Es bien sabido que tanto en el mundo de la ciencia como en el del arte las innovaciones suelen acarrear casi a partes iguales seguidores y detractores. La fotografía, como parte integrante de ambas disciplinas no es inmune a dichos efectos.
Uno de los cambios que más debates ha generado en este
ámbito ha sido el paso del sistema analógico al digital, que a pesar del tiempo
transcurrido aún sigue levantando polémica. Era pues de esperar que el
siguiente paso también creara ampollas y desde luego así ha sido. Me refiero a
la toma de imágenes a través de los teléfonos móviles, smartphones o tabletas
digitales. La rapidez con que estos dispositivos permiten transmitir todo lo
que captan ha hecho que se conviertan en el dispositivo idóneo para muchas
personas.
Sin apenas darnos cuenta nos hemos visto invadidos por
millones de imágenes fijas y videos que se distribuyen cada día por numerosos
canales a través de la red. El gato del vecino, las uñas de los pies o el trozo
de tarta que hay en la mesa pueden llegar hasta el otro lado del mundo en
apenas unos segundos. Estamos saturando el planeta de estampas e ilustraciones
basura, es totalmente cierto; pero en medio de todo ese caos, de esa vorágine sin
sentido, surgen también algunos elementos dignos de ser tenidos en cuenta.
Pequeños colectivos y artistas individuales para los cuales el medio es lo de
menos porque lo que realmente cuenta es el sentido de su obra.
Jose Luís López Moral es uno de esos iluminados.
Artista polivalente y prácticamente autodidacta, aunque durante un tiempo
frecuentó la Escuela de Bellas Artes, ha dedicado su vida a expresar lo que
siente a través de medios tan diversos como el dibujo, la pintura, el grabado o
la performance. Desde hace unos años está inmerso en la fotografía, a la que
llegó dicho sea de paso, como un medio y no como un fin, para sus trabajos como
grabador. Sin embargo algo debió de ver en ella cuando decidió instalarse como
si fuera su casa, dejando a un lado prácticamente todo a cuanto se había
dedicado hasta ese momento.
Jose Luís es un conversador inagotable y un profundo
conocedor de la Historia del Arte. Una charla con él puede empezar con los
pintores flamencos del siglo XVII y terminar con Banksy, o seguramente si se
hubiera terciado podría haber ido de Beethoven a los Beatles. Aunque
indudablemente lo que mejor domina es todo lo relacionado con el mundo de la
pintura, causa de sus orígenes como artista. Hacedor de paisajes, no los copia,
los crea partiendo de una base real para convertirlos en rincones oníricos, en
escenas literarias salidas de la pluma de un bardo. O para ser más exactos
salidas de su teléfono móvil, ya que éste es el instrumento que utiliza para
sus creaciones.
En sus obras se refleja una especie de calma infinita y
también un cierto grado de soledad, esa misma soledad que él busca a la hora de
hacer su trabajo para sentirse inspirado. Quizás por eso sorprende el hecho de
que haya elegido como herramienta un teléfono móvil y más aún que una de las
causas de esa elección haya sido la inmediatez que permite dicho instrumento
para mostrar las imágenes obtenidas. Y es que Jose Luís López Moral da una
imagen de persona mucho más tranquila de lo que en realidad es. Por eso la
posibilidad de trabajar en tiempo real, de poder intercambiar opiniones y
mostrar su trabajo a gente del otro lado del planeta y en definitiva de
interactuar con otros artistas es fundamental para su forma de pensar y ver la
fotografía.
En cualquier caso, estoy segura de que aunque hubiese
sido cualquier otro el instrumento elegido para su trabajo el resultado hubiese sido igualmente hermoso y es que sus fotografías nos recuerdan las
maravillosas pinceladas de los pintores de la Escuela de Barbizon, que fueron
parte del Realismo pictórico francés y precursores del Impresionismo.
http://www.lopezmoral.es/Lopez_Moral/News.html
Que bellas imágenes!
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