas, además de un ensayo principal a cargo del comisario del proyecto, Ramón Esparza y otro de Maud de la Forterie, doctora en Historia del Arte por la Universidad de la Sorbona, cuya tesis doctoral se centró en la obra de Bill Brandt. La publicación reproduce también un ensayo de Nigel Warburton sobre el artista, publicado originalmente en 1993 y revisado para la presente edición, así como el texto de Bill Brandt «A Statement» [Una declaración], aparecido en marzo de 1970 en la revista Album.


CASA ÁRABE PRESENTA LA EXPOSICIÓN “BARZAKH. ENTRE MUNDOS”

© M Hammed Kilito

La sede de Casa Árabe en Madrid acoge, desde el miércoles 2 de junio, la exposición “Barzakh. Entre mundos”, una muestra comisariada por Xavier de Luca y Houari Bouchenak que forma parte del Festival PhotoEspaña.

“Barzakh. Entre mundos” es resultado de la colaboración entre Jiser Reflexions Mediterrànies y los colectivos de fotografía KOZ Collective (Marruecos), Collective220 (Argelia), rhizome (Argelia) y Maison de l’Image (Túnez).

El proyecto reúne los trabajos fotográficos de ocho artistas: Zied Ben Romdhane, Souad Mani, Hakim Rezaoui, Yasmine Hatimi, Sonia Merabet, M'hammed Kilito, Toni Serra (abu ali)  y Abdo Shanan.

Barzakh es un viaje que nos invita a descubrir la condición humana de los jóvenes del Magreb y del otro, ese otro que nos remite a un yo interior, un ir y venir permanente entre lo tangible y lo que está ligado al subconsciente y a la memoria.

© C. Meléndez

© M Hammed Kilito

“Barzakh. Entre mundos”, fue el proyecto seleccionado en la convocatoria de comisariado “Nur”, organizada por Casa Árabe y PhotoEspaña y cuya primera edición se lanzó en enero de este año y de cuyo jurado formaron parte Claude Bussac, directora de PHotoEspaña y Sandra Maunac, comisaria independiente. El objetivo de la convocatoria, a la que se presentaron 39 propuestas expositivas y que iba dirigido a comisarios y no a autores, es el de dar visibilidad y difusión a un proyecto que ofrezca una mirada sobre uno o diversos aspectos de las sociedades árabes, desde una perspectiva contemporánea. 

© Abdo Shanan

Entre los aspectos que más valoró el jurado de la convocatoria, destacan la propuesta curatorial y el discurso de la exposición construido sobre el concepto de Barzakh, que permite una reflexión sugerente y oportuna en torno al mundo de la imagen y la imaginación. La propuesta, con gran sentido artístico, se articula como metáfora de dos realidades que conviven en la actualidad en el mundo árabe, a saber: una juventud vibrante, enérgica y rebelde que ha salido a la luz; y un mundo interior e intangible vinculado con la memoria y con los tránsitos a territorios y ámbitos por explorar. De este modo el término “entre dos mundos” tiene una connotación espiritual que pone en contacto un mundo más terrenal con la búsqueda de uno mismo, una mirada hacia la luz. 

© C. Meléndez

Del mismo modo, desde una perspectiva conceptual de la fotografía, el proyecto reflexiona sobre los distintos usos y formatos de la imagen incluyendo obras en papel, diapositiva, imagen en movimiento y otros soportes más experimentales. Con esta diversidad, la propuesta anima a la reflexión acerca de las diferentes formas de narración que puede comportar la fotografía.

© Sonia Merabet

© Yasmine Hatimi

En tercer lugar, el jurado ha considerado de enorme interés el hecho de que la propuesta agrupe el trabajo, no sólo de los artistas incluidos, sino de cinco colectivos y asociaciones independientes que operan actualmente en Argelia (Collective 220 y Rhizome), Marruecos (KOZ Collective), Túnez (Maison de L’Image) y Jiser (España, Túnez, Argelia). Al seleccionar una propuesta como ésta, el jurado reconoce el trabajo horizontal y de cooperación cultural regional entre estas entidades, poniendo de relieve que también en el mundo árabe existen iniciativas de gestión cultural que desarrollan su trabajo con enorme profesionalidad, entusiasmo y calidad y pueden ser motor de desarrollo y generador de oportunidades.

© Zied Ben Romdhane 

La exposición podrá visitarse en la sede de Casa Árabe en Madrid (c/ Alcalá, 62) del 2 de junio al 17 de octubre, todos los días de 10 a 19:30 horas (cerrado del 1 al 22 de agosto). La entrada es libre.

