Acabo de terminar de leer “Alex Webb habla con Max Kozloff”,
por tercera vez, o por cuarta, o tal vez sea la novena, no lo se muy bien. Es
un minilibrito de la colección Conversaciones
con Fotógrafos, editada por La Fábrica, absolutamente cómoda para esos
viajes cortos en el Metro o en el autobús. Apenas abulta, no pesa y tiene un
contenido de lo más interesante. Cada vez que lo leo me reafirmo más en la
sensación que tuve cuando lo abrí inicialmente, Max Kozloff, de un modo casi me
atrevería a decir rimbombante, entrevista a un Alex Webb totalmente sencillo,
con un lenguaje mucho más cercano al lector y unas ideas sobre la fotografía
igualmente próximas a todo aquel que disfrute de este bello arte. Es como si en
algunos momentos ambos hablaran idiomas diferentes y Alex, sin decirlo, le
dijera: “¿Pero de que me hablas? Esto es mucho más simple.”
Yo siempre he pensado que hay fotógrafos que te llegan al
corazón, otros con los que al ver sus imágenes te sientes totalmente
identificado y otros a los que admiras por su técnica, por su contenido o por
su saber hacer. Cuando todas esas propiedades se dan juntas en uno solo es como
tocar el paraíso. Sentarte tranquilamente y sin prisas a disfrutar de uno de
sus libros puede ser la mejor manera de pasar la tarde. Está claro que sería
aún mejor poder disfrutar de esas imágenes en vivo y en directo, pero desde
luego el sustituto es de lo más satisfactorio.
Alex Webb se define a sí mismo como un streetphotographer, un fotógrafo callejero testigo de la Historia,
pero en un sentido amplio. Webb no busca grandes sucesos históricos de la época
que le ha tocado vivir, aunque a veces y de forma inevitable acabe
encontrándose con ellos, sino que se dedica a dejar constancia de la vida
diaria de la gente corriente. Él pasea por las calles del lugar que previamente
ha elegido, casi siempre de un modo instintivo, seducido por algún relato leído
o por alguna historia escuchada. Como buen cazador, observa, aprende, a veces
interactúa con aquellos a quienes fotografía, hasta conseguir esas imágenes que
le hacen único.
Alex Webb nació en 1952 en San Francisco, Estados Unidos.
Cuando estudiaba cuarto de primaria su padre, un escritor que se enfrentaba a
sus bloqueos literarios haciendo retratos informales y fotografías callejeras,
empezó a introducirle en la técnica del blanco y negro, pero no fue hasta que
cursaba el segundo curso de bachillerato en el instituto cuando realmente
comenzó a interesarse por el mundo de la fotografía. En su segundo año de
universidad, mientras estudiaba Historia y Literatura en Harvard, participó en
un taller con Charles Harbutt, quien vislumbrando su talento le urgió a que continuara
explorando y un par de años más tarde le introdujo en la Agencia Magnum.
Al inicio de su carrera Alex Webb empezó a documentar en
blanco y negro la vida en las pequeñas ciudades del sur de Estados Unidos y a
realizar algunos reportajes en el Caribe, Mexico y Haití. Precisamente fueron
sus viajes a los trópicos los que le hicieron sentir que se estaba perdiendo algo.
Según Webb, existe un sentido del color en las culturas caribeñas que está
intrínseco en su sociedad de una manera casi espiritual. A partir de ese
momento, aproximadamente en el año 1979, comenzó a trabajar en color. Primero
en Haití y en la frontera mexicana, pero
poco a poco fue extendiendo su paleta cromática al resto de los lugares que
visitaba. Y es que los colores de las imágenes de Alex Webb tienen algo
especial, forman parte de la vida misma que relatan, de su cultura. El uso de
la luz, los fuertes contrastes, los matices, hacen que cada uno de los paises
por los que pasa sea diferente.
Por último y aunque podría contar muchas más cosas, quiero
dejaros algunas frases del fotógrafo que definen a la perfección lo que siente
al trabajar en este campo, en el que sin duda es un maestro.
“El mundo se explora al pasear por sus calles.”
“Mis imágenes no narran historias, son poemas.”
“Una fotografía sólo muestra un instante y cuestiona el
sentido mismo de la palabra historia.”
“Cuando empecé a dedicarme a la fotografía pensaba que el
color era vulgar y comercial.”
“A veces llego a sentir que algunas de mis fotos son como el
fondo sobre el que se desarrollan ciertas novelas.”
http://www.magnumphotos.com/C.aspx?VP3=CMS3&VF=MAGO31_10_VForm&ERID=24KL53Y_H
Realmente interesante...
ResponderEliminarun fotografo extraordinario....
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