Cabecera La Mirada Fotográfica

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domingo, 13 de marzo de 2022

LA OBRA DEL POLIFACÉTICO KÂULAK SE EXHIBE EN LA BIBLIOTECA NACIONAL



Antonio Cánovas del Castillo Vallejo (Madrid, 1862-1933), considerado por algunos como el máximo representante de la corriente pictorialista en España,  fue un intelectual polifacético que desarrolló una intensa actividad en varias facetas. Tras su paso por el mundo de la política, fue diputado en cortes y gobernador civil en Málaga, que abandonó tras el asesinato de su tío el presidente del Gobierno Antonio Canovas del Castillo,   fue también pintor, crítico de arte, escritor, empresario y compositor. Fue sin embargo la más importante de sus facetas la de la fotografía. Como fotógrafo desarrolló una intensa actividad  dividida en dos partes marcadas por la creación de la galería Kâulak: una amateur entre 1890 y 1904, y otra profesional desde este año hasta su fallecimiento.

Francisco Silvela 

Estudió Derecho en la Universidad de Madrid y recibió clases de pintura del paisajista Carlos de Haes, uno de los más activos maestros de la Cátedra de Paisaje en la Escuela Superior de la Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1857. Una de sus primeras pasiones fue la crítica de arte. Entre 1892 y 1903 publicó un centenar de artículos en los diarios La Época y La Correspondencia de España, en su mayoría relacionados con la pintura y con las exposiciones nacionales. Firmó sus óleos y algunas de las obras literarias con el seudónimo “Vascano”, formado con las tres sílabas de su apellido.


Su interés por la literatura se debió a la influencia de su tío abuelo, Serafín Estébanez Calderón, y a los 18 años escribió Un milagro en Venecia, novela corta incluida posteriormente en el libro Mocedades (1891). Otros de sus títulos fueron Javier Malo (1884), El Mosén (1887), La condesa está durmiendo (1895) y la tardía ¡Pobres niños ricos! (1918). Publicó además Ensayo biográfico del célebre navegante Juan de la Cosa (1892) y varias obras sobre arte, entre ellas Apuntes para un Diccionario de pintores malagueños del siglo XIX (1908) y Rosales (1927), breve biografía del pintor.


En lo que se refiere a la música, faceta poco conocida, fue autor de una decena de piezas (rigodones, valses, pasodobles y polcas), la mayoría fechadas a finales del siglo XIX. Es destacable por su relación con la fotografía la obra “Kâulak, vals brillante para bailar” (1908), que compuso para obsequiar a los clientes de la galería fotográfica y cuya partitura fue ilustrada por el pintor malagueño Adolfo Lozano Sidro. Esta pieza se puede escuchar en la sala que alberga la exposición. 


La actividad fotográfica de Cánovas fue extraordinaria. En la etapa amateur (1890-1904), enmarcada en la corriente pictorialista, destacó por su originalidad y su capacidad creativa. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Fotográfica de Madrid, creó la revista La Fotografía en 1901, que dirigió hasta 1913 y en la que publicó más de trescientos artículos, y participó en numerosos concursos nacionales e internacionales en los que obtuvo una veintena de galardones de gran relevancia. En ese periodo generó y editó gran variedad de tarjetas postales (paisajes, monumentos, tipos, costumbres, artistas, composiciones literarias, etc.), algunas de cuyas series se comercializaron por millones, sobresaliendo la titulada ¡Quien supiera escribir!, basada en la Dolora del mismo título de Ramón de Campoamor.

María Guerrero

En un segundo periodo, ya profesional y acotado entre 1904 y 1933, año de su fallecimiento, puso en marcha la que sería una de las más prestigiosas galerías fotográficas de Madrid (y de España), donde retrató a la familia real, la aristocracia, la burguesía, y también a intelectuales, artistas y políticos. Por la calidad de sus trabajos, fue apodado popularmente “El retratista de las damas”. El estudio fue prototipo y modelo, y Cánovas se ocupó de que contara con todos los elementos necesarios, tanto técnicos (cámaras, objetivos, iluminación) como decorativos (fondos, forillos, mobiliario), tomando como referencia las galerías europeas. En 1912 publicó La fotografía moderna, manual en el que explicó los conocimientos básicos para el fotógrafo.

Piedad Iturbe

Desde comienzos del siglo XX su obra ilustró las más importantes revistas ilustradas, entre ellas La Ilustración Española y Americana, Blanco y Negro, Mundo Gráfico, Nuevo Mundo, El Teatro o La Esfera, y participó en la creación de Mundial en el año 1921. En 1918 colaboró en la fundación de la sociedad nacional de empresarios Unión Fotográfica, para la que dirigió la revista del mismo título, y en 1921 escribió El retoque fotográfico, obra especializada donde expuso las características y valores del retoque, y que presentó como “Las intervenciones que un operador realiza para modificar, en cualquier sentido, la imagen escueta que automáticamente rinde el cliché”.

En la exposición se exhiben más de 160 obras (fotografías, libros impresos, grabados, instrumentos de fotografía, óleos, etc.) pertenecientes a la BNE y a otras instituciones y coleccionistas españoles.


El interés de Kâulak por la conservación de los originales fotográficos de su archivo, y por la creación de una iconografía con los retratos de personajes de su época (valgan como ejemplo la excepcional “Galería de Hombres Ilustres” que montó en el estudio, los libros de clientes a modo de catálogos de los que se conservan once, el Álbum de Oro, o su aportación a la Junta de Iconografía Nacional), junto al trabajo desarrollado durante años por los profesionales de la Biblioteca Nacional de España para su preservación, tratamiento y difusión, hacen hoy posible esta imprescindible muestra.

Manuel Granero

Kâulak tuvo importantes colaboradores trabajando con él en su estudio, como es el caso de José Luís Pérez que llegó al estudio en 1958, o de Isidro Gamonal que fue el retocador e iluminador del gabinete y también el autor material de la fotografía del distro Manuel Granero, realizada el 7 de mayo de 1922 horas antes de su cogida mortal en la plaza de Goya.

Antonio Cánovas tuvo también una transcendencia fundamental en el origen de los derechos de autor ya que a solicitud de él se regulo un real decreto en el año 1911 que obligaba a los periódicos de la época a incluir el nombre del fotógrafo junto a las fotografías publicadas. 

Juan María Ardizone

La exposición dedica también un pequeño homenaje a Juan María Ardizone, nieto de Kâulak y que fue quien a la muerte del fotógrafo mantuvo el  estudio abierto hasta el año 1989 en que fue obligado a desalojar el edificio. Gracias a él y a pesar de la reticencia por instancias oficiales se conservan no solo los negativos del fotógrafo sino también algunos de los tapices y útiles que se utilizaban en el gabinete. 

Juan Miguel Sánchez Vigil

El comisario de la exposición es Juan Miguel Sánchez Vigil, Catedrático de la UCM. Doctor en Ciencias de la Información por la UCM y Doctor en Historia del
Arte por la Universidad de Castilla la Mancha, Editor, fotógrafo,  y documentalista gráfico. Imparte docencia desde el año 1997 en las Facultades de CC. de la Información y CC. de la Documentación de la UCM, con especialidad en Documentación Fotográfica y Editorial.

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