Cabecera La Mirada Fotográfica

martes, 27 de mayo de 2025
‘DUANE MICHALS. EL FOTÓGRAFO DE LO INVISIBLE’
jueves, 15 de mayo de 2025
JOEL MEYEROWITZ RECIBE EL PREMIO PHOTOESPAÑA 2025 Y PRESENTA EN MADRID LA EXPOSICIÓN EUROPA 1966-1967
En 1966, Joel Meyerowitz, un joven fotógrafo de 28 años inspirado por la obra de Robert Frank, en busca de crecimiento artístico y personal, deja su trabajo en una agencia de publicidad de Nueva York para emprender un viaje de más de 30.000 km por las carreteras de Europa, visitando diez países y realizando unas 25.000 fotografías. Durante este periodo, Meyerowitz se asienta seis meses en Málaga, y entabla amistad con una de sus grandes familias flamencas, los Escalona, realizando fotografías y grabaciones de los espectáculos de flamenco a los que asistió. Este viaje se convertiría en determinante para la definición artística de Meyerowitz.
La exposición Europa, 1966-1967, incluida en la Sección Oficial de PHotoESPAÑA 2025 y comisariada por Miguel López-Remiro, director del Museo Picasso de Málaga, que se puede visitar a partir del 15 de mayo y hasta el 13 de julio en el Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez, cuenta con unas 200 imágenes de ese prolífico viaje. Se trata de una muestra producida por el Museo Picasso de Málaga.
Meyerowitz elaboró un amplio registro fotográfico de España que influyó sobremanera y consolidó hasta hoy su estilo fotográfico, considerado pionero en su uso del color para captar y expresar la realidad. Si el blanco y negro era, por así decirlo, la lingua franca de la expresión artística fotográfica, Meyerowitz fue uno de los primeros en “hablar” con el color, adelantándose a su posterior consideración y aceptación como medio artístico en la fotografía.
La exposición incluye copias de época y nuevas impresiones en color y blanco y negro, y recorre los momentos más significativos de un viaje que fue también un proceso de descubrimiento personal.
El recorrido se estructura en bloques geográficos y temáticos, desde sus primeras experiencias fotográficas en el Reino Unido hasta su inmersión en el sur de España, el bullicio de los mercados turcos o la calma de Corfú.
A través de retratos, escenas callejeras, paisajes y vistas desde su coche en marcha, la exposición permite seguir la transformación de su lenguaje visual: una fotografía más abierta, menos sujeta al instante decisivo y más interesada en captar la complejidad del momento.
Europa, 1966-1967 no solo muestra el nacimiento de una mirada, sino que retrata un continente en transformación. Desde la vitalidad de las ciudades hasta los contrastes políticos y sociales de la época, la exposición ofrece un relato visual vibrante y fragmentado que anticipa muchas de las tensiones del mundo contemporáneo.
PHotoESPAÑA 2025 ha querido reconocer con el máximo galardón del Festival, el Premio PHE, la trayectoria profesional de esta figura clave en la historia de la fotografía.
Joel Meyerowitz es un referente en la historia de la fotografía. Se formó como artista, pintor e ilustrador en la Universidad Estatal de Ohio y se graduó en Bellas Artes en 1959. A su vuelta a Nueva York, trabaja como director artístico en publicidad y realiza un máster en Historia del Arte. En 1962, la agencia en la que trabaja contrata a Robert Frank para hacer las fotografías que aparecerían en un folleto que el diseña. Es en ese momento, al conocer a Frank cuando Meyerowitz decide dejar su trabajo y cambiar su vida. Es su jefe, Harry Gordon quien le presta una cámara a la que Joel pone un rollo en color y sale a la calle a captar la vida. Hoy a sus 87 años Meyerowitz sigue llevando una cámara colgada del hombro.
