Ahora que al fin he tenido tiempo para ver algunas
de las exposiciones que propone PhotoEspaña en su recorrido de esta edición
2012, me gustaría hablaros de esta muestra que en un principio fue concebida
para comenzar su recorrido en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana,
donde se inauguró a principios de diciembre del pasado año con gran afluencia
de público y un rotundo éxito, y que ahora se expone en Casa de América dentro
del marco del Festival.
Supongo que algunos de vosotros, los que vivís en
Madrid o más o menos cerca ya la habréis visto, para los que no es así os
comento que la exposición está comisariada por Juan Carlos Moya y que reúne a
algunos de los más importantes fotógrafos españoles del momento. Según el artículo
que leáis veréis que hay quien dice que consta de cincuenta obras y otros de
sesenta y seis. Yo sinceramente no las he contado, me pareció mucho más
interesante dejarme fascinar por su contemplación, para la cual tuve que volver
después de la inauguración ya que ese día las salas estaban tan repletas que
era de todo punto imposible poder disfrutar de las imágenes.
Sería imposible en un solo artículo hablaros
detalladamente de todos los fotógrafos que han participado en este proyecto,
once en total, pero si me gustaría dejaron una pequeña reseña de cada uno de
ellos.
En primer lugar, quizás porque la veteranía es un
grado o tal vez porque fue el primero en llegar a esa maravillosa isla que es
Cuba y pudo captar con su cámara uno de los momentos más importantes de la
historia del país, está Enrique Meneses,
con una larga carrera de corresponsal a sus espaldas y cuyas maletas han recorrido
lugares como la India, Oriente Medio, África o Estados Unidos. Testigo de
excepción de los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo
veinte, ha convivido con los rebeldes de Fidel Castro en Sierra Maestra, ha
pernoctado con los manifestantes de la marcha sobre Washington que lideró
Martin Luther King; fotografió la Guerra del Canal de Suez entre Egipto e
Israel, el entierro del presidente Kennedy, la boda de los reyes de España;
entrevistó al Dalai Lama, a Nasser, a Abdel-Krim, y paro de contar porque para
su tarjeta de presentación haría falta una enciclopedia. No obstante para
quienes estén interesado en las vivencias de este singular personaje les
propongo que se hagan con un ejemplar de su autobiografía “Hasta aquí hemos llegado”, que ha sido publicada por la editorial
“Ediciones del Viento”.
Jose Ramón
Bas, con su particular forma de trabajar a medio camino entre la fotografía, la
pintura y la poesía, ofrece un punto de vista totalmente dinámico en sus
imágenes realizadas en medio formato, con gran angular y coloreadas a mano. Sus
obras son adaptaciones de la realidad y
de sus propias vivencias como viajero, manipuladas por medio de mensajes
escritos, de collages, de superposiciones, pero sobre todo son una muestra de
sentimientos, de emociones y de sueños rescritos.
Los retratos del mallorquín Toni
Catany, dotados de cálidos matices nos acercan a un pueblo y a sus gentes
con una profunda intensidad. En las miradas de sus personajes parecen adivinarse todas las vivencias no sólo
propias sino también de sus antepasados y la luz que imprime a sus imágenes nos
recuerdan en cierto modo las pinturas de algunos grandes maestros prerrafaelistas.
La riqueza cromática que contienen sus obras tiene efluvios de los pueblos
mediterráneos de tal modo que su trabajo es un auténtico placer para los
sentidos.
Que deciros de Juan Manuel Díaz
Burgos que no se haya dicho ya, de este reportero de vitalidad inagotable
capaz de mostrar la vida de todos y cada uno de los rincones que visita con una
sinceridad tal, que sin darnos cuenta nos vemos metidos de lleno en lo que
vemos a través de sus ojos. Con una mirada siempre alerta, atenta a todo cuanto
le rodea, sin adornos ni florituras, como dice Juan Carlos Moya en su
introducción del catálogo de la exposición, Díaz Burgos nos hace participes del
mundo que nos transmite a través de sus imágenes.
Quizás sea la obra de José María
Díaz Maroto una de las que menos conozco, junto a la de Ángel Marcos, de
los artistas que componen esta exposición. Sin embargo si conozco al autor
personalmente y puedo asegurar que es un perdido enamorado de Cuba y todo
cuanto representa, de sus calles, su música, sus costumbres y sobre todo sus
gentes. Y desde luego todo ese amor se proyecta en sus obras, en esos instantes
captados capaces de recrear pequeñas historias que se suceden de un modo
cotidiano y que al plasmarlas sobre el papel se convierten en momentos únicos.
Como ya he comentado hace un momento Ángel
Marcos, es para mí un gran desconocido. Antes de esta exposición no había
visto nada de su obra, o tal vez sí pero ignoraba que era suya. Así pues desde
el respeto que me produce todo artista y la falta de conocimiento sobre el
mismo, me voy a permitir reproducir un fragmento de la presentación que de él
realiza el comisario de la muestra.
“Ángel Marcos utiliza la fotografía como excusa, la técnica al servicio del inconformismo. Artista conceptual, desarrolla su trabajo implicándose y profundizando en la realidad social que ha decidido vivir. En sus obras el paisaje suele ser el protagonista principal; de hecho, sus fotografías están íntimamente ligadas a la idea del viaje y al diálogo con el territorio recorrido.” A mí, me gustaría añadir que en este caso ese dialogo del que habla el autor de la cita está plenamente justificado y que las imágenes que se nos muestran son el resultado de un discurso claro y preciso de un país que tiene mucho que contar.
