MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFIA
C/ De Santa Isabel, 52 MADRID
Del 30 de Mayo al 7 de Noviembre de 2016
La exposición colectiva
Humanismo y subjetividad en la fotografía española de los años 50 y 60. El caso
Afal, organizada en el marco de PHotoEspaña 2016 y comisariada por el
departamento de Colecciones del Museo Reina Sofía junto a Laura Terré Alonso,
reúne un conjunto de más de 70 fotografías y abundante material documental que
retratan la transformación que experimentó la fotografía española durante
aquella época inspirándose en las tendencias del documental neorrealista y del
reportaje humanista que se desarrollaban fuera del país.
En esta línea, la muestra
relata la internacionalización de los fotógrafos españoles del periodo y
especialmente de aquellos aglutinados alrededor del grupo Afal, analizando los
diversos intercambios con otros colectivos europeos y americanos.
La existencia de Afal giró
alrededor de una revista homónima especializada en fotografía y cine publicada
entre 1956 y 1963, que sobrevivía gracias a las suscripciones, algo de
publicidad y, sobre todo, a la aportación desinteresada de sus fundadores, José
María Artero García (Almería, 1928-1991) y Carlos Pérez Siquier (Almería,
1930), directores, editores y promotores de la publicación. La independencia de
sus planteamientos y la frescura de su tono atrajeron enseguida a fotógrafos
inquietos de todas partes de España y fue así como la revista Afal se convirtió
en el motor de la renovación de la fotografía española tras la posguerra.
Gracias a la reciente
donación por parte de Carlos Pérez Siquier, el Museo Reina Sofía presenta ahora
una selección de material que permite profundizar en Afal como caso de estudio.
Entre el material presente figuran trabajos de autores, entre otros, como José
María Artero, Leonardo Cantero, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Francisco Gómez,
Gonzalo Juanes, Ramón Masats, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Francisco
Ontañón, Carlos Pérez Siquier, Alberto Schommer, Ricard Terré o Julio Ubiña.
Otros autores representados
en la muestra son Francesc Català-Roca, Gerardo Vielba, Virxilio Vieitez, Juan
Dolcet, Fernando Gordillo, Rafael Sanz Lobato o Sigfrido de Guzmán. Por otro
lado, y gracias también a una donación por parte de sus herederos, se destaca
la figura de Leonardo Cantero y su participación en la exposición Once
fotógrafos españoles a París (1962).
Tras una dura posguerra
marcada por la escasez, el exilio, la represión y la propaganda, al inicio de
los años cincuenta del siglo XX comenzó a activarse en España una fotografía
conectada con las tendencias internacionales del neorrealismo y del reportaje
humanista. A esta cultura visual se pudo acceder a través de algunos viajes, el
cine, escasas exposiciones, libros y revistas internacionales que llegaron a
España no sin dificultad, especialmente anuarios fotográficos.
La actitud de los fotógrafos
españoles fue la de promover el intercambio y contacto con el exterior,
teniendo como resultado la práctica de una fotografía trasnacional y vinculada
con las problemáticas que se sucedían fuera del país. Sus focos de actividad
principales fueron Almería, Barcelona y Madrid.
Esta nueva fotografía se
constituyó a través de prácticas individuales que compartían una apuesta por la
renovación y experimentación del lenguaje fotográfico. Su proyecto no mostró
interés por hacer arte ni fue un intento político de transformación social: los
fotógrafos del momento se conformaron con retratar lo cotidiano y la vida de la
gente común en la compleja realidad social de los años centrales del
franquismo.
Por ello, el retrato fue uno
de los géneros más practicados por los fotógrafos. Ello queda profusamente
reflejado en la exposición a través de un amplísimo panel que agrupa
instantáneas de numerosos autores que dan cuenta, por un lado, de la migración
de la clase trabajadora campesina y rural del sur a las ciudades del norte para
integrarse en el trabajo industrial, y por otro, la emergencia de la economía
de turismo y sus formas inherentes de promoción de la cultura nacional basadas
en el uso de la imagen.
