Cabecera La Mirada Fotográfica

Cabecera La Mirada Fotográfica

martes, 20 de diciembre de 2022

PROGRAMACIÓN EXPOSITIVA DE FUNDACIÓN MAPFRE PARA 2023

 

© Leonora Carrington

Fundación MAPFRE ha presentado hoy, 20 de diciembre, su programación cultural en Madrid y Barcelona para 2023. En total, organizará en sus salas doce exposiciones que muestran las obras de distintos artistas que ayudarán al visitante a tener una visión más completa del arte del siglo XX y buena parte del XXI, es el caso de los fotógrafos Anastasya Samoylova o Matthieu Pernot

El año comienza en Madrid con Leonora Carrington. Revelación y Facundo de Zuviría. Estampas porteñas que podrán visitarse en la Sala Recoletos (Paseo de Recoletos, 23) desde el 11 de febrero.

Leonora Carrington. Revelación, organizada en colaboración con el ARKEN Museum for Moderne Kunst de Dinamarca, constituye la primera retrospectiva consagrada a esta artista versátil y ecléctica que se celebra en España. Adelantada a su tiempo en su preocupación por la ecología y los derechos de la mujer, Carrington desarrolló un interés profundo por diversos temas, como la mitología celta, el mundo de la magia y lo oculto, la naturaleza —por la que siente un profundo respeto— y el mundo animal, la psicología, o el budismo tibetano; todos ellos asuntos que se reflejan en su pintura, dibujos, escultura y en los escritos que realizó a lo largo de toda su vida.

© Facundo de Zuviría

La exposición de Facundo de Zuviría concentra alrededor de 200 fotografías realizadas entre 1982 y 2022. El autor, uno de los más interesantes de la escena actual de la fotografía, lleva desarrollando su trabajo desde hace ya cuarenta años. Fruto de su infatigable deambular por la ciudad de Buenos Aires, sus imágenes ofrecen miradas originales y emblemáticas, en las que condensa los aspectos esenciales de la metrópolis argentina. El artista recorre sus barrios en busca de fragmentos que la recompongan, en una obsesión que le ha valido el apelativo de «cazador de imágenes».

© Anastasia Samoylova

Por su parte, en el Centro de fotografía KBr Barcelona se presentará, tras su paso por Madrid, la obra de Ilse Bing y la de la ganadora del I edición del KBr Photo Award, Anastasia Samoylova

A lo largo de su carrera Ilse Bing abordó una amplia variedad de temas. El proyecto incluye 190 fotografías y material documental que recorren en sentido cronológico toda su vida y obra: sus primeras imágenes, ancladas a la realidad, que realiza en su ciudad natal, Frankfurt; su viaje a París, donde se instala, recibe algunos de sus más importantes encargos para revistas como Regards Le Monde Illustré o L’Illustration y donde expone en algunas de sus galerías más importantes; el período en el que estuvo recluida en un campo de internamiento en los Pirineos debido a su matrimonio con el pianista Konrad Wolff, de origen judío; y, por último, su posterior exilio en Estados Unidos. Además, se proyectará el documental Drei Fotografinnen [Tres fotógrafas]: Ilse Bing.

© Ilse Bing

El proyecto ganador del premio de fotografía KBr, Image Cities de Anastasia Samoylova, está realizado en distintas ciudades del mundo y constituye un estudio visual de la integración cada vez más estrecha entre la imagen fotográfica y el entorno urbano. Samoylova analiza de cerca el papel que juega la fotografía en la creación de esta brecha ideológica entre una identidad urbana de la que se presume y la realidad que muestran.

© Louis Stettner

Una vez clausurada la exposición se podrá ver en las salas de Fundación MAPFRE en el Paseo de Recoletos.

Junto a la exposición de Samoylova, durante el verano en Madrid, se podrá disfrutar de la muestra sobre el estadounidense Louis Stettner, que dedicó casi setenta años de su vida a la fotografía. En 1947 el fotógrafo se trasladó a París, debido a la persecución de los intelectuales de izquierdas durante la era del macartismo. A caballo entre estas dos culturas, su trabajo, incorpora elementos de la Street photography y de la fotografía humanista francesa. Formado en la escuela neoyorquina de la Photo League, aprendió con Sid Grossman y fue un gran amigo de Weegee. En París, el joven fotógrafo conoció a Brassaï, que se convirtió en su mentor y le introdujo en la comunidad fotográfica parisina.