“Ángel Marcos utiliza la fotografía como excusa, la técnica al servicio del inconformismo. Artista conceptual, desarrolla su trabajo implicándose y profundizando en la realidad social que ha decidido vivir. En sus obras el paisaje suele ser el protagonista principal; de hecho, sus fotografías están íntimamente ligadas a la idea del viaje y al diálogo con el territorio recorrido.” A mí, me gustaría añadir que en este caso ese dialogo del que habla el autor de la cita está plenamente justificado y que las imágenes que se nos muestran son el resultado de un discurso claro y preciso de un país que tiene mucho que contar.
Alberto
García-Álix no necesita presentación alguna, sin embargo la
colección de retratos que contiene esta muestra son totalmente inéditos y
desconocidos para el público. Todos ellos fueron realizados en 1998 y se trata
de personas anónimas que dejarán de serlo a raíz de ésta exposición, aunque
algunos de ellos tal vez se encuentren ya en alguno de esos lugares de los que
ya no se vuelve. Con la cruda realidad que caracteriza la obra de este
galardonado fotógrafo las imágenes de la exposición producen un tremendo impacto en quienes las
contemplan y nos hacen plantearnos un montón de preguntas: ¿Quiénes son estos
personajes? ¿Cómo ha sido su vida? ¿Dónde están?. Las obras de García-Álix
tienen el poder de incomodar nuestras conciencias.
El hiperrealismo de José María
Mellado también está presente en esta exposición colectiva de Casa de
América, en la que el autor muestra una serie de paisajes realizados entre el
2006 y el 2011 en los que la naturaleza alcanza una gran preponderancia
dramática. Una amplia gama dinámica y un intenso color son dos de los factores
que inciden a la hora de contemplar un país decadente en sus estructuras pero
lleno de vida y de esperanza. Observar las obras de Mellado es situarse a medio
camino entre la realidad y la utopía.
Juan Manuel
Castro Prieto, con su serie Extraños
nos enseña una variada gama de trabajos. Desde el políptico hasta el
cocodrilo colgado de la pared o el
hombre bañándose con el perro sobre los hombros hay una gran distancia visual e
ideológica. Con un toque de surrealismo y una gran dosis de profesionalidad el
autor nos acompaña por algunos de los rincones de esa Cuba íntima y a la vez
expuesta a la mirada de todo aquel que quiera molestarse en conocerla.
He querido dejar para el final a las dos fotógrafas que completan la muestra, no porque estén en desventaja frente a sus compañeros varones, sino por aglutinar de algún modo la mirada femenina de la isla. Muy diferentes entre sí, pero con trabajos igualmente potentes ellas son sin duda dos de las fotógrafas más importantes de nuestro país y su obra es reconocida de forma unánime fuera de nuestras fronteras.
Cristina
García Rodero, de quien ya os he hablado en este blog y a la cual
me honro de conocer y de admirar, es sin
duda una de las mejores documentalistas que existen en el mundo de la
fotografía. La grandeza de sus imágenes reside tanto en su gran humanidad como
en su denodado tesón y sus extensos conocimientos del arte. Lleva más de una
decada viajando a Cuba de forma recurrente y sus proyectos parecen no tener
fin; siempre hay algo más que puede recoger y es que yo creo que Cristina se
encariña tanto con su trabajo y con todo lo que hace que es como una madre que
ve crecer a sus hijos y desearía que nunca dejaran el nido. Las imágenes
mostradas en la exposición han sido tomadas a lo largo de todo este tiempo y
son por tanto una variada muestra de su labor.
El trabajo de Isabel Muñoz es
también sobradamente conocido. Su impecable trayectoria profesional ha hecho
que sea reconocida en el todo el mundo como la gran fotógrafa que es. En las
imágenes que se exponen en Casa de América, todas ellas relacionadas con la
danza, está presente esa característica sensualidad que emana de las mujeres
cubanas y que no pasa desapercibida para nadie que haya visitado ese país.
Isabel es capaz de captar el movimiento en figuras estáticas y de convertir en
estatuas a figuras en movimiento. De
nuevo me veo obligada a citar unas palabras del comisario de la exposición y es
que creo no se puede expresar mejor lo que transmiten las imágenes de esta fotógrafa.
“En estas imágenes suyas podremos
comprobar que la síntesis, el ‘menos es más’, es la piedra angular de su
trabajo. Un trabajo donde lo sutil es capaz de
dejar paso a lo incorrecto y donde lo que no se cuenta, casi siempre, es
más importante que lo que se ve.”
Por último os dejo un enlace al vídeo que se ha realizado de la exposición, espero que disfrutéis.
Definitivamente, Cuba, sigue siendo la tierra más hermosa...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMAGNIFICO trabajo, Conchi. Gracias a tí he podido disfrutar durante unos minutos el excelente trabajo de estos grandes maestros de la fotografía.
ResponderEliminarMe quedo con muchas ganas de verla en persona.
Gracias a las dos por pasaros por mi blog y dejar vuestra opinión. Yo también creo que Cuba es uno de los lugares más hermosos que he visitado.
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