Rosalind Fox Solomon (nacida
en 1930), es una artista estadounidense con sede en la ciudad de Nueva York, que
es célebre por sus retratos y por su conexión con el sufrimiento humano, el
ritual, la supervivencia, y la lucha. Su trabajo ha sido mostrado en casi 30
exposiciones individuales y 100 colectivas, y se encuentra en las colecciones
de más de 50 museos en todo el mundo. Durante los últimos 45 años ha creado
nuevos, desafiantes, auténticos y personales cuerpos de trabajo. Su primer y
principal interés ha sido la fotografía, aunque en los proyectos más recientes
ha incorporado componentes de poesía, performance, instalación y vídeo.
Coincidiendo con el
lanzamiento de su último libro, “Got to Go”, la Bruce Silverstein Gallery, de
Nueva York le ha organizado una exposición, la cuarta en esta institución, que
incluye un total de 30 fotografías, así como una proyección de tres canales con
aproximadamente 40 imágenes y audio. El componente de sonido está compuesto por
un canto fúnebre mezclada con voz y extractos de la composición de Jason
Eckardt, “Tongues”, interpretado por Tony Arnold y el grupo The International
Contemporary Ensemble.
Uno de los trabajos más
conocidos de Solomon fue el que comenzó en mayo de 1987 sobe los enfermos de
SIDA. En esa serie de imágenes, el objetivo de Rosalind era revelar a través de
sus retratos un carácter especial, una relación, un entorno, y también los
aspectos menos conocidos de la lucha humana para sobrevivir a la enfermedad.
Ella concibió el nuevo proyecto como la continuación de los retratos que ya
había realizado anteriormente en el hospital de Chattanooga, Tennessee. El
proyecto también está conectado con algunos de sus trabajos más recientes, como
son los retratos de hogares de ancianos en Perú y México o los de personas sin
hogar en de San Diego y Nueva York.
Rosalind Fox Solomon fue una
de las primeras fotógrafas de su generación en recorrer distintos rincones del
mundo buscando temas y un cuerpo de trabajo para sus reportajes, sin haber sido
contratada o comisionada para ello. Sus motivaciones eran íntimas, y estaban
basadas en una constante necesidad de auto-descubrimiento a través de los ojos
de los demás. La obra de Solomon no es en absoluto lineal sino que fluye entre
lo personal y lo universal. Incluso en sus trabajos periodísticos las
fotografías de Solomon revelan nociones de poder, supervivencia, fe y en
general reflejan la conducta humana. Lo
más importante del talento de Rosalind Fox Solomon reside en su capacidad para
interpretar y luego fotografiar los elementos sociales de los lugares a los que
viaja y las obsesiones y ansiedades que viajan con ella.
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