© Tina Modotti

Nacida en el norte de Italia, Tina Modotti emigró muy pronto a Estados Unidos, donde conoció, en 1923, a Edward Weston, que influirá notablemente en su trayectoria. En ese mismo año se trasladaron a México donde Modotti desarrolla, durante casi una década, un trabajo que parte del modernismo, pero que pronto será sustituido por una perspectiva diferente y personal, un modo distinto de ver la vida. Profundamente atraída por el ser humano, su sensibilidad social se desarrolló en paralelo a su militancia política y su activismo dentro del Partido Comunista, en cuyo seno conocerá a figuras de la intelectualidad mexicana como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera o Frida Kahlo.

La exposición Tina Modotti hace un recorrido por toda la trayectoria de esta autora y reúne el mayor conjunto de fotografías expuestas hasta el momento de su obra, además muestra una importante colección de documentos que dan constancia de su breve  e intensa vida.

© Jules Ainaud

Por su parte, Jules Ainaud, es un autor prácticamente desconocido hasta hoy, pues su obra se expone ciento cincuenta años después de que fuera contemplada por primera vez en Barcelona. Ainaud trabajó siempre para otro fotógrafo de mayor renombre, Jean Laurent que entre agosto de 1871 y julio de 1872 le encargó viajar por Cataluña para que fotografiara los monumentos y los paisajes de la región. La exposición se centra en este recorrido y trata de devolver a Ainuad el lugar que se debe ocupar dentro de la historia de la fotografía.

© Mathieu Pernot

Para finalizar, el año 2023, se abrirán en Madrid dos exposiciones. La primera, sobre el escultor Medardo Rosso, tiene como objetivo la recuperación de la memoria de este artista a través de la presentación de un centenar de obras entre esculturas, fotografías y dibujos, que responden a una visión muy alejada de las ideas de la época en la que fueron creadas y subrayan la importancia de su trabajo para la escultura del siglo XX. A Rosso se le ha clasificado tradicionalmente como un escultor impresionista por su interés en captar el momento fugaz pero la exposición muestra cómo su voluntad iba mucho más allá y que su obra desborda los límites de este movimiento y plantea aspectos fundamentales para el desarrollo de la escultura posterior. La modernidad de su obra se basa fundamentalmente en su radical concepción de la plástica escultórica como negación de la materia y en su voluntad de fusionar el objeto con el espacio que lo rodea.

© Medardo Rosso

La segunda exposición aborda el trabajo del fotógrafo francés Mathieu Pernot, uno de los autores más destacados del panorama actual. En sus fotografías, Pernot presenta motivos que tienen que ver con las minorías étnicas, los refugiados, la inmigración o las guerras, junto con otros relacionados con cuestiones más personales, y combina lo documental con enfoques ajenos a este género. El urbanismo de la periferia, la migración, el poder, los edificios de prisiones, los campos de internamiento generan una violencia y tensión que parecen convertirse, ellos mismos, en el tema de su trabajo. Todo aquello que se encuentra en los márgenes resulta de interés para este artista, en cuya obra a menudo se descubre a los mismos individuos fotografiados una y otra vez a lo largo de los años.

En Barcelona, el año se cerrará con William Eggleston, considerado el padre de la fotografía en color. A finales de la década de 1970 el artista logró que el medio fuera reconocido como modo de expresión digno de ser expuesto en las galerías de arte y los museos. Sus imágenes, en apariencia sencillas, resultan siempre atrayentes. Pertrechado con su Leica, reflejó los suburbios de Memphis utilizando películas en blanco y negro de 35 mm y alta sensibilidad, y ya desde entonces mostró un especial gusto por capturar restaurantes, interiores domésticos y personas enfrascadas en situaciones aparentemente triviales, e incluso banales.

© William Eggleston

La exposición William Eggleston está organizada por el C/O Berlín en colaboración con Fundación MAPFRE.

