Cabecera La Mirada Fotográfica

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miércoles, 28 de septiembre de 2022

SYBILLA. EL HILO INVISIBLE


La Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid presenta una exposición de la que es sin duda una de las más importantes  diseñadoras españolas Sybilla, digna sucesora de Cristobal Balenciaga. La muestra, la más grande realizada hasta la fecha, que recorre sus 40 años de trayectoria a lo largo de 5 plantas y más de 160 piezas llena ahora  los muros de la Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid para mostrar el hilo invisible que da coherencia a toda su obra.  



La obra de Sybila, quien continuamente sigue buscando la innovación y la prenda perfecta a través de lo que casi podríamos considerar esculturas donde los volúmenes se conjugan con los tejidos y los complementos, está teñida por los diferentes estados por los que ha ido transitando. Su gama cromática ha ido cambiando adaptándose en todo momento a lo que requería la actualidad, los tejidos con los que ha trabajado son cada vez más nobles y a medida que su trabajo se ha ido desarrollando la técnica de su propuesta ha alcanzado una complejidad y maestría que la elevan a la categoría de los grandes couturières de la Historia de la moda. 

© Felix Valiente

© Felix Valiente

Estructurada en 5 plantas, la exposición incluye piezas de diferente índole, soporte y formato, desde prendas de la diseñadora hasta imágenes de sus colecciones, catálogos de estas, invitaciones, desfiles y artículos de prensa que ayudarán a la comprensión del contexto de la artista. Alrededor de 80 conjuntos de indumentaria y otros 80 documentos que muestran y contextualizan el universo de la diseñadora.  

Sybilla nos ha dejado un gran número de creaciones icónicas, que son enfatizadas por la importancia que ella le ha dado a narrar las historias de sus creaciones. Historias que empiezan a aparecer en forma de imágenes cuando todavía está creando la prenda. El disparo fotográfico se convierte así en un hilo que atraviesa y une todos sus lenguajes. Una vez más, huyendo de la palabra, encuentra en la fotografía la mejor manera de contar y concluir su trabajo.  




Para ello, cuenta con la especial mirada de artistas con los que ha colaborado estrechamente. Ouka Leele fue la encargada de fotografiar sus prendas, por encargo del Centro de Diseño y Moda del Ministerio de Industria para promocionar Moda España. Hecha para vivir. Sus primerísimas colecciones fueron retratadas por Pepe Lamarca, Miguel Oriola y Retamar. En el año 
OI 2015/16. Fotografía: Félix Valiente 1987, junto a Javier Vallhonrat y Juan Gatti,  empieza la colaboración que más imágenes icónicas nos ha dejado de la producción de Sybilla. En 1990, una vez deshecho este trío, la colaboración con Gatti sigue junto a otros profesionales como Juan de la Fuente, Julio Limia o Stèphane Sednaouí. En su última etapa el encargado de traducir sus visiones ha sido Félix Valiente. 

Muchos de estos fotógrafos con los que Sybilla ha colaborado son hoy reconocidos como grandes nombres de la fotografía y el diseño gráfico en España.



Sybila, nacida en Nueva York de padre argentino y madre polaca, se trasladó a España cuando a penas contaba seis años, se considera madrileña y mallorquina de adopción. Su madre trabajaba para la industria textil Sacony, en la que desarrollaba una línea de ropa infantil, de modo que la moda ha estado siempre ligada a ella. Huerfana de madre a los catorce años y con una difícil relación con su padre, a los diecisiete  se traslada a París donde consigue entrar en la casa Yves Saint Laurent y trabajar como aprendiza durante un año. 


A su regreso a Madrid en pleno movimiento contracultural de la Movida y guiada por la romántica idea de inventar ropa solo para los cercanos, empieza a diseñar camisas, que vende a sus amigos por los bares de moda de la capital. En 1983 presenta su primer desfile en el Pabellón de Jacobo Siruela y María Eugenia Fernández de Castro, la suya es una colección nueva, joven y revolucionaria que entusiasma a los allí presentes, periodistas, arquitectos, artistas y otras personalidades del momento. 


Sybila fue sin duda la diseñadora estrella de los años 80 y 90 no solo en España sino también a nivel internacional, sin embargo su andadura no siempre ha sido fácil. A mediados de la década de los dos mil decidió retirarse tras una fallida operación de venta de la empresa y la marca que no satisfizo a la creadora. Posteriormente, en el 2014, la empresa vuelve a estar bajo su control y empieza una nueva etapa. En 2015 recibe el Premio Nacional de Moda, pero sus éxitos artísticos no se acompañan de éxitos económicos y en 2018 se ve abocada a cerrar la nueva tienda abierta en Madrid apenas un año antes. A pesar de su relación con su socio japonés Itokin, que distribuía sus creaciones en el país asiático a través de una licencia, no pudo hacer frente a las deudas que había generado y cierra definitivamente sus puertas dejando tras de sí un aura de romanticismo y modernidad. 

Sybila © Felix Valiente


La exposición ha sido comisariada por Laura Cerrato Mera y permanecerá abierta al público desde el 27 de septiembre hasta el 15 de enero de 20203.