La renovación también vino
de la mano de agrupaciones como la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, que
tuvo al grupo La Palangana como impulsor decisivo. Creado en 1959, estuvo
formado por Leonardo Cantero, Gabriel Cualladó, Paco Gómez , Ramón Masats,
Francisco Ontañón, Joaquín Rubio Camín, Juan Dolcet, Fernando Gordillo, Gerardo
Vielba y Sigfrido de Guzmán.
La exposición también recoge
en esta sala el 11 fotógrafos españoles a París, un proyecto organizado en 1962
por Comissariat Général du Turisme del Estado francés en Barcelona con la
intención de promocionar el turismo español hacia Francia. En él participaron
Leonardo Cantero
junto con Gabriel Cualladó,
Eugeni Forcano, Joan Cubaró, Andreu Basté, Ramón Masats, Oriol Maspons,
Francisco Ontañón, Xavier Miserachs, Paco Gómez y Joan Colom.
Las fotografías que tomaron
en la capital francesa se expusieron, posteriormente, en la Sala Aixelà de
Barcelona, y en la Galería Biosca de Madrid. Fue el primer y único viaje
profesional de Cantero al extranjero y, a su regreso, compuso una maqueta que
tituló Gentes de París, que ha quedado inédita. Vielba también viajó a París en
1962, y aunque no formó parte del grupo de españoles, sus fotografías, al igual
que las de sus compañeros, interrogan la vida cotidiana a ras de suelo.
En Afal se dio cita un grupo
variado de fotógrafos que compartían un interés por la función social del
fotógrafo y su implicación en la realidad de su tiempo. El ideal de todos ellos
fue expresar mediante procedimientos sencillos y directos sus inquietudes
estéticas, lejos de estereotipos heredados de la pintura.
Sus procedencias y
ambiciones fueron bien distintas. Por un lado, fotógrafos
amateurs como Gabriel Cualladó
(Massanassa, Valencia, 1925–Madrid, 2003), Francisco Gómez (Pamplona,
1918–Madrid, 1998), Joan Colom (Barcelona, 1922) y Ricard Terré (Sant Boi de
Llobregat, Barcelona, 1928–Vigo, 2009); algunos de ellos ligados a la cultura y
las artes plásticas como Gonzalo Juanes (Gijón, 1923–2014), Jesús de Perceval
(Almería, 1915–1985), Joaquín Rubio Camín (Gijón, 1929–2006)y Josep Maria
Casademont (Barcelona, 1928–1994).
Por otro, muchos que
iniciaban su carrera profesional en la fotografía como Alberto Schommer
(Vitoria, 1928–2015), Xavier Miserachs (Barcelona, 1937–1998), Ramón Masats
(Caldes de Montbui, 1931), Oriol Maspons (Barcelona, 1928–2012), Julio Ubiña
(Santander,1922–Barcelona, 1988), Francisco Ontañón (Barcelona, 1930–Madrid,
2008), Jesús Aguirre (Almería, 1928) y Joan Cubaró (Barcelona, 1926–1970).
No existía, por tanto, un
“estilo Afal” asumido por sus miembros. El nexo de unión entre ellos se basaba
en el intercambio y en la confrontación de propuestas, que podían resultar
tanto del acuerdo como de la disensión. Los valores de la nueva tendencia
fotográfica que introdujo Afal en aquel periodo de posguerra se aprecian en la
obra de cada uno de sus integrantes, quedando constancia en los textos
publicados en la revista y los recogidos en las correspondencias.
Los miembros de Afal estaban
dispersos por toda la geografía española. Los núcleos más importantes, además
de Almería, fueron los que se reunían en torno a la Agrupación Fotográfica de
Cataluña, en Barcelona; el Casino del Comercio de Terrassa; la Agfoval de
Valencia y la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, cuyo presidente Gerardo
Vielba también simpatizaba con Afal. Los integrantes madrileños formaron en el
año 1958 el grupo La Palan-gana. En sus tertulias discutían la selección de
fotografías para las exposiciones de Afal y compartían sus conclusiones por
carta con el grupo de Almería.
La revista Afal (1956-1963)
Los 36 números de la revista
Afal se publicaron a lo largo de cuatro etapas consecutivas con distintas
características. Los tres primeros números fueron editados como boletines de
agrupación al gusto salonista. A partir de julio de 1956, el formato cambia a
revista y se inicia un periodo de apogeo: las portadas muestran lo mejor de la
producción de los jóvenes fotógrafos miembros y en el interior se traducen
textos importantes de la literatura fotográfica de la época.
