Miles Davis, 1969 © Lee Friedlander
Hoy se ha presentado la que seguramente será la exposición más deseada y esperada de la temporada. Deseada porque empezó a gestarse hace ya casi tres años y esperada porque debería haberse inaugurado al principio del verano pero las circunstancias sanitarias que nos rodean lo hizo totalmente imposible a pesar de que gran parte de la obra estaba ya en Madrid a finales de Junio. De igual modo ha sido imposible que el autor y su familia se desplazaran hasta nuestra ciudad, algo que se esperaba ocurriera ya que éste se había comprometido a asistir a la inauguración. Sin embargo su delicado estado de salud y el de su esposa ha impedido que estuvieran presentes.
Reconstruir la heterogénea obra de Lee Friedlander supone sumergirnos en un mundo cargado de elementos cotidianos y reconocibles pero que, tras una segunda reflexión, adquieren un significado distinto, más completo. Considerado uno de los artistas fundamentales del siglo XX y tras más de sesenta años fotografiando a diario, continúa renovando su lenguaje. En esa búsqueda de metáforas visuales de difícil comprensión, pese a su aparente cotidianidad, su mirada crítica, ha reflejado, aun con unos propósitos estrictamente formales, la enormidad y el caos de la sociedad americana.
At work © Lee Friedlander
Balrimor; Maryland, 1968 © Lee Friedlander
La exposición Lee Friedlander que presenta Fundación MAPFRE en sus salas de Recoletos de Madrid hace un recorrido cronológico completo por su extensísima obra. Un trabajo que casi siempre agrupa en series, conjuntos de fotografías que desarrolla a lo largo de varios años. En la exposición se subraya la importancia de estos proyectos, que, con frecuencia, se concretan en libros, otra de sus pasiones: The Little Screens, The American Monument o America by Car son sólo algunos de ellos. Pero también se muestran asociaciones temáticas o estilísticas que agrupan cerca de trescientas cincuenta fotografías entre retratos, autorretratos, fotografías familiares, naturaleza, paisaje urbano, etc. Entre estas se incluyen diecisiete pertenecientes a las Colecciones Fundación MAPFRE, además de otros materiales, como vinilos de jazz y alrededor de cincuenta publicaciones. Todo ello nos acerca a la compleja obra de uno de los más influyentes fotógrafos norteamericanos del siglo XX.
Times Square, New York, 1974 © Lee Friedlander
Haverstraw, New York, 1966 © Lee Friedlander
La exposición de Friedlander expuesta en las salas de la Fundación Mapfre y que ha sido comisariada por Carlos Gollonet, proviene en su mayor parte de la la Fraenkel Gallery, de San Francisco, encargada de gestionar su obra y de las propias copias del autor e incluye una extensa selección de sus trabajos, así como de los libros publicados a lo largo de su trayectoria. Una de las cosas que llama la atención, es el distinto formato de las fotografías y es que hasta el año 2000 aproximadamente el autor utilizaba una cámara Leica, pero a partir de ese momento comienza a capturar sus imágenes con una cámara de medio formato, de este modo los motivos que captura adquieren mayor entidad y los espacios se hacen más abarcables, gracias al formato cuadrado de la Hasselblad. Esa nueva dimensión del espacio hace que la cercanía del fotógrafo con los motivos que representa y de estos con el espectador sea cada vez más evidente. Así ocurre en las imágenes que conforman el libro America by Car, publicado en 2010.
The Human Clay © Lee Friedlander
Grand Teton, National Park, Wyoming, 1999 © Lee Friedlander
Montana, 2008 © Lee Friedlander
A lo largo de toda su trayectoria, Lee Friedlander ha ido retomando los temas de sus fotografías una y otra vez, en un continuo work in progress que se va enriqueciendo con el aprendizaje del medio y la experiencia. En 2012 vuelve a pasear por las aceras de ciudades como Nueva York o Los Ángeles y realiza un conjunto de imágenes que agrupa bajo el título de Mannequin. En esta ocasión rescata su Leica de 35mm y juega una vez más con los reflejos de los edificios y de los viandantes en los escaparates. No hay que considerar estas imágenes como una crítica explícita al consumismo, tampoco son una copia de fotografías anteriores, sino una reflexión sobre su obra, algo que, por otra parte, Friedlander hace constantemente, para que el espectador también reflexione con él. Porque, tal y como señala Carlos Gollonet en su texto para el fantástico catálogo de la exposición: “A Friedlander le gusta buscar metáforas visuales que exigen una mirada atenta. Para ello, incorpora un repertorio banal, creando argumentos visuales confusos que sacuden al espectador con un sentido de la ironía derivado de la yuxtaposición de objetos o ideas aparentemente inconexos. Sus ingeniosas asociaciones nos provocan desconcierto al conectar el disparate con la identificación”.
The Human Clay © Lee Friedlander
Maria, Las Vegas, Nevada, 1970 © Lee Friedlander
En su obra, Friedlander contrarresta los ideales de la práctica moderna mirando hacia la cultura popular en busca de inspiración, de forma parecida a como lo hacía el arte pop, rompiendo así los medios de representación tradicionales. Para ello incorpora un repertorio banal, crea argumentos visuales confusos y sacude al espectador con un sentido de la ironía derivado de yuxtaposiciones de objetos e ideas aparentemente inconexas que contrasta con la seriedad de los antiguos profesionales.
New York, 2002 © Lee Friedlander
Oregon, 1997 © Lee Friedlander
Sin duda la espera ha merecido la
pena y estamos ante una magnífica exposición. La muestra forma parte del festival PHotoEspaña 2020.
Imprescindible
ResponderEliminarGracias