La Fundación Canal abrirá sus
puertas mañana día 4 de Octubre a una nueva exposición: Roy Lichtenstein.
Posters cuya obras provienen del Museum für Kunst und Gewerbe de Hamburgo,
propietario de la muestra que se expone por primera vez en España. Esta exposición,
que podrá verse hasta el 5 de enero de 2019, ofrece una aproximación a la obra
de Lichtenstein desde un punto de vista sumamente novedoso: la presentación de
gran parte de sus carteles más representativos, y otros desconocidos por el
público, agrupados según al finalidad para la que fueron diseñados.
Como uno de los máximos
exponentes del Pop Art, Lichtenstein se inspira en la sociedad de consumo, la
vida cotidiana y la cultura de masas, utilizando par ello la publicidad, el
cine, los comics y las revistas populares. Gracias a sus carteles, que estaban
repartidos por las vallas y las paredes de las calles de ciudades como Nueva
York o París, ya no era necesario acudir a los museos o galerías para disfrutar
de las creaciones de Lichtenstein. El público podía hacerlo de manera gratuita.
Esos mismos carteles, los originales que quedan a día de hoy, pueden llegar a
alcanzar un precio en el mercado de hasta 20.000 euros.
Lichtenstein fue uno de los pocos
artistas de su generación que consiguió alcanzar el mismo reconocimiento tanto
en Estados Unidos como en Europa. Tampoco ha habido muchos que, como él,
pudieran presumir de haber permanecido siempre en la cresta de la ola. Incluso
cuando tras la muerte de Warhol en 1987, las obras del Pop Art experimentaron
una ligera caída en los mercados, las de Lichtenstein siguieron cotizándose al
alza al igual que su popularidad.
Su arte hasta 1961 está básicamente
influido por el expresionismo abstracto, a menudo enriquecido con motivos de
temática americana. Es en ese momento cuando Lichtenstein decide buscar
referentes e inspiración en el "arte comercial” (denominado así por él
mismo). Para ello, profundiza en el comic y en anuncios en prensa para crear
obras en gran formato realizadas al óleo sobre lienzo. En paralelo, comienza a
evitar las pinceladas individuales y a utilizar sólo colores primarios, básicamente
el rojo y el amarillo,esbozados en negro. Como característica clave, introduce
un patrón de cuadrícula formada por puntos regulares. Estos puntos hacen
referencia al origen de sus motivos, ya que imitan el estilo de impresión
económica propio de los medios de comunicación.
Ese mismo año el galerista
italiano Leo Castelli (1907-1999) comenzó a representar a Roy Lichtenstein. En
ese momento se trataba de una de las galerías más prestigiosas de los EE.UU. y
representaba a artistas como Jasper Johns y Robert Rauschenberg, y
estaba a punto
de entrar Andy
Warhol en esta
lista de representados. Gracias
al apoyo financiero que recibe a partir de ese momento, Lichtenstein abandona
la enseñanza y se dedica por completo a la pintura.
Después de las pinturas de la
primera mitad de los años sesenta, Lichtenstein inicia en 1966 una nueva y extensa
serie de obras, las llamadas Modern Paintings (pinturas modernas). En este
punto, ya no trabaja sobre plantillas de publicidad o comics, sino que las
pinturas modernas se inspiran en el estilo Art Déco.
En la década de 1980, la actitud
general hacia el cartel como medio artístico ha cambiado. Ya no es aquel nuevo
y emocionante medio de vanguardia de hace unas décadas. Ahora, con frecuencia,
el cartel se utiliza para pedir a artistas reconocidos que ayuden a recaudar
fondos para buenas causas, como Amnistía Internacional o UNICEF, o instituciones
culturales como el ballet de Nueva York. Los artistas donan sus obras que se
publican en ediciones limitadas y autografiadas para su venta en el mercado del
arte. Las ediciones de carteles de estos trabajos generalmente son impresas en
un papel más barato proporcionándoles un texto complementario que hace mención
a la institución o al evento. Sin embargo, muchos de los diseños de los
carteles de Lichtenstein de la década de los ochenta fueron realizados explícitamente
para eventos o causas específicos.
La exposición que se presenta en
las salas de la Fundación Canal, está dividida en seis temáticas y agrupa 76 de
los carteles del artista. En la primera sección de la muestra, “Carteles para
exposiciones en museos”, se recogen más de una decena de posters diseñados por
Lichtenstein con motivo de las exposiciones que le dedicaban museos tan
importantes como el Guggenheim de Nueva York, el Moderna Museet de Estocolmo o
la Tate Gallery de Londres.
La sección “Carteles para
exposiciones en galerías de arte” incluye una selección de posters creados por
Lichtenstein para promocionar sus exposiciones en diferentes galerías, como la
Galerie Beyeler de Basilea (Suiza) o la Ace Gallery de Los Ángeles. Si hubo una
galería clave para Lichtenstein fue la de su representante “Leo Castelli”,
hasta tal punto de que los carteles que hizo para promocionar las exposiciones
en su galería merecen una sección propia y se encuentran entre los más
destacados de su producción.
El apartado destinado a los
“carteles creados por museos con consentimiento del artista” refleja la
importancia del diseño gráfico para Lichtenstein, disciplina en la que trabajó
durante años en el mundo editorial, y la unión que existe entre ambos. Tanto es
así que autoriza a museos o instituciones, como The Smithsonian de Washington
DC o el MoMA de Nueva York, y colabora con ellas al incorporar obras suyas en
la composición de los carteles que los propios museos le dedicaban.
Otro de los apartados de la
muestra se adentra en los carteles que Lichtenstein hizo tanto para dar a conocer
diversas causas políticas y
sociales, a las que fue dedicando progresivamente más tiempo una vez convertido
en una de las principales figuras del arte de la segunda mitad del siglo XX.
En la última sección, “Carteles
para acontecimientos culturales”, se encuentran los carteles que elaboró
Lichtenstein para dar a conocer eventos y celebraciones de todo tipo, desde
aquellos relacionados con el mundo de la cultura y el espectáculo hasta diferentes
acontecimientos deportivos.
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