Cabecera La Mirada Fotográfica

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lunes, 26 de septiembre de 2022

LA FUNDACIÓN MAPFRE NOS MUESTRA LA OBRA DE LA AUTORA ALEMANA ILSE BING

Cartel de Greta Garbo, París 1932 © Ilse Bing

Fundación Mapfre presenta un recorrido completo por la producción fotográfica de esta autora alemana, que discurre entre 1929 y finales de la década de los años cincuenta. Cerca de doscientas obras que componen este valioso legado que, disperso entre numerosas colecciones europeas y norteamericanas, se reúnen y dan a conocer por primera vez en España.  

La trayectoria artística de Ilse Bing (Fráncfort, 1899 – Nueva York, 1998) se enmarca en unas coordenadas temporales y en un contexto sociocultural particularmente denso. Los escenarios en los que vivió la fotógrafa alemana son fundamentalmente tres, el Fráncfort anterior a los años treinta, el París de dicha década y el Nueva York de la postguerra, en donde experimentó sobre todo su condición de exiliada. Hubo otros lugares visitados por Bing, pero no constituyeron espacios determinantes en su trayectoria.

Pobreza en París 1931 © Ilse Bing

Tres hombres sentados en las escaleras frente al Sena 1931 © Ilse Bing

Ilse Bing nació en Fráncfort el 23 de marzo de 1899 en el seno de una familia judía acomodada. Con catorce años tomó sus primeras fotografías. Autodidacta en el medio, se dio cuenta de su vocación cuando comenzó a fotografiar con el fin de ilustrar su tesis. Estudió Matemáticas y Física antes de decantarse por la Historia del Arte. Finalmente, en 1929, abandonó la universidad y, armada con la que a partir de ese momento será su inseparable Leica, se dedicó a la fotografía durante los siguientes treinta años. En 1930 se trasladó a París, donde continuó su dedicación al fotoperiodismo al tiempo que desarrollaba un trabajo más personal, convirtiéndose en una de las principales representantes de la fotografía francesa moderna. En 1931 conoció a Hendrik Willem van Loon, que introdujo su trabajo en Nueva York, y, al año siguiente, tuvo su primera exposición en la Julien Levy Gallery. En 1941, ante el avance del nacionalsocialismo, Bing se exilió en Nueva York junto a su marido, el pianista Konrad Wolff. Dos décadas más tarde, a la edad de sesenta años, abandonó su trabajo como fotógrafa y dirigió su creatividad a la elaboración de collages, de obras abstractas, de dibujos y también a la escritura de poemas. Ilse Bing falleció en Nueva York en 1998.

Antigone con maestra 1950 © Ilse Bing

Nancy Harris 1951 © Ilse Bing

Hay que destacar la influencia que las teorías de la Bauhaus tuvieron en el trabajo de la fotógrafa. László Moholy-Nagy, uno de los profesores de dicha institución, había promovido la unión de la arquitectura y la fotografía, así como la independencia del medio respecto de la pintura. Las posibilidades de Das Neue Sehen (la Nueva Visión) podían ser infinitas. Ilse Bing las aprovechó, aplicando algunas de ellas a su trabajo: abstracción, primeros planos, picados, contrapicados, fotomontajes o sobreimpresiones.  

Zapatos de noche de lamé dorado 1935 © Ilse Bing

La distinguida Daisy Fellowes, guantes de Dent en Londres para Harper’s Bazaar 1933 © Ilse Bing

Autorretrato con Leica 1931 © Ilse Bing

El surrealismo parisino de las vanguardias de los años 30 fue también una fuente de inspiración para la artista, cuyos ecos se pueden ver en las imágenes que  tomó de distintos objetos para revistas de moda, pues se corresponden con las teorías surrealistas sobre el fetichismo, y en los encuadres que realizó al captar sillas, calles o espacios públicos, que transmiten una sensación de extrañeza, casi de enajenación. Esta influencia se hace patente también a través de su relación con figuras relevantes de esta tendencia, como Elsa Schiaparelli.  

Bailarina de cancán 1931 © Ilse Bing

Gerard Willem van Loon, bailarín 1932 © Ilse Bing

A pesar de su fascinación por la abstracción y las composiciones puras, tal y como se detecta en muchas de sus fotografías de arquitectura y naturalezas muertas, Ilse Bing era una fotógrafa entusiasta de lo dinámico y el movimiento de la vida, de la realidad cambiante. Así lo demuestra en las fotografías del Moulin Rouge y sus alrededores y en las investigaciones que hizo en torno a la danza. Capturó el dinamismo giratorio de las bailarinas con sus faldas, pero también la expresividad de los cuerpos en pleno movimiento, en el momento de saltar en el aire o hacer un split.




Ilse Bing formó parte de una generación de fotógrafas que logró una visibilidad hasta entonces insólita. No era lo natural que las mujeres fueran artistas, y por lo general este campo estaba ocupado exclusivamente por hombres, que miraban con desdén, incluso con animadversión, la presencia de las mujeres en el ámbito social y cultural. Para Bing, como para muchas de sus contemporáneas —Germaine Krull, Florence Henri, Laure Albin-Guillot, Madame d'Ora, Berenice Abbott, Nora Dumas o Gisèle Freund— , la cámara se convirtió en una herramienta esencial de autodeterminación y en un modo de confirmar su propia identidad.  

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