CÍRCULO DE
BELLAS ARTES
Sala Picasso
Calle de Alcalá,
42, MADRID
Del 31 de
Mayo al 24 de Septiembre
El francés Antoine D’Agata se convierte en protagonista de sus
imágenes en Corpus, una instalación con textos, imágenes y audiviosuales que ha
sido comisariada por Fannie Escoulen y que cuenta con la colaboración de la
Embajada de Francia y Samsung
Corpus reconsidera la trayectoria de un hombre que escribe
incansablemente el mismo guión de vida excesivo al que ha decidido ceñirse como
protagonista de sus propias imágenes. D’Agata aborda desde el ángulo del
testimonio biográfico la experiencia de una realidad vivida de manera cada vez
más intensa.
D’Agata es uno de los autores seleccionados por Alberto García-Alix
para formar parte de La exaltación del
ser, una “carta blanca” en la que ha reunido a sus fotógrafos de
referencia.
En palabras de Alix: “La exaltación toma la carne como catapulta de
los sentidos. En la obra de Antoine d’Agata, nos convulsiona y agita. Imágenes
y textos nos llegan como embates de hierro. Dan sobre nuestra carne y nos
provocan. Sentimos vértigo. El desamparo es vital y el miedo constante. Frío o
calor. El desencuentro como futuro y el presente lacerando el cuerpo. Antoine
lo tortura o lo deconstruye, como si moldeara barro. Lo aprisiona a límites que
aniquilan la intimidad más absoluta. Lo pone ante nuestros ojos en un universo
de jaula. Como bajo la lona. Sin entorno ni referencias temporales. La obsesión
es la atmósfera y lo febril, la luz. Un soplo religiosos. La violencia del
deseo. Su penitencia. La teatralidad de la revelación. Fantasmagorías.
Apariciones. O quizás sean santos postrados ante el altar de los sentidos. El
amor y su violencia. Los cuerpos como estigma y dogma. No hay regreso ni
salida. Ni bellos sueños. Ni otro camino que la inercia de la caída. Obra
sublime. Eleva lo existencial de la angustia. La náusea. El caos. La desazón.
De ahí que vomite vacío, lo exhausto de la existencia.”
A pesar de que yo ya conocía la obra de D'Agata debo decir que esta exposición me ha sorprendido. Es una obra que duele, duelen las imágenes y duelen las palabras. Al contemplar los videos y las fotografías uno no puede dejar de preguntarse hasta que punto puede llegar un ser humano para encontrarse a sí mismo, o para encontrar lo que quiera que esté buscando. ¿Cómo se conjugan el amor y ese suicidio lento, muy lento, que comparten los protagonistas de las imágenes? Estoy segura de que habrá muchas personas a quienes no les guste la exposición y otras que encuentren que es una obra magnífica y singular, pero de lo que estoy segura es de que no va a dejar a nadie indiferente.
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