ESPACIO FUNDACIÓN TELEFÓNICA
Esta mañana se ha presentado
en el Espacio Fundación Telefónica una de las exposiciones más interesantes de
las muchas que componen el entramado de PhotoEspaña 2015. La retrospectiva de
Luis González Palma, que recorre los más de treinta años de trabajo del autor,
conjuga la belleza de las imágenes que el autor entiende como una forma de consuelo,
con una profunda reflexión sobre lo humano.
Alejandro Castellote,
responsable de la propuesto curatorial nos explica así el contenido de la
exposición: “El universo de Luis González
Palma está formado por constelaciones temáticas que orbitan alrededor de su
obra en un ciclo de permanente ida y retorno. La identidad y la memoria –ejes
de sus primeros trabajos- son abordadas desde el retrato con persistentes ecos
a la pintura religiosa y al barroco. Otras temáticas que sobrevuelan su obra
son la introspección, la intimidad, la reflexión sobre el poder y la
representación de lo no visible. Su obra está teñida por una sinfonía de
soluciones formales que son, en sus palabras, «un intento de darle cuerpo a los
fantasmas que gobiernan las relaciones personales, las jerarquías religiosas,
la política y la vida». En sus más recientes trabajos, los retratos se exhiben
a modo de sudarios que han sido reconstruidos a partir de fragmentos dispares;
cosidos como se cosen las heridas, convirtiendo las suturas en metáforas de
nuestro tránsito por la vida. Las obras de esta serie -algunas de las cuales han
sido realizadas expresamente para esta muestra- exhiben como primer atractivo
una superación de la bidimensionalidad del soporte fotográfico mediante la
adición de texturas o la intervención sobre los materiales que invitan al
espectador a una contemplación en clave sensorial”.
Como un secreto se seduce a si mismo de la serie Jerarquías de la Intimidad
© Luis González Palma
Toda la exploración
artística de Luis González Palma constituye una reflexión profunda sobre la
mirada, que interroga la historia y condición humana. Ya en sus primeras series
se manifiesta una sólida posición crítica respecto al contexto sociopolítico de
su país. Sus retratos, y los materiales etnográficos que los acompañan, están
alegóricamente recubiertos de un velo de silencio, un signo de ese otro
silencio que su generación hubo de mantener frente a la omnipresente violencia
de la guerra civil en Guatemala (1960-1969).
Su corpus fotográfico se
podría dividir en tres etapas creativas. En la primera, que se desarrolla a
finales de los años ochenta, el artista utiliza la fotografía para mostrar una
imagen diferente de su país, más profunda e íntima, desde una mirada crítica.
La mayoría de las obras de estos primeros años son retratos frontales de mirada
fija y directa de individuos de aspecto maya, con símbolos del imaginario
popular y religioso. En este periodo despliega un lenguaje simbólico e
iconográfico rico y polisémico que desestabiliza la posibilidad de una mirada
única y dominante. En el rostro y la mirada explora rastros como el trauma, el
sentimiento de pérdida irreparable e irreversible, el dolor, el silencio o
símbolos de transgresión, reflejando la violencia que hubo en Guatemala a lo
largo de más de cinco siglos.
De la serie Moebius © Luis González Palma
Generalmente las fotografías
de esta época están impresas en superficies no convencionales y tratadas en
procesos de recubrimiento y descubrimiento de la imagen, utilizando materiales
como el betún, el petróleo y el polvo dorado para alcanzar tonos sepia con el
fin de evocar una cierta sensación de antigüedad.
A partir de los años
noventa, la obra del artista “transita por un camino que lo lleva de lo popular
a lo íntimo. Su obra comienza a concentrarse en la exploración de la memoria y
las obsesiones personales”. Empieza a desvincularse de todo lo relacionado con
el mundo indígena y con Guatemala, un cambio que coincide con el inicio de su
relación con Graciela De Oliveira y con su traslado a Córdoba (Argentina).
Guardaspaldas, de la serie Tu mirada me distorsiona sin saberlo
© Luis González Palma
Bajo el título genérico
Jerarquías de intimidad, González Palma crea en este momento las series
Conjugación de intimidad (2003) con poemas escritos de Graciela De Oliveira; El
Encuentro (2004); El Duelo (2005); La luz de la mente, (2005); La Anunciación
(2006-2007), y La Separación (2008). Aspectos como la intimidad, la
incomunicación, el encierro interior, la frustración de la pasión amorosa o la
angustia, se revelan con frecuencia en espacios irreales y fantásticos con
ciertos ecos surrealistas.
En esta etapa muchas de sus
obras dejan de lado el retrato para centrarse en los espacios, objetos,
instalaciones, para generar una serie de metáforas: sillas en las que no se
puede descansar, objetos que dan la sensación de amenaza, presencias ausentes o
escenarios desolados.
De la serie Moebius © Luis González Palma
Su obra más reciente es
Möbius, en proceso desde 2013, en la que experimenta con la abstracción interviniendo
fotografías antiguas y nuevas a través del uso de figuras geométricas y de
color.
En esta etapa la
deconstrucción y desarticulación de las formas –llevada a cabo en distintos
formatos y soportes– sirve para explorar la imposibilidad de percibir la
realidad, o en su caso una imagen, en toda su completa totalidad.
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