De forma paralela se podrá visitar una nueva edición de KBr Flama’23, proyecto que surge de la estrecha colaboración entre el centro de fotografía KBr Fundación MAPFRE y las instituciones Grisart, Idep Barcelona, IEFC y Elisava, Facultad de Diseño e Ingeniería de Barcelona con el objetivo de dar a conocer a las nuevas generaciones de fotógrafos.


miércoles, 14 de diciembre de 2022

ILUMINA MADRID, UNA EXPOSICIÓN EN TORNO AL MÍTICO CARTEL DE SCHWEEPS DE LA GRAN VÍA MADRILEÑA

 

© Carmenchu Alemán

Seguramente a vosotros también os habrá pasado, ir paseando por la Gran Vía y sentir la tentación de hacer una foto del luminoso que corona la cúpula del edificio Carrión, o edificio Capitol para la mayoría,  en la esquina de la Gran Vía con la calle Jacometrezo. Y a poco que llevarais una cámara o un móvil en el bolsillo la habréis hecho. Lo mismo le ha ocurrido a otros miles de personas, tanto si son vecinos del foro, como si han llegado a la capital desde otras ciudades españolas o incluso de otros países y por supuesto los fotógrafos profesionales no iban a ser menos. Por eso y aprovechando que el mítico cartel  ha cumplido 50 años de existencia, ayer se inauguró en el Espacio Cultural Serrería Belga (Alameda, 15), una emotiva exposición que permitirá descubrir a todo el que se quiera acercar hasta allí una selección de fotografías realizada por la comisaria de arte independiente Lucía Laín.

© Nicolás Muller

© Juan Pando Barrero

La muestra que es de entrada gratuita y de una duración bastante efímera  pues solo estará abierta hasta el día 20 de diciembre, está organizada por Schwepps y propone realizar un viaje emocional desde los años 50, antes de que estuviera instalado el actual neón, hasta nuestros días. Una manera de devolver a los madrileños y a todos sus visitantes el interés y los millones de fotografías que cada año se realizan a este icono que ya forma parte del paisaje protegido de la capital. Pero no sólo se trata del edificio en el que está enclavado el cartel, la mayor protagonista es la arteria que recorre la Gran Vía y que nos permite visualizarla desde distintas perspectivas y recrearnos en la vida que siempre ha tenido la avenida y en los cambios que se han ido produciendo a lo largo del tiempo. 

Equipo Europa Press

©Nicolás Muller

Para reflejar ese cambio de la ciudad y de sus residentes, la muestra se retrotrae a los años 50 —Schweppes comenzó a operar en España en 1957—, cuando todavía el neón no estaba instalado. En algunas de las imágenes puede verse otro cartel, el de la marca de cigarrillos Camel, cuando aún no estaban vetados los anuncios de tabaco y el vaquero de Malboro pululaba por las calles de Madrid. Estas imágenes, en blanco y negro, reflejan una Gran Vía bulliciosa, vibrante, llena de carteles de luz de sus locales. A medida que avanzan los años, las fotografías muestran una ciudad cada vez más moderna e imponente. El luminoso de Schweppes emerge en 1972 en la fachada del Carrión. Los años 80 son especialmente relevantes para esta arteria: la Movida Madrileña, un auténtico torbellino estético y cultural, toma la capital de España. De hecho, uno de sus iconos será el cineasta Pedro Almodóvar, quien aparece en una de las fotografías tomada por Jesús Peraita, junto a Fabio McNamara y Alaska. La exposición también recoge una secuencia de una de sus películas más famosas, La ley del deseo (1989). Seis años después tendría lugar la irrupción más conocida del luminoso de Schweppes en la gran pantalla con El Día de la bestia (1995), de Álex de la Iglesia: imposible no recordar a Santiago Segura, Álex Angulo y Armando de Razza colgando del neón en una escena que ya es historia del cine español.

© Roberto Arranz

Equipo Europa Press

Como podéis imaginar los nombres de los más prestigiosos fotógrafos firman las imágenes expuestas, desde las primeras tomas en los años 50 y 60 de Nicolás Muller, Juan Pando Barrero, Roberto Arranz, Cristóbal Portillo, Cesar Fraile, Martín Santos Yubero o el Equipo Europa Press, hasta las fotografías más actuales en las que no podía faltar una Gran Vía cubierta de nieve por la Filomena, realizada por Rafael Trapiello o las vistas desde la última planta del edificio del Corte Inglés de Callao que nos muestra Carmenchu Alemán. Entre medias un montón de nombres conocidos como Benito Román, Julio López Saguar, Leticia Felguerosos, Vicente Tofiño, Luis Vioque, Fernando Manso, Guillermo Armengol o el alemán Peter Witte. 

