Cabecera La Mirada Fotográfica

Cabecera La Mirada Fotográfica

jueves, 30 de junio de 2011

Von Brandis


Von Brandis es un artista sudafricano conocido sobre todo por su trabajo “Vintage Obscene Interiors”, en el cual ha pretendido desmitificar la fina fisura que existe entre la pornografía y el arte.

El artista se dedicó durante un tiempo a recoger fotografías pornográficas de los años 60 y 70, realizadas en escenarios claramente identificativos de la época, para sustituir a las parejas protagonistas de las imágenes por espacios en blanco. De este modo y mediante la “autocensura” del autor,  sería el observador quién diera forma a la imagen, y sería por tanto su mente quien delimitara la línea entre arte, erotismo y pornografía.

La propuesta de Von Brandis fue más tarde recogida por otros artistas, entre ellos Justin Jorgensen, quién ha publicado el libro “Obscene Interiors: Hardcore Amateur Decor”.


El hecho de que cada vez sea más frecuente que determinados artistas se dediquen a recopilar imágenes ya existentes, de otros autores, para incluirlas en su propia obra mediante la manipulación, me plantea una enorme cantidad de dudas. En primer lugar, está la cuestión de la autoría. Las imágenes resultantes de tales procesos ¿pertenecen a quien las realizó en primer lugar o a quien se ha permitido transformarlas? En caso de que se reconociera su valor artístico y se valorara monetariamente, ¿Una parte de los ingresos percibidos por el modificador debería ser para los autores originales? 

Supongo que es difícil llegar a un acuerdo en estos y otros muchos conceptos que plantean este tipo de trabajos, como también lo es el determinar si realmente pueden considerarse artísticos. Cada cual opine por si mismo.


 

viernes, 17 de junio de 2011

Jaime Mota


Aunque tenía previsto continuar con los autores cuyas exposiciones están presentes en el Festival de PhotoEspaña, un triste suceso ha hecho cambiar mi artículo en el blog, y es que desgraciadamente, ayer falleció Jesús Jaime Mota, un gran fotógrafo y una gran persona.

Quiero dedicarle esta entrada por varios motivos, primero porque su obra se lo merece. Jaime, que comenzó en esta profesión o arte, según quien lo defina, como autodidacta  en 1984, había logrado que sus trabajos fueran conocidos en más de una docena de países de todo el mundo. Había obtenido también diversos galardones, como el Premio al Mejor Fotógrafo de la Comunidad, otorgado por la Federación Andaluza de Fotografía en 1995, o el galardón fotográfico que en los años 1995 y 1997 le concedió el diario el País, la Medalla del London Salón de Photography o el Premio G. Schmidt, entre otros muchos. También la Federación Internacional de Arte Fotográfico supo apreciar y distinguir sus imágenes.

La obra de Jaime Mota, de gran sensibilidad, está principalmente centrada en los trabajos que realizó en los continentes africano y asiático. Sus series “Rostros” o “La Mirada Africana”, nos muestran una realidad desnuda pero a la vez desprovista de toda sensiblería o sensacionalismo. En la línea del reportaje pero de un modo personal, Jaime ha conseguido captar la vida y el alma de los personajes que forman ya parte de su universo fotográfico.

Fue también en uno de estos viajes donde tomó conciencia de las necesidades de los países vecinos y en el año 2003, junto a su amigo J. Luís García, puso en marcha un proyecto de ayuda humanitaria para la construcción de un colegio-orfanato en el norte de Tanzania. A este proyecto se suma la Fundación de Clubes de Leones Internacional quien colabora en la financiación del mismo.

Ese mismo año ingresa como socio en la Fundación y dos años mas tarde cede a la misma, para su campaña “Ayúdanos a darles un hogar”, el material del reportaje realizado como consecuencia del tsunami de Sri Lanka.

Cuando ayer me enteré del fallecimiento de Jaime Mota, que tan sólo tenía cuarenta y siete años, sentí una gran perdida. Le había conocido en la Feria de ENTREFOTOS  y aunque apenas habíamos charlado un rato pude notar que era una persona de gran sensibilidad y un gran profesional. Debe ser por eso, que echo de menos la repercusión de la noticia de su muerte en los medios de comunicación. Esta mañana he realizado una búsqueda en las ediciones online de los principales periódicos nacionales y  ni el País, quién como ya he comentado antes le había concedido dos premios, ni el Mundo, hacen mención alguna de este hecho. El ABC, lo hace mínimamente, en su edición Sevillana.
Debe de ser que para que la muerte de un fotógrafo sea noticia, tiene que haber recibido un tiro en alguna guerra o por lo menos tener el buen gusto de volar por los aires al pisar una mina.

Como a mi y estoy segura de que a todos sus compañeros de profesión  y amantes de la fotografía si que nos importa, desde aquí me gustaría mandar un hasta siempre, que no un adiós, a Jaime Mota, porque él siempre permanecerá con nosotros y en nuestra memoria a través de su obra.






http://www.jaimemota.com/

martes, 7 de junio de 2011

Eugène Atget



"Sin haber recibido nunca una formación sólida como fotógrafo, Atget abrazó esa profesión después de pasar sin éxito por otras, como la de actor o las de redactor y dibujante para una revista satírica." Así es como nos introducen Frits Gierstber, Carlos Gollonet y Françoise Reynaud, comisarios de la exposición, en la maravillosa muestra que acoge estos días la fundación MAPFRE y que lleva por título El Pintoresco Viejo París. 

