Cabecera La Mirada Fotográfica

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jueves, 23 de julio de 2020

EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES VISTE SUS PAREDES CON LAS IMÁGENES DE LAS TRIBUS URBANAS DE LA MOVIDA

CÍRCULO DE BELLAS ARTES
Sala Goya
Del 22 de Julio al 25 de Octubre 2020


Miguel Trillo. La primera movida, es una exposición realizada  con fondos del Archivo Lafuente, que recorre uno de los periodos más convulsos y ricos de la cultura española, a través de las imágenes y fanzines de uno de sus testigos por excelencia, el fotógrafo Miguel Trillo.

Miguel Trillo fue uno de los más fieles testigos de todo lo que trajo consigo la explosión cultural, de libertad y de reivindicación urbana de la Movida Madrileña. Conocedor del ambiente en el que se movían los amantes de la música, pasó de fotografiar a los grupos que actuaban, “porqué aquellas eran fotos iguales en todas partes, en las que no se sabía ni siquiera en qué lugar estaban actuando, lo mismo podía ser en Madrid que en Londres.”, a fijar su mirada en quienes acudían a los conciertos. Los Rockers, los Mods, los Queer, los Glam, los Punk, los Heavies y muchos otros posaron para la cámara de Trillo, que de un modo consciente o inconsciente colaboró a crear la imagen de la Movida.  

 Callejones y Avenidas (Breakers)  © Miguel Trillo


 Cajellones y Avenidas (Góticos) © Miguel Trillo

Rockocó (Modernos) © Miguel Trillo

A través de publicaciones míticas como Rockocó, Callejones y avenidas y Madrid, las calles del ritmo, el fotógrafo convirtió en los años 80 a los personajes anónimos de la Movida en su objetivo primordial

En estos fanzines el autor realiza un intento de representación de una sociedad que ha evolucionado desde la humana necesidad de pertenencia al grupo, lo cual significaba no solo escuchar un tipo de música determinada,  sino también adoptar una imagen acorde con la pertenencia a dicho grupo.

Pionero de los fanzines fotográficos en España, Miguel Trillo comienza su carrera en los años setenta retratando a jóvenes en el entorno musical de discotecas y conciertos de rock. Es en la década de los ochenta cuando realiza sus primeros fanzines: Rockocó (1980 – 1984), Callejones y avenidas (1985 – 1987) y Madrid, las calles del ritmo (1988).

 Rockocó (Mods) © Miguel Trillo

 Rockocó (Punkis) © Miguel Trillo

 Rockocó © Miguel Trillo

Defensor acérrimo del papel, que emplea para llevar a cabo la doble militancia visual y textual que le caracteriza, decide autoeditarse a raíz del cierre de una de las revistas donde iba a publicar su trabajo.

Trillo ha documentado la evolución de la juventud y de las tribus urbanas desde la transición española hacia la democracia de nuestros días, como testigo privilegiado de una época y lo ha hecho a modo de diario, un diario visual que sigue llevando a cabo porque los jóvenes de hoy siguen teniendo muchas similitudes con los de hace 40 años. La pasión por la música es la misma, aunque sigan otras tendencias musicales y haya entrado en escena el mundo de la moda, que traspasa las fronteras y nos trae movimientos de lugares tan lejanos como Japón. Los jóvenes se siguen revelando contra las generaciones anteriores, y cada vez lo hacen a un ritmo más rápido de forma que ya no solo se alejan de sus padres, sino también de sus hermanos mayores.



Su proyecto Rockocó es, según sus propias palabras, «un homenaje silencioso a unas vidas empapadas de las músicas de su tiempo». Trillo distribuía sus fanzines artesanales, que el mismo preparaba e intervenía antes de llevar a la fotocopiadora,  en tiendas de discos, en salas de conciertos y en el Rastro de Madrid. Sus fanzines son el reflejo de los años más abiertos, divertidos y fructíferos que se tuvieron a nivel cultural.


La trascendencia social y mediática de sus publicaciones fue indiscutible y aún hoy se siguen reconociendo como documentos fundamentales y unos de los mejores ejemplos de la sociedad española de los ochenta.




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