En 1958 la revista acusa el
momento de crisis económica del grupo debida a la publicación del Anuario de la
Fotografía Española, que no obtiene las ventas esperadas, y vuelve a editarse
en formato boletín. Finalmente, a partir de enero de 1959 se dio más
importancia a la sección de cinematografía y se eligieron para las portadas
casi exclusivamente retratos femeninos; asimismo, se incluyó una edición
bilingüe de los textos con las colaboraciones extranjeras, entre las que
destaca la del fotógrafo francés Roger Doloy, que había propuesto incluso una
edición conjunta de la revista con sedes en París y Almería.
La redacción de los
artículos relacionados con el cine estuvo, desde un principio, en manos de
Guillermo Berjón, miembro del grupo de Almería, que se encargó de buscar
colaboraciones de calidad en los medios cinematográficos españoles aglutinados
en torno a las revistas Objetivo y Cinema Universitario, ambas de Salamanca. En
esta sección colaboraron corresponsales de talla intelectual como José María
Berzosa, Eduardo Pons Prades, Joaquín de Prada, Manuel Michel y Ricardo Muñoz
Suay.
Por otra parte, el buen
criterio literario de Artero hizo que el atractivo de la revista fuera más allá
de la imagen fotográfica. Desde los primeros números se incluyeron textos
poéticos de Manuel Alcántara y de Antonio Castro Villacañas, dos poetas estrechamente
relacionados con Almería, y también de poetas de la Generación del 98 y la del
27 que habían sido silenciados por la censura franquista: Miguel de Unamuno,
Ramón María del Valle-Inclán, Azorín, Federico García Lorca y los hermanos
Antonio y Manuel Machado.
El trabajo conjunto de
poetas y fotógrafos fue una propuesta original de Afal desde sus primeros
números, como el dedicado a la Semana Santa (n.º 14), en el que se alternan
poemas cortos con fotografías. Pero lo que llamó más la atención de la revista,
en cualquiera de sus épocas, fue la inclusión en cada número de un porfolio
monográfico dedicado a un fotógrafo o a un grupo fotográfico. Son notables los
números dedicados a Gonzalo Juanes (n.º 7), al trío catalán formado por Ricard
Terré, Xavier Miserachs y Ramón Masats (n.º 8), a Carlos Pérez Siquier (n.º 11)
y a Alberto Schommer(n.º 13).
La revista dejó de editarse
en 1963, lastrada por el déficit económico derivado de la edición del Anuario y
también de la crisis de colaboraciones, debido a la entrada de los fotógrafos
del grupo en la esfera profesional.
Anuario de la Fotografía
Española
El Anuario de la Fotografía
Española de 1958 fue el proyecto más ambicioso del grupo. Se imprimieron 2500
ejemplares, con reproducciones en huecograbado de más de 100 fotografías de 48
autores. La cuidada y exigente selección se hizo en base al estilo personal de
sus autores, no al gusto de los promotores, y en ella se reflejaba la
diversidad de enfoques que coexistían en España, a diferencia de la monótona
reunión de fotógrafos de una sola tendencia de los anuarios europeos.
Además de los miembros del
grupo, se invitó a los fotógrafos de otros sectores, tanto amateurs como
profesionales. Entre estos últimos destacan el reportero catalán Francesc
Català-Roca, el retratista húngaro afincado en Madrid Nicolás Muller, el
retratista catalán
Ramón Bargués -cuya serie de
desnudos al estilo Man Ray tuvo que librar una batalla con la censura,
sorprendentemente ganada por Afal- y el joven fotógrafo barcelonés de
publicidad y moda Leopoldo Pomés.
El Anuario recibió muy
buenas críticas desde el extranjero, entre las que destacan las de Emmanuel
Sougez, Henri Cartier-Bresson, Giuseppe Turroni, Otto Steinert y Edward
Steichen, quien incluyó varias de las fotografías en una exposición que se
celebraría en el MoMA en 1959. Sin embargo, la crítica española, interesada por
una fotografía de estética pictórica y academicista, no apoyó el proyecto.
Carlos Pérez Siquier y Ramón Masats
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