Joel Meyerowitz (Nueva York, EEUU, 1938) transformó el medio con su uso pionero del color, cuando la fotografía artística estaba dominada por el blanco y negro. De hecho, Cape Light (1978), el primero de los más de medio centenar de libros que ha publicado hasta la fecha, contribuyó decisivamente a que la actitud hacia la fotografía en color pasase de la resistencia inicial a la aceptación universal.
A lo largo de su carrera Meyerowitz ha protagonizado más de 350 exposiciones, en las que su capacidad de observación de la condición humana está en el corazón de sus fotografías. Su obra forma parte de las colecciones permanentes del Museo Metropolitano de Arte (Nueva York, EEUU), el Museo Whitney de Arte Estadounidense (Nueva York, EEUU), el MoMA (Nueva York, EEUU), la Tate Modern (Londres, Reino Unido), el Museo Victoria & Albert (Londres, Reino Unido), el Museo de Bellas Artes de Boston (Massachusetts, EEUU), el Instituto de Arte de Chicago (Illinois, EEUU), el Centro Pompidou (París, Francia) y el Rijksmuseum (Ámsterdam, Países Bajos), entre otras destacadas instituciones de todo el mundo.
Fotos de sala © Conchita Meléndez
martes, 13 de mayo de 2025
UN TIEMPO PARA MIRAR. 50 AÑOS DE LA HISTORIA DE ESPAÑA DESDE EL OBJETIVO DE MARISA FLOREZ
lunes, 5 de mayo de 2025
LA MIRADA REFLEXIVA DE RICARD TERRÉ SE EXPONE EN LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO
La sala de fotografía del Museo muestra una selección de obras del fotógrafo Ricard Terré que forman parte de los fondos de la Academia, algunas de las cuales han sido donadas por la hija del fotógrafo Laura Terré. Además, se expone material bibliográfico y hemerográfico procedente de la colección Pedro Melero / Marisa Llorente.
Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1928-Vigo, 2009) es un verso suelto entre los miembros de su generación. Aunque inició pronto su cercanía con el grupo Afal y sus fotógrafos más destacados, se distingue de ellos en su decidida voluntad de descifrar la realidad, de penetrar en sus ámbitos más penumbrosos. Mediante un limitado catálogo de temas -la muerte, el rito, la religión-, su obra tiende a la intemporalidad. La suya es una fotografía sensible y despojada, atenta siempre a lo inmanente, a lo que está llamado a perdurar.
Miembro de una familia cultivada, era persona cercana a la literatura, a las artes, al jazz y a los deportes más recios, como un fellow británico. Fue un apreciable pintor y caricaturista en sus años más jóvenes, y sólo se dedicó a la fotografía entre 1955 y 1970, aunque, como un intermitente Guadiana, volvió a retomarla en 1982. Era persona reflexiva, honesta y profundamente humana, que entendió pronto que la realidad es mucho más que su apariencia, aunque a veces no pasa de ser un espejo alejado de la percepción de nuestra propia mirada. En su inmersión personal en las simas de lo real, no buscó nunca el artificio, ni siquiera la belleza, que nunca le interesó y que es, quizás, la única virtud que nuestros sentidos alcanzan a percibir.
Terré fue un outsider vocacional, ajeno a los círculos burocráticos y oficialistas de su tiempo, indiferente a pompas y vanidades. En el breve tiempo en que practicó la fotografía, su interés se centró en el hombre, o al menos en su huella. Con el tiempo, se ha ido reconociendo su obra respetuosa, indulgente y personalísima: la de un hombre considerado y de principios, consciente de que una sociedad que olvida la tolerancia y la misericordia es una sociedad enferma.
Entre las fotos expuestas figuran dos de sus imágenes más representativas, la de la niña de comunión y la del niño con el cirio doblado.
La exposición estará abierta al público en la sala de fotografía del museo del 30 de abril al 19 de octubre de 2025.
Imágenes de cortesía cedidas por la RADBADSF para promoción. © Ricard Terré
Imágenes de Sala © Conchita Meléndez