© Enrique Sanz de San Pedro

© Enrique Sanz de San Pedro

El neón de Schweppes lleva presidiendo la Gran Vía desde hace medio siglo. Fue el 5 de agosto de 1972 cuando Schweppes consiguió la licencia para colocar este enorme letrero en el edificio Carrión. Un mes más tarde, en septiembre, se instaló. El cartel está situado a 37 metros de altura, mide 10,65 x 9,36 metros y el conjunto del letrero alcanza los 600 kilos; lo integran 104 neones de colores: azul y amarillo para las letras, mientras que rosa, diferentes tonos de azul, rojo, amarillo y verde para el resto del letrero. Solamente dejó de brillar durante unas semanas en 2004, cuando tuvo que ser retirado por unos trabajos de remodelación y volvió con un nuevo aspecto: las letras pasaron a ser en minúscula y en otra tipografía diferente. Se trata, en cualquier caso, de un elemento que ya es parte fundamental del paisaje urbano, conformando uno de los rincones más buscados por los turistas. Tanto es así que fue declarado en 2010 como rótulo histórico por el Ayuntamiento de Madrid.

Foto de Sala

Foto de Sala

Lucía Laín © Conchita Meléndez

Me ha llamado la atención que entre tantas fotografías y fotógrafos nadie haya dedicado una sola imagen al otro cartel de Schwepps, el de la botella, situado en la esquina con San Bernardo desde 1966 y que a punto de desaparecer fue indultado por el Ayuntamiento en el año 2013 para dejar de existir definitivamente dos años después, en el 2015. Yo si conservo la imagen, para mí forma parte de mi infancia y no me gustaría perder ese recuerdo. 

© Conchita Meléndez





miércoles, 30 de noviembre de 2022

JUAN RODRÍGUEZ- 1992 – 2022

 

© Juan Rodríguez

Seguramente muchos de vosotros ya conocéis la Sala Minerva, esa diminuta y recoleta habitación que se encuentra en los bajos del Círculo de Bellas Artes y que a menudo nos depara interesantísimas sorpresas. Justo ahí es donde ayer se inauguró una preciosa exposición que recoge una serie de obras inéditas durante los últimos 30 años del fotógrafo gallego Juan Rodríguez. La muestra que podrá visitarse hasta el 8 de enero de 2023 de forma gratuita, lo que es de agradecer, nos presenta el trabajo más personal del autor de las tres últimas décadas con una mirada sensible a la presencia de la luz y al modo en que las formas materiales se funden con el espacio. 

© Juan Rodríguez

El eje que vertebra la exposición es una forma de ver y contemplar la arquitectura y muchas de las imágenes fueron captadas en algunos de sus viajes profesionales, en los que Juan siempre ha tratado de encontrar tiempo para una mirada más personal de los espacios que le rodean. Es por eso que muchas de sus imágenes están tomadas en movimiento en lugares tan dispares como Chicago, Portugal o España. 

© Juan Rodríguez

Juan Rodríguez empezó la carrera de arquitectura pero no llego a acabarla porque una cámara se cruzó en su camino y decidió cambiar las reglas, las escuadras y los compases por los rollos de película. Desde 1984 se dedica exclusivamente a la fotografía, si bien no ha dejado de estar ligado a la arquitectura que está casi siempre presente  en sus imágenes aunque no siempre de una manera directa. Además es editor de la revista ARCHIVES. 

© Juan Rodríguez

En su periplo como fotógrafo ha realizado también proyectos documentales y ha trabajado en el ámbito del retrato, la moda y la publicidad. Sus fotos son atemporales y no busca plasmar edificios claramente reconocibles sino que le interesan más esos edificios anónimos que por algún motivo llaman su atención, del mismo modo que en ocasiones incluye elementos humanos en sus composiciones pero que no son realmente protagonistas sino una parte más de la escena misma. 

Ninguna de las imágenes que se exhiben en la Sala Minerva ha sido producida expresamente para la exposición, todas pertenecen al archivo personal del autor y han sido ya expuestas en ocasiones anteriores pero no de forma conjunta. 

