Sala Goya
Del 22 de Julio al 25 de Octubre 2020
Miguel Trillo. La primera movida,
es una exposición realizada con fondos
del Archivo Lafuente, que recorre uno de los periodos más convulsos y ricos de
la cultura española, a través de las imágenes y fanzines de uno de sus testigos
por excelencia, el fotógrafo Miguel Trillo.
Miguel Trillo fue uno de los más
fieles testigos de todo lo que trajo consigo la explosión cultural, de libertad
y de reivindicación urbana de la Movida Madrileña. Conocedor del ambiente en el
que se movían los amantes de la música, pasó de fotografiar a los grupos que
actuaban, “porqué aquellas eran fotos iguales en todas partes, en las que no se
sabía ni siquiera en qué lugar estaban actuando, lo mismo podía ser en Madrid
que en Londres.”, a fijar su mirada en quienes acudían a los conciertos. Los
Rockers, los Mods, los Queer, los Glam, los Punk, los Heavies y muchos otros
posaron para la cámara de Trillo, que de un modo consciente o inconsciente
colaboró a crear la imagen de la Movida.
Callejones y Avenidas (Breakers) © Miguel Trillo
Cajellones y Avenidas (Góticos) © Miguel Trillo
Rockocó (Modernos) © Miguel Trillo
A través de publicaciones míticas
como Rockocó, Callejones y avenidas y Madrid, las calles del ritmo, el
fotógrafo convirtió en los años 80 a los personajes anónimos de la Movida en su
objetivo primordial
En estos fanzines el autor
realiza un intento de representación de una sociedad que ha evolucionado desde
la humana necesidad de pertenencia al grupo, lo cual significaba no solo
escuchar un tipo de música determinada, sino también adoptar una imagen acorde con la
pertenencia a dicho grupo.
Pionero de los fanzines
fotográficos en España, Miguel Trillo comienza su carrera en los años setenta
retratando a jóvenes en el entorno musical de discotecas y conciertos de rock.
Es en la década de los ochenta cuando realiza sus primeros fanzines: Rockocó
(1980 – 1984), Callejones y avenidas (1985 – 1987) y Madrid, las calles del
ritmo (1988).
Rockocó (Mods) © Miguel Trillo
Rockocó (Punkis) © Miguel Trillo
Rockocó © Miguel Trillo
Defensor acérrimo del papel, que
emplea para llevar a cabo la doble militancia visual y textual que le
caracteriza, decide autoeditarse a raíz del cierre de una de las revistas donde
iba a publicar su trabajo.
Trillo ha documentado la
evolución de la juventud y de las tribus urbanas desde la transición española
hacia la democracia de nuestros días, como testigo privilegiado de una época y
lo ha hecho a modo de diario, un diario visual que sigue llevando a cabo porque
los jóvenes de hoy siguen teniendo muchas similitudes con los de hace 40 años.
La pasión por la música es la misma, aunque sigan otras tendencias musicales y haya
entrado en escena el mundo de la moda, que traspasa las fronteras y nos trae
movimientos de lugares tan lejanos como Japón. Los jóvenes se siguen revelando
contra las generaciones anteriores, y cada vez lo hacen a un ritmo más rápido
de forma que ya no solo se alejan de sus padres, sino también de sus hermanos
mayores.
Su proyecto Rockocó es, según sus
propias palabras, «un homenaje silencioso a unas vidas empapadas de las músicas
de su tiempo». Trillo distribuía sus fanzines artesanales, que el mismo
preparaba e intervenía antes de llevar a la fotocopiadora, en tiendas de discos, en salas de conciertos y
en el Rastro de Madrid. Sus fanzines son el reflejo de los años más abiertos,
divertidos y fructíferos que se tuvieron a nivel cultural.
La trascendencia social y
mediática de sus publicaciones fue indiscutible y aún hoy se siguen
reconociendo como documentos fundamentales y unos de los mejores ejemplos de la
sociedad española de los ochenta.
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