Lo confieso. Soy absolutamente
fan de la fotografía humanista, esa en la que el hombre constituye el centro de
la imagen y se convierte en el punto de mira de la vida cotidiana; esa en la
que todo gira alrededor del ser humano y el mundo que le rodea es solo una
extensión de la mirada del autor.
La Fotografía Humanista tuvo sus
mayores expresiones en Francia y Estados Unidos tras la segunda guerra mundial
cuando era necesario empezar a mirar hacia delante, hacia el futuro, dejando tras
de sí los horrores vividos. De ese modo podría decirse que la Fotografía
Humanista es la rama poética del fotoperiodismo y se le conoce también como
Realismo Poético. Se basa en la filosofía del cambio social y por tanto se la
identifica también con la nomenclatura de Fotografía Social.
Es curioso destacar que a
diferencia de otras corrientes, la Fotografía Humanista ha trascendido en el
tiempo y en el espacio. En España se desarrolló a partir de los años cincuenta sobre
todo en Barcelona, Almería y Madrid y algunos de los fotógrafos que destacaron
fueron por ejemplo, Carlos Pérez Siquier, Catalá Roca y Gabriel
Cualladó, entre otros.
Autorretrato en Camiseta (1960) © Gabriel Cualladó
Retrato de Gabriel con sombra (1957) © Gabriel Cualladó
José Luís el Fitu (1968) © Gabriel Cualladó
Pues bien, es a este último, a
quién tras 15 años de su desaparición la Sala Canal de Isabel II, a través de
la Comunidad de Madrid, dedica una exposición antológica en la que se quiere
revisar la obra de Gabriel Cualladó y asomarse a lo que fue sin duda el trabajo
de un autor claramente rupturista en la historia de la fotografía del siglo XX.
Curiosamente, Cualladó no era periodista, su acercamiento a la fotografía llegó
a través de su ambiente más cercano, de su familia, sus amigos, de los lugares
frecuentados y las personas que encontraba en ellos.
La exposición, comisariada por
Antonio Tabernero, confirma que la obra de Cualladó es una de la más singulares
de la fotografía española, no solamente por su dimensión poética y por su
extraordinaria libertad de expresión, sino también por la natural sencillez con
la que abordó su personal interpretación del mundo que lo convierte en un autor
casi inclasificable, con un trabajo distante del de sus contemporáneos.
Bodega sobre piedra (1958) © Gabriel Cualladó
Cervecería Alemana (1960) © Gabriel Cualladó
Camarero en la boda de Penella (1966) ©Gabriel Cualladó
Dice Antonio Tabernero que: “Cualladó
nos muestra que, al fotografiar, es conveniente dejarse ir para que surjan
ciertas cosas del inconsciente, cosas que tú no sabías que podías expresar. Contemplando
la obra de Cualladó, cada vez creo más en el instinto, y creo que los mejores
artistas son los que mejor lo saben gestionar.”
Con un total de 140 imágenes
divididas en pequeños espacios, la muestra nos ofrece las distintas etapas del
trabajo del autor. Y aunque su época de mayor actividad fueron las décadas de
los 50 a los 70, su carrera continuó
siendo fecunda hasta poco antes de su fallecimiento, como demuestra el proyecto
fotográfico Puntos de vista para el Museo Nacional Thyssen – Bornemisza, que es
el que abre la exposición. Poco a poco y según subimos iremos desgranando otras
propuestas como, “La Caja de Zapatos”, haciendo referencia a los negativos que
podrían contenerse en ella, que serían suficientes pero no demasiados, “Los
momentos de Existencia”, “El Rastro”, o esa pequeña serie de polaroids con las
que Cualladó investiga el color, toda su obra a excepción de estas fotografías
es en blanco y negro. Las diez fotos reproducidas para la muestra son una
pequeña selección de la amplia serie que
se mostraron por primera vez en la exposición “Va por ti”, dedicada a su
gran amigo Paco Gómez.
El Rastro 1980-1981 © Gabriel Cualladó
El Rastro 1980-1981 © Gabriel Cualladó
El Rastro 1980-1981 © Gabriel Cualladó
Gabriel Cualladó fue miembro de
AFAL y cofundador del grupo La Palangana, antes de formar parte de la Escuela
de Madrid. Fue premiado, entre otros reconocimientos, con el primero de los
Premios Nacionales de Fotografía en 1994 y con la Medalla de Oro del Círculo de
Bellas Artes de Madrid en 1998. Su obra está presente en las colecciones y
museos más relevantes del país, a pesar de ser uno de los grandes desconocidos
de la fotografía para el gran público. Fue también un gran coleccionista de
fotografía, de hecho se le considera el pionero del coleccionismo en España. Una
gran parte de su colección fue donada al IVAM, y entre los artistas de esa
colección se encontraban Henri Cartier-Bresson, Man Ray, Richard Avedon, Diane
Arbus, W. Eugene Smith, August Sander, Paul Strand, Nadar, Henry Peach
Robinson, Walker Evans, Ben Sam y Dorotea Lange. Contenía también una amplia
panorámica de los fotógrafos españoles, especialmente significativa desde los
años 50 a la actualidad, como es el caso de Agustí Centelles, Francesc Catalá
Roca, Alfonso, Joan Fontcuberta, Cristina García Rodero, Javier Vallhonrat,
Alberto Schommer, Chema Conesa y Ouka Lele.
Guardia Urbano (1957) © Gabriel Cualladó
Les Halles (1965) © Gabriel Cualladó
Mujer en la Estación de Atocha (1957) © Gabriel Cualladó
París (1962) © Gabriel Cualladó
Puntos de Vista Museo Thyssen Bornemisza (1993) © Gabriel Cualladó
Xabier Miserachs, Boda de Ramón Masats (1959) © Gabriel Cualladó
Puntos de Vista Museo Thyssen Bornemisza (1993) © Gabriel Cualladó
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