Lo cierto es que Eugéne Atget, nacido en Libourne en 1857,   había fracasado en diversos intentos de acercarse al mundo del arte. Después de recorrer diversos países de África y América Latina  como marino mercante, intento ingresar sin éxito en el Conservatoire National de Musique et d'Art Dramatique, con la idea de convertirse en actor, profesión para la cual se creía dotado. Formó parte de una compañía teatral de provincias hasta que una afección de garganta le hizo renunciar de forma definitiva a la que creía su vocación. Es entonces cuando decide ser pintor y comienza a realizar dibujos, pero tampoco en ésto destaca y poco después, acuciado por las necesidades cotidianas, adquirió una vieja cámara de placas de 18x24 y empezó a realizar lo que el denominaba "documentos para artistas".

De este modo Atget, casi sin darse cuenta, empieza a documentar París, una ciudad que estaba llamada a desaparecer por la llegada de la modernidad. Su trabajo incluye no sólo un muestrario de la arquitectura de la ciudad, con sus patios, jardines y edificios, sino que se extiende más allá dando cabida también a los vehículos, escaparates y oficios, entre otras cosas. De hecho, el propio Atget estableció una división de su obra en cinco series principales: Topografía del viejo París, Paisajes-documentos, Alrededores, El arte en el viejo París y París pintoresco. 

Fue esta última serie la que hizo, que un fotógrafo como Atget,  anclado a la tradición, llamara la atención de aquellos que formaban el movimiento surrealista, que supo reconocer en su metódico trabajo una mirada nueva e innovadora. De éste modo jóvenes fotógrafos como Brassai, Man Ray, Cartier-Bresson o Berenice Abbot recibieron una gran influencia por parte de Eugène Atget, no sólo por su forma de componer sino también por la forma en que éste abordaba el tratamiento fotográfico de los lugares que plasmaba en imágenes, así como por su estética documental totalmente contraria a la fotografía artística que tanto despreciaban los surrealistas.

Las imágenes de la muestra, que son sin duda un referente para generaciones posteriores, incluso hoy en día, abarcan todos los temas reflejados por el autor y provienen,  de la Colección de la propia Fundación MAPFRE, del Musée Carnavalet-Historire de París y de los fondos de la George Eastman House de Rochester de Nueva York. Incluyen además el Álbum de Man Ray que es, por un lado, un compendio de los temas que preocuparon a Atget y, por otro, una buena pista para entender la fascinación de los surrealistas por su obra.






lunes, 6 de junio de 2011

Fernell Franco


Algunos amigos que no viven en Madrid, me han pedido que les mostrara algo de las exposiciones que se están celebrando durante este mes en el circuito de PhotoEspaña. En principio no había pensado hacerlo ya que es mucha la información que circula por la red al respecto, pero entiendo que no todo el mundo tiene acceso a estas muestras así que intentaré reunir a algunos de los autores que forman parte de la exibición.

Me gustaría empezar por Fernell Franco y su "Cámara ardiente: prostitutas", cuya muestra se exibe en la Sala Minerva  del Círculo de Bellas Artes. Reproduzco el contenido del texto que acompaña a la exposición.

Fernell Fraco supo como ningún otro fotógrafo colombiano registrar la ciudad invisible que una sociedad esquiva de provincia no quería ver. Su trabajo se centra en las calles, recorre espacios abandonados y ambientes sociales marginados que, junto con sus procesos de revelado -que incluyen experimentación con químicos, tintas y collage-, ostentan un vigor artístico muy vanguardista en relación con la fotografía realizada en Latinoamérica a principios de la década de los setenta. Sus imágenes revelan urbes en proceso de descomposición, así como los seres transhumantes que las habitan. Los prostibulos e inquilinatos del barrio La Pilota, en el puerto de Buenaventura, ubicado en la costa Pacífica colombiana, son el escenario para la serie que se presenta en el marco de PhotoEspaña 2011.

La serie Prostitutas se expuso por primera vez en marzo de 1972 en Ciudad Solar, espacio interdisciplinario y experimental en torno a las artes visuales en el que confluían los intelectuales de la época en la ciudad de Cali. No se ha mostrado completa desde entonces. La serie original estaba compuesta por dieciséis imágenes que resultaron de un proceso casi etnográfico en el cual Franco se inmiscuyó en la cultura tropical y salsera del puerto. Con su aire tímido y amable, logró mimetizarse con ese trágico entorno de la prostitución, no para presentarlo en una versión sensacionalista de la miseria, sino para destacar esa belleza que se manifiesta en el deterioro y que está tan presente en ciudades de modernidad frustrada. El contraste, metáfora poética que nos revela su obra, está presente no sólo en imágenes en blancos y negros altamente marcados, sino también en una temática social que golpea al presentar la atmósfera decadente del puerto que suponía ser un emblema del desarrollo del país.

Las fotografías expuestas están cargadas de una estética "gótico-tropical", que estuvo igualmente presente en trabajos cinematográficos realizados en Cali entre las décadas de los setenta y ochenta, y aquí se manifiesta en los retratos de éstas mujeres vampiro que nos muestran su cuerpo, casi desnudo sobre catres de burdel en ambientes corroídos. Fernell Franco, y su oficio de tinieblas, destaca la sombra y ese deterioro negro que según él, tenía Buenaventura. Esa oscuridad lograda desde las tomas e intensificada en el laboratorio, será a lo largo de su obra síntoma de desaparición y olvido. El proceso fotográfico se vuelve entonces una alegoría para hablar del contexto retratado, una ciudad que desaparece, una urbe mutante que, como él mismo dijo, es víctima de "una violencia comparable a la que se vive contra los hombres".






Os dejo la página del autor para aquellos que deseen profundizar más en su obra.

http://fernellfranco.org/index.html