Cabecera La Mirada Fotográfica

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martes, 25 de octubre de 2011

Harry Gruyaert


Harry Gruyaert es un fotógrafo de Magnum; lo es desde 1981, año en que empezó a alternar sus proyectos personales con trabajos de encargo realizados para la prestigiosa agencia. Pero por aquel entonces ya llevaba más de dos decadas dedicado a la fotografía.

Nacido en Amberes (Bélgica) en 1941, Harry Gruyaert se sintió atraído desde muy joven por el mundo de la imagen, provablemente influenciado por el trabajo de su padre, que era profesor de técnica fotográfica en Geavaert. Después de realizar sus estudios en la Escuela de Cine y Televisión de Bruselas Harry trabajó como director de fotografía para la televisión flamenca, hasta que en 1970 realiza un viaje a Marruecos, lugar al que volverá una y otra vez atraído por sus colores y la atmósfera de sus calles y sus gentes. 
Decidido a ser fotógrafo profesional, comienza por acercarse al mundo de la moda y colabora con la revista Elle, aunque enseguida se da cuenta de que lo que realmente le interesa son los lugares en los que realiza las fotografías y comienza a centrarse en un trabajo más personal. Su primer trabajo importante sería TV Shots, una serie de fotografías de las Olimpiadas de Munich y de los primeros vuelos de Apolo, tomadas directamente de la pantalla del televisor. 

A raiz de instalarse en París y recibir en 1976 el premio Kodak de la crítica fotográfica por sus imágenes de Marruecos, comienza a viajar por todo el mundo realizando diversos reportajes en Oriente Próximo, China, India, Egipto y otros países, incluido el suyo, que reunirá en un volumen llamado Made in Belgium.

La principal característica de los trabajos de Harry Gruyaert es la busqueda constante que hace en sus obras tanto de la luz como del color, reflejando un refinado gusto por la estética sin entrar nunca en posicionamientos políticos, antropológicos o sociales. Lo que realmente cuenta para este autor es la fuerza intrínseca de cada imagen, de modo que si se ven juntas todas las fotografías de una misma serie, la intensidad será mayor, como si se tratara de una oda al tema representado.  





http://www.magnumphotos.com/Archive/C.aspx?VP=XSpecific_MAG.PhotographerDetail_VPage&pid=2K7O3R13ND_Y&nm=Harry%20Gruyaert

martes, 18 de octubre de 2011

Marin Hock


Desde hace casi cuarenta años todos los veranos se celebran en Arles los Encuentros Internacionales de Fotografía, probablemente el festival más importante de Europa, donde se escribe cada vez un nuevo capítulo de la Historia. Múltiples exposiciones de géneros y estilos muy diferentes muestran la diversidad de las creaciones plásticas que allí se exhiben. Aunque sean cada vez más conocidos, los encuentros de Arles siempre son muy innovadores, arrojando dudas sobre el presente. En cada edición se presentan nuevos artistas muy variados, tanto por el género como por su estilo. Los participantes en este evento pueden tomarse su tiempo para profundizar en sus conocimientos a través de coloquios, prácticas y seminarios organizados.

Los jóvenes talentos del Centro Nacional Superior de Fotografía de Arles, una escuela mundialmente conocida, también tienen su lugar en este certamen, y algunos centros acogen sus trabajos. Así mismo cada año se entregan cinco Grandes Premios, patrocinados por una serie de empresas que actúan como sponsors,  dotados de 10.000 euros cada uno, que galardonan a artistas apadrinados por profesionales. Gracias a su experiencia, estos últimos presentan a un joven creador y le permiten tener un espacio de exposición y una primera ocasión de dar a conocer su trabajo.

Marin Hock ha sido el máximo galardonado en la última edición, celebrada el verano pasado. Nacido en Uccle, una comuna de Bélgica, en 1988, este joven de 22 años proviene de un núcleo familiar adentrado en el mundo del arte. Su madre es diseñadora y su padre se dedica al diseño gráfico por lo que Marin creció en un mundo en el cual la fantasía y la realidad estaban mezcladas en buena armonía.

Esto se deja entrever en sus fotografías, las cuales en cierto modo nos recuerdan la famosa “clear line” de los comics belgas. Como dice el propio autor: “En Bélgica hemos nacido con un comic en las manos”. Sin embargo este joven no desea ser relacionado con el género y en sus trabajos que abarcan tanto fotografía artística, como documental o moda, demuestra una gran fuerza y voluntad.

Entre su obra se encuentran proyectos como: D’une tristesse l’autre, reportaje realizado en un centro de psicoterapia institucional situado en una antigua granja cerca de Charleroi; o Les Passeur, en donde mezcló a bailarines con los peatones que transitaban por la calle. También ha realizado una serie de retratos de trabajadores y tiene en mente un proyecto sobre el mundo marítimo siguiendo la vida cotidiana de la gente que trabaja en el mar.

En suma, Marin Hock a pesar de su juventud tiene ya una interesante obra y de seguro que en el futuro dará mucho que hablar.





http://www.marinhock.com/

sábado, 1 de octubre de 2011

Juanjo Fernández



Hablar  del trabajo de los demás nunca es fácil, cuando además se trata del de un amigo la cosa se complica aún más si cabe. Te arriesgas a quedar mal con él si no eres capaz de valorar suficientemente su obra, o a que los demás piensen que te ciega la pasión si lo haces en demasía.

Pues bien yo voy a correr hoy ese riesgo porque voy a presentaros a un amigo, un amigo que seguramente muchos de vosotros ya conoceréis. Algunos por su labor como fotógrafo y otros por sus estupendas cualidades humanas. Juanjo es un luchador inagotable, paladín de los derechos inherentes a todos cuanto le rodean y por supuesto defensor incombustible de los de los compañeros de profesión.

Fotógrafo profesional desde finales de los ochenta ha tocado todos los palos, desde el fotoperiodismo a la fotografía arquitectónica, o los eventos artísticos y culturales y el mundo de la publicidad. Y con todo eso aún ha tenido tiempo para desarrollar una sólida obra personal de carácter intimista.

En su serie Madrid, Juanjo nos muestra una ciudad desierta de personas, casi vacía, como si con ello quisiera entregarnos el alma más íntima de uno de los lugares más populosos del mundo, pero que en el fondo sigue teniendo corazón manchego y nostalgia de poeta.

La soledad es de nuevo el tema de su serie Vivimos como soñamos: Solos, esta vez poblada de los más diversos personajes que recorren nuestras calles, rodeados por todo un tropel de gente pero inmersos en su más profundo yo interior. Esta maravillosa serie se expone a partir de hoy y hasta el día 15 de Octubre en el Ateneo de Madrid. A  los que estéis por la capital o tengáis facilidad para acercaros hasta allí, os recomiendo que no os la perdáis, seguro que no os defraudará.

En fin creo que la mejor recomendación que puedo hacer de Juanjo Fernández es dejaros un enlace a sus páginas, tanto a la que muestra su obra como a ese estupendo blog desde el que lleva tiempo asomándose a las ventanas de todos aquellos que al conocerle no han tenido ningún reparo en compartir con él una parte de su intimidad, convirtiéndose en voyeurs, y siendo  al mismo tiempo observadores y observados.







http://www.jofzart.com/p/vivimos-como-sonamos-solos.html

http://www.jofzblog.com/