© Juan Rodríguez

La obra fotográfica de Juan Rodríguez es un vasto y amplio periplo que le lleva en un trayecto perpetuo de lugar en lugar, de ciudad en ciudad, de país en país. Es esencialmente la obra de una persona cuya vida se ha convertido en un viaje, la de alguien que se ha transformado en un nómada de la imagen y que, de forma incansable, trata de hacer tangible lo desconocido, de hacer evidente lo casual, de convertir en certeza lo espontáneo, de dotar de equilibrio el doloroso caos en el que el mundo se ha convertido. 
© Conchita Meléndez

© Conchita Meléndez

Juan Rodríguez es un buscador de imágenes capaz de transformar lo que hay a su alrededor en una visión diferente que altera la realidad, pero que dota al entorno de un halo de misterio, y como dirían los portugueses llena sus fotografías de saudades.

© Conchita Meléndez

Con motivo de la exposición se ha editado un libro diseñado por el estudio Desescribir, que tiene la voluntad de renovar la mirada sobra la obra de Juan Rodríguez. Una cuidada edición que recopila el trabajo más personal del autor. Las fotografías siempre son en blanco y negro y se entremezclan con textos y reflexiones de José Saramago, Álvaro Siza, Gertrud Schiele o Lee Fontanela, entre otros. 

miércoles, 16 de noviembre de 2022

GENEALOGÍAS DOCUMENTALES. EL MUSEO REINA SOFÍA EXPLORA LOS ANTECEDENTES DE LA FOTOGRAFÍA DOCUMENTAL ENTRE 1848 Y 1917

 


La exposición Genealogías documentales. Fotografía 1848-1917 explora, a través de siete salas, los antecedentes históricos de la fotografía documental entre las revoluciones comprendidas entre 1848 y 1917. Aunque el nacimiento del documental como género artístico propiamente dicho sea un producto de la década de 1920, el comisario de la muestra, Jorge Ribalta, indica que “retrospectivamente, se puede afirmar que la función documental es tan antigua como la fotografía misma”.

De hecho, a lo largo del siglo XIX la fotografía, fue utilizada extensamente por la burguesía, no cabe duda de que la fotografía en sus inicios es un monopolio del estado y las clases dominantes a pesar de haber nacido con fines democráticos, pero también es cierto que propició un vasto campo de imágenes fotográficas con una vocación temprana de reportaje o documentación.


La investigación desarrollada en esta exposición cierra un ciclo iniciado en el Museo Reina Sofía en 2010, con la muestra sobre el movimiento de la fotografía obrera del periodo de entreguerras Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939 y continuado en 2015 con Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad, que abordó la reinvención del documental en los años setenta. Posteriormente, en 2018, la retrospectiva Marc Pataut. Primeras tentativas, sobre su trabajo realizado en la región parisina en la década de 1990 durante el surgimiento del movimiento altermundialista, fue un breve epílogo a este ciclo que, en su conjunto, ha buscado ofrecer un relato alternativo de la configuración y evolución del discurso documental en la historia de la fotografía, a partir del estudio de casos en momentos decisivos del siglo XX.

La muestra reúne más de 500 obras -entre fotos de todo tipo, álbumes, publicaciones y daguerrotipos- con temáticas relacionadas, entre otros aspectos, con las clases proletarias, las reformas urbanísticas de la época, las revueltas populares o los proyectos de denuncia social surgidos en el periodo que abarca la exposición. Muchas de ellas proceden de importantes museos e instituciones internacionales.



En las diferentes secciones del recorrido se exhiben imágenes de individuos en actitudes corrientes, sin la aspiración conmemorativa de la alta retratística burguesa. Son representaciones de tipos populares, de clases proletarias urbanas o de trabajadores en sus puestos: los personajes andaluces de Robert P. Napper, los callejeros del París de Charles Nègre, la serie de pescadores de Newhaven de Adamson y Hill, o las fotografías de mineros de George Bretz y de la multitud de obreros del Canal de Isabel II, en vistas tomadas por Charles Clifford.

Las ciudades y las grandes reformas urbanísticas del momento fueron captadas también por la fotografía naciente. La exposición incluye, por ejemplo, las tomas que, de Viena, hizo Ferdinand Ritter von Staudenheim; el París de Charles Marville; las obras de la Via Laietana de Barcelona, etc.