Dirección:
Calle de Santa Engracia, 125. 28003 Madrid

Horarios:
Visitable desde el 27 de septiembre a las 18.00 horas.
Martes a sábados: de 11.00 a 20.30 h. (incluidos el 12 de octubre, 1 y 9 de noviembre, 6 y 7 de diciembre)
Domingos: de 11.00 a 14.00 h.
Cerrado: lunes, 24, 25 y 31 de diciembre, 1 y 6 de enero 
Entrada gratuita

Laura Cerrato © C.Meléndez

lunes, 26 de septiembre de 2022

LA FUNDACIÓN MAPFRE NOS MUESTRA LA OBRA DE LA AUTORA ALEMANA ILSE BING

Cartel de Greta Garbo, París 1932 © Ilse Bing

Fundación Mapfre presenta un recorrido completo por la producción fotográfica de esta autora alemana, que discurre entre 1929 y finales de la década de los años cincuenta. Cerca de doscientas obras que componen este valioso legado que, disperso entre numerosas colecciones europeas y norteamericanas, se reúnen y dan a conocer por primera vez en España.  

La trayectoria artística de Ilse Bing (Fráncfort, 1899 – Nueva York, 1998) se enmarca en unas coordenadas temporales y en un contexto sociocultural particularmente denso. Los escenarios en los que vivió la fotógrafa alemana son fundamentalmente tres, el Fráncfort anterior a los años treinta, el París de dicha década y el Nueva York de la postguerra, en donde experimentó sobre todo su condición de exiliada. Hubo otros lugares visitados por Bing, pero no constituyeron espacios determinantes en su trayectoria.

Pobreza en París 1931 © Ilse Bing

Tres hombres sentados en las escaleras frente al Sena 1931 © Ilse Bing

Ilse Bing nació en Fráncfort el 23 de marzo de 1899 en el seno de una familia judía acomodada. Con catorce años tomó sus primeras fotografías. Autodidacta en el medio, se dio cuenta de su vocación cuando comenzó a fotografiar con el fin de ilustrar su tesis. Estudió Matemáticas y Física antes de decantarse por la Historia del Arte. Finalmente, en 1929, abandonó la universidad y, armada con la que a partir de ese momento será su inseparable Leica, se dedicó a la fotografía durante los siguientes treinta años. En 1930 se trasladó a París, donde continuó su dedicación al fotoperiodismo al tiempo que desarrollaba un trabajo más personal, convirtiéndose en una de las principales representantes de la fotografía francesa moderna. En 1931 conoció a Hendrik Willem van Loon, que introdujo su trabajo en Nueva York, y, al año siguiente, tuvo su primera exposición en la Julien Levy Gallery. En 1941, ante el avance del nacionalsocialismo, Bing se exilió en Nueva York junto a su marido, el pianista Konrad Wolff. Dos décadas más tarde, a la edad de sesenta años, abandonó su trabajo como fotógrafa y dirigió su creatividad a la elaboración de collages, de obras abstractas, de dibujos y también a la escritura de poemas. Ilse Bing falleció en Nueva York en 1998.

Antigone con maestra 1950 © Ilse Bing

Nancy Harris 1951 © Ilse Bing

Hay que destacar la influencia que las teorías de la Bauhaus tuvieron en el trabajo de la fotógrafa. László Moholy-Nagy, uno de los profesores de dicha institución, había promovido la unión de la arquitectura y la fotografía, así como la independencia del medio respecto de la pintura. Las posibilidades de Das Neue Sehen (la Nueva Visión) podían ser infinitas. Ilse Bing las aprovechó, aplicando algunas de ellas a su trabajo: abstracción, primeros planos, picados, contrapicados, fotomontajes o sobreimpresiones.  

Zapatos de noche de lamé dorado 1935 © Ilse Bing

La distinguida Daisy Fellowes, guantes de Dent en Londres para Harper’s Bazaar 1933 © Ilse Bing

Autorretrato con Leica 1931 © Ilse Bing

El surrealismo parisino de las vanguardias de los años 30 fue también una fuente de inspiración para la artista, cuyos ecos se pueden ver en las imágenes que  tomó de distintos objetos para revistas de moda, pues se corresponden con las teorías surrealistas sobre el fetichismo, y en los encuadres que realizó al captar sillas, calles o espacios públicos, que transmiten una sensación de extrañeza, casi de enajenación. Esta influencia se hace patente también a través de su relación con figuras relevantes de esta tendencia, como Elsa Schiaparelli.  

Bailarina de cancán 1931 © Ilse Bing

Gerard Willem van Loon, bailarín 1932 © Ilse Bing

A pesar de su fascinación por la abstracción y las composiciones puras, tal y como se detecta en muchas de sus fotografías de arquitectura y naturalezas muertas, Ilse Bing era una fotógrafa entusiasta de lo dinámico y el movimiento de la vida, de la realidad cambiante. Así lo demuestra en las fotografías del Moulin Rouge y sus alrededores y en las investigaciones que hizo en torno a la danza. Capturó el dinamismo giratorio de las bailarinas con sus faldas, pero también la expresividad de los cuerpos en pleno movimiento, en el momento de saltar en el aire o hacer un split.




Ilse Bing formó parte de una generación de fotógrafas que logró una visibilidad hasta entonces insólita. No era lo natural que las mujeres fueran artistas, y por lo general este campo estaba ocupado exclusivamente por hombres, que miraban con desdén, incluso con animadversión, la presencia de las mujeres en el ámbito social y cultural. Para Bing, como para muchas de sus contemporáneas —Germaine Krull, Florence Henri, Laure Albin-Guillot, Madame d'Ora, Berenice Abbott, Nora Dumas o Gisèle Freund— , la cámara se convirtió en una herramienta esencial de autodeterminación y en un modo de confirmar su propia identidad.