Xavier de Luca (Comisario) y Abdo Shanan (Artista) 
© C. Meléndez





lunes, 31 de mayo de 2021

PHOTOESPAÑA Y ACCIONA PRESENTAN, EN EL MUSEO LÁZARO GALDIANO, “SOMOS AGUA”,LA EXPOSICIÓN INTERACTIVA DE LA FOTÓGRAFA ISABEL MUÑOZ

 

© Isabel Muñoz

El Museo Lázaro Galdiano muestra, a partir de hoy y hasta el próximo 29 de agosto, la exposición inmersiva e interactiva Somos agua, de la fotógrafa Isabel Muñoz, Premio Nacional de Fotografía 2016 y una de las más prestigiosas fotógrafas del panorama internacional, con dos premios World Press Photo.


Esta instalación, enmarcada en PHotoESPAÑA 2021 e impulsada por ACCIONA, está concebida como una experiencia multisensorial e inmersiva que combina la calidad fotográfica de la artista con un audaz planteamiento formal basado en la tecnología audiovisual más puntera.


Entre estos elementos tecnológicos destaca una pantalla de cinco metros de ancho que reaccionará a los movimientos de los espectadores. Además, pantallas laterales proyectarán juegos de luces y sonidos propios de entornos marinos.

© Isabel Muñoz

© Isabel Muñoz

En las imágenes que conforman esta exposición, la fotógrafa plasma de manera poética la falta de compromiso social frente al calentamiento global a través de una mirada plástica sobre uno de los medios más afectados por la emergencia climática: el mar.


Se trata de fotografías inéditas de las inmersiones de la apneista japonesa Ai Futaki, que ha obtenido dos records Guinness de mantenimiento a pulmón libre bajo al agua,  y otros buceadores en los acuarios del Oceanografic de Valencia. 


Las imágenes reflejan a las criaturas de los fondos marinos (medusas, rayas, tortugas, tiburones, algas y anémonas, caballitos de mar…) al tiempo que transmiten al espectador la fragilidad del medio marino, amenazado por la contaminación creciente y los efectos del calentamiento global.

© Isabel Muñoz

“Inicié este proyecto atraída por la belleza de los entornos marinos y como llamada de atención ante los peligros que amenazan su supervivencia. El mar nos lo da todo sin pedirnos nada a cambio. Damos por sentado que su riqueza es inagotable, que puede con nuestros descuidos, nuestra falta de previsión, nuestros excesos”, afirma Isabel Muñoz. “Pero las cosas no son así. ¿Qué vamos a dejar a nuestros hijos y nietos si no somos capaces de cuidar de sus tesoros, si seguimos echando al mar plásticos que son trampas mortales para las especies que lo habitan, si continuamos vertiendo residuos que pondrán fin a la biodiversidad marina?”.

© Isabel Muñoz

© Isabel Muñoz

Además de la exposición de Isabel Muñoz, el Museo Lázaro Galdiano contará durante este verano con un espacio dedicado a mostrar los problemas generados por la escasez del agua dulce en el mundo y a explicar algunas de las respuestas que se están dando desde el ámbito empresarial. ACCIONA, exhibe en esta sala algunas de las fotografías más emblemáticas de sus proyectos de tratamiento de agua, que han llevado a la compañía a ser líder mundial en desalación por ósmosis inversa.


Somos agua es fruto de la colaboración de ACCIONA y PHotoESPAÑA, que ya han llevado a cabo otros proyectos en común vinculados a mostrar de manera artística algunos de los principales retos a los que se enfrenta nuestra sociedad, como el cambio climático –en el caso de la exposición fotográfica y audiovisual S.M.A.R.T que fue una de las principales actividades de la edición 2019– o la lucha contra el Covid19, en relación a la que ambas entidades colaboraron para impulsar el concurso #PHEdesdemibalcón en la edición ‘virtual” de 2020.

Isabel Muñoz, Isabel Gistau (Representante de Acciona), Claude Bussac (Directora de PHotoEspaña) y Begoña Torres (Directora del Museo Lázaro Galdiano) 
© Conchita Meléndez

El Museo Lázaro Galdiano se encuentra en la que fue una de las residencias privadas más suntuosas de Madrid. Su visita ofrece una experiencia única. Un viaje en el tiempo para descubrir el gusto de José Lázaro y su familia, que atesoraron casi 13.000 obras, una de las colecciones privadas más importantes del momento.

© Conchita Meléndez

La exposición estará abierta al público desde hoy hasta el próximo 29 de agosto. En la presentación Isabel Muñoz ha estado acompañada por su galerista Blanca Berlín, y por algunos compañeros fotógrafos como Ramón Masats.