Otra de las grandes cuestiones que la cámara fotográfica se ocupó de registrar fueron los eventos de reforma y revuelta. Fue así en 1848, momento revolucionario del que subsisten algunos daguerrotipos; y más adelante durante la Comuna de París de 1871, en la Semana Trágica de 1909 en Barcelona o en las revoluciones rusas de 1905 y 1917.

Genealogías documentales atiende igualmente a los usos más directamente instrumentales de la fotografía: por una parte, el proyecto de denuncia social de Lewis Hine en contra del trabajo infantil, en la década de 1910; por otro, las fotografías empleadas con pretensión de descripción supuestamente objetiva en las disciplinas de la antropología y la criminología, así como en el diagnóstico médico. Se presentan, entre otros, los trabajos criminológicos de Alphonse Bertillon, la fotografía asociada a las teorías clínicas del doctor J.M. Charcot, y obras etnográficas como las de Bronisław Malinowski.



La exposición inicia su recorrido mostrando la vida cotidiana de la clase trabajadora para atestiguar que ya desde la década de 1840 la fotografía documental era algo latente. Ejemplo de ello son el limpiabotas captado en una de las primeras placas de Louis Daguerre (1838, Boulevard du Temple de París) o las fotografías tempranas de Henry Fox Talbot con escenas de trabajadores de la construcción o de carpinteros.

La segunda sala de la exposición se ocupa de la década de 1850, cuando las campañas de los monumentos nacionales, como la Misión Heliográfica en Francia, constituyen uno de los impulsos emblemáticos del ascenso de la fotografía. También es el momento de la revolución tecnológica en el campo de la fotografía, con la combinación de negativo al colodión y positivado a la albúmina, que dio paso a la multiplicidad fotográfica.


Junto a los trabajos de Charles Clifford en su seguimiento de los viajes de la reina Isabel II en España en forma de álbum y sus recorridos por la geografía monumental española, en este espacio se muestra el que es, posiblemente, el primer corpus representativo de la clase trabajadora en la historia de la fotografía: el estudio de la comunidad de pescadores en Newhaven, Escocia, un gran conjunto de calotipos realizados por David Octavius Hill y Robert Adamson hacia 1845, así como las fotografías, en la década de 1850, de Charles Nègre en París o de John Thomson en el Londres de la década de 1870, publicadas después en el libro Street Life in London.



La cuarta sala de la muestra se detiene en la publicidad fotográfica de la nueva producción industrial y las obras de ingeniería e infraestructura de la época. 

En las últimas décadas del siglo XIX la fotografía también se utilizó en los ámbitos médico y judicial. La Guerra Civil americana produjo un notable corpus de fotografía anatómica y diversos catálogos de heridos y amputados, así como de fallecidos. Estas prácticas son simultáneas del comienzo del uso policial y judicial de la fotografía y de la estandarización de los métodos modernos de identificación fotográfica, a partir de la actividad de Alphonse Bertillon en Francia, o Francis Galton en Inglaterra.  

Jorge Ribalta y Manuel Borja-Villel

El itinerario de la exposición se cierra con la revolución como protagonista, aunque en este caso con la Comuna de París de 1871, primer experimento de autogobierno popular y mítico en la cultura del movimiento obrero que generó un gran corpus fotográfico y que sería ejemplo iconográfico para las revoluciones rusas de 1905 y de 1917, en donde también aparecen por primera vez las masas movilizadas, o en la Semana Trágica barcelonesa de 1909.

jueves, 27 de octubre de 2022

ALTÍSIMO NIVEL EN EL XXI SEMINARIO DE FOTOGRAFÍA Y PERIODISMO DE ALBARRACÍN

Foto de Grupo de los asistentes al Seminario

Ya de vuelta en casa tras cuatro agotadoras jornadas de vivir intensamente la fotografía a través de un programa en el que se han alternado las ponencias de reconocidos profesionales con el visionado de portfolios y los audiovisuales que hemos podido disfrutar tanto en las salas de la Fundación Santa María como en el incomparable marco de la Iglesia de Santa María de Albarracín, una construcción de estilo mudéjar que fue declarada monumento nacional en 1931.

Bleda y Rosa, Carlos Pérez Naval, Joaquín Tornero (Ganador de la anterior edición), Lua Ribeira, Nuria López Torres, Carmenchu Alemán, Joan Guerrero, Diego Ibarra, Plácid García Planas, Arnau González i Vilalta y Concha Casajús, han sido los encargados de introducir a los presentes, profesionales y amantes de la fotografía, en sus trabajos y sus distintos estilos fotográficos a través de una serie de conferencias en las que hemos podido disfrutar también de una muestra de su imágenes. 

Carlos Pérez Naval

Carmenchu Alemán

Joan Guerrero

Han destacado especialmente para el público presente Carlos Pérez Naval por su juventud, diecisiete años recién cumplidos y ya apunta maneras, Joan Guerrero, en el otro extremo con 82 años de veteranía y que además de sus maravillosas fotos nos ha dado una gran lección de humanidad y humildad y Carmenchu  Alemán, quien con su proyeción “Invierno Profano” ha recibido una de las mayores y unánimes ovaciones de todas las jornadas. 

Gisela Fernández-Pretel

La tensión se respiraba el último día a la espera de que se nombrará a los ganadores de las becas que cada año se ofrecen en el Seminario. Desilusión para algunos, y una gran alegría y emoción para otros. La ganadora de la Beca DKV, la más importante de las que se reparten dotada con 8.000 €, ha sido Gisela Fernández-Pretel, una granadina afincada en Madrid, fotógrafa documental y humanitaria, habitual colaboradora del proyecto de cooperación sanitaria de cirujanos españoles en Turkana (norte de Kenia). Su trabajo “Acompañando a Rosa”, documenta la dura realidad de una mujer aquejada de obesidad mórbida a lo largo de tres años, en los que la propia autora ha formado parte del día a día de esta persona y le ha ayudado a superar los obstáculos para conseguir una vida mejor y más plena. El tema está tratado con gran delicadeza y las imágenes resultan a veces duras pero también bellas y esperanzadoras. 

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Diego Ibarra, Joan Guerrero, Gervasio Sánchez, María Bleda, José Luis Amores, Concha Casajús, Carmenchu Alemán, Jose María Rosa, Sandra Balsells, Lúa Riveira y Nuria López Torres

El segundo premio en importancia económica, la Beca EFTI, valorada en 2,280 € que le permitirán realizar el curso de Fotoperiodismo y Reportaje en EFTI, Centro Internacional de Fotografía y Cine, ha sido para Virginia Villacisla López Díaz por su trabajo “Presencio and the rural kids”.  Este proyecto ahonda en la identidad y la memoria asociadas a espacios en transición, pueblos que quedaron semiabandonados y en los que con el paso del tiempo los hijos y nietos de sus moradores originales han establecido una segunda residencia para los veranos y los fines de semana. 



El resto de los galardonados con las becas de la propia Fundación, que consiste en la gratuidad de la inscripción completa para la siguiente edición del seminario, además de la exhibición de una proyección audiovisual de su trabajo, han sido: Mauro Curti por su trabajo “Ritorni”, María Gregori Gubern con “Atrapadas”, Rebeca Mayorga Fernández  por “Cuerpos rotos” y María Torija Alonso por “Umbral”. 

Diego Ibarra, Carmenchu Alemán y Concha Casajús


Aunque éstos han sido los trabajos ganadores ha habido muchos otros que podrían haber estado entre los primeros, de hecho el jurado, compuesto por el director del seminario Gervasio Sánchez, su colaboradora y parte fundamental del entramado Sandra Balsells, el director de la Escuela EFTI José Luis Amores y los fotógrafos Lúa Ribeira, Nuria López Torres, Carmenchu Alemán, Juan Guerrero, Diego Ibarra, Concha Casajús y José Miguel Marco, han tenido que dilucidar durante largas jornadas para reducir el número de finalistas de 37 seleccionados en un primer lugar a 15  y para finalmente nominar a los premiados. No han faltado divertidas anécdotas durante las sesiones como un maletín que ha pululado por las salas durante todas las jornadas y que resultó duro de abrir para los miembros del jurado. 


Ahora queda un largo trabajo por delante para todos los seleccionados quienes bajo la supervisión de Sandra Balsells tendrán diez meses para preparar un nuevo proyecto que deberán presentar en la próxima edición. 

Un especial aplauso para todo el personal que ha hecho posible que disfrutáramos de estas jornadas, videocámara, técnicos de sonido e imagen, personal de intendencia y los fotógrafos Josep García y Rubén Vicente Heras, que son los autores de las imágenes que se